Giro en la atención mundial

Con el ascenso de China como potencia asiática y global, y el “pivot to Asia” iniciado por EEUU en 2016, la región del IndoPacífico se ha vuelto geopolíticamente tan relevante que ha dado lugar a la activación de dos complejas alianzas, una tripartita de seguridad (AUKUS, 2021) y otra cuatripartita de alcance general (QUAD, 2007).

LAS ALIANZAS DEL INDOPACÍFICO, UNA REGIÓN CALIENTE

El IndoPacífico es un término que comenzó a volverse familiar durante los últimos años para designar un arco estratégico que va desde el Océano Pacífico occidental al Océano Índico y cuyo interés eclipsa a otras regiones que durante las últimas décadas habían absorbido las energías de las grandes potencias del Siglo XX.

Este giro en la atención mundial, que la estrategia nacional estadounidense cristalizó en la expresión propia “pivot to Asia” (giro hacia Asia) desde 2016, durante la Administración Obama, se vincula principal y directamente con la emergencia de China como potencia asiática y global, y la decisión de contrarrestar su influencia, y asume en cierto modo la condición multipolar del mundo de hoy.

Al calor de este proceso, en una etapa histórica que después de varios siglos ha ido revirtiendo la balanza del poder económico y militar de Occidente hacia Oriente, se han creado dos alianzas multinacionales claves, denominadas AUKUS (EEUU, Reino Unido y Australia) y QUAD (Japón, Australia, India y EEUU)

A continuación, una breve reseña del origen, el estado y las diferencias entre las dos alianzas activas en el IndoPacífico:

EL QUAD

El Diálogo Cuadrilateral de Seguridad (QUAD) es un diálogo estratégico entre cuatro países (Estados Unidos, India, Australia y Japón) iniciado en 2007 por el primer ministro japonés, el fallecido Shinzo Abe, junto al vicepresidente estadounidense Dick Cheney, el premier australiano John Howard y su par indio Manmohan Singh.

En 1992, como antecedente del QUAD, Estados Unidos e India crearon los ejercicios militares“Malabar”, sin armas nucleares, a los que se sumaron Australia e India. En 2020, Australia volvió a participar de las maniobras en aguas del Pacífico frente a Japón (se había retirado en 2007), en medio de tensiones comerciales con Beijing, que desde el inicio atribuyó los ejercicios a una “coalición anti-China”.

En 2021, el QUAD fue reactivado por el presidente Joe Biden en una cumbre virtual con los primeros ministros australiano Scott Morrison, indio Narendra Modi y japonés Yoshihide Suga,durante la cual se formaron grupos de trabajo sobre COVID-19, cambio climático, innovación tecnológica y cadenas de suministro.

Más recientemente, China ha criticado al QUAD por considerarlo una variante de la alianza transatlántica militar OTAN para Asia y el Pacífico, aunque formalmente pretende exceder un acuerdo exclusivamente de seguridad y abarca áreas como las infraestructuras y las tecnologías críticas, el cambio climático y el espacio exterior.

Al margen de la cumbre del G7 2023, en Hiroshima (Japón), los cuatro líderes del QUAD reafirmaron el propósito de la alianza de asegurar una gestión “responsable” de la competencia y la colaboración “transparente” con otros socios regionales. En 2021, habían promovido “una visión compartida para un IndoPacífico libre y abierto”.

Sin embargo, el premier japonés, Fumio Kishida, afirmó en 2023 que “el entorno de seguridad se ha agravado aún más” durante los últimos tiempos y que “el orden internacionalbasado en el Estado de derecho está amenazado”, en alusión indirecta a China aunque abogó por más “cooperación” en lugar de “división y confrontación”.

“Nuestra visión es la de una región pacífica y próspera, estable y segura, respetuosa de la soberanía, libre de intimidación y coerción, y en la que las disputas se resuelvan de acuerdo con el derecho internacional”, afirmaron los cuatro países, que debían reunirse en Sydney pero cambiaron la sede a pedido de Estados Unidos.

Sin embargo, el QUAD evitó pronunciarse sobre la guerra en Ucrania, ni mucho menos acordar una condena a la invasión de Rusia, básicamente por la negativa de uno de sus miembros más poderosos, India, que desde que se inició el conflicto no sólo se negó a aplicar sanciones como Occidente sino que además se convirtió en un primer comprador de combustible ruso.

La última declaración de la alianza tampoco menciona a Taiwán, un asunto de primer interés estratégico y militar para Estados Unidos en su rivalidad con China, llevada al IndoPacífico. Washington insistió, unilateralmente, que se verá obligado a responder a una invasión de la isla, aunque reconozca el principio de “un país, dos sistemas” en el que se funda el estatus taiwanés actual. Pero AUKUS sólo reiteró su “determinación de defender el orden internacional basado en normas, en el que los países están libres de toda forma de coerción militar, económica y política”.

A su vez, China pidió a su vecino Japón que evite alinearse con Estados Unidos y otros países si ello supone dañar “la soberanía, la seguridad y los intereses” chinos, en el marco además de la creciente cooperación militar de China y Rusia, más allá del conflicto en Ucrania, en el que Beijing se ha mostrado dispuesto a mediar.

La alianza cuadrilateral también se proyecta sobre las tensiones históricas entre India y China,que comparten 3.400 kilómetros de frontera, escenario de choques armados en 2020 en Aksai Chin (hubo guerra allí en 1962), y que han intercambiado este año la expulsión de periodistas de ambas nacionalidades. Pakistán, vecino y rival directo de India, se ha incorporado a la Iniciativa La Franja y la Ruta china.

EL AUKUS

El AUKUS es una alianza trilateral específica de seguridad entre Estados Unidos, Reino Unido y Australia, creada el 15 de septiembre de 2021. Este nuevo acuerdo permite a Estados Unidos y Reino Unido cooperar con Australia en la incorporación de submarinos de propulsión nuclear con armamento convencional (SSN) y su despliegue en la región del IndoPacífico.

La primera y más fuerte reacción negativa, llamativamente, provino de otra potencia occidental, Francia perjudicada de forma directa porque la adquisición de parte de Australia de submarinos británicos y estadounidenses implicó al año siguiente la marcha atrás de la compra de otros franceses que Canberra ya había comprometido con París, por 60.500 millones de euros.

Francia, parte de la alianza atlántica OTAN con EEUU y Reino Unido, acusó a Australia de “romper la relación de confianza” bilateral. Ese 2022, el primer ministro laborista australiano, Anthony Albanese, indemnizó con 555 millones de euros a la compañía francesa que le iba a suministrar los submarinos. “Queremos una relación con Francia honesta y basada en la integridad y el respeto mutuo”, dijo.

China protestó desde el inicio por la conformación de AUKUS, a la que definió como parte de una “mentalidad obsoleta de la Guerra Fría”. EEUU, Reino Unido y Australia “caminan cada vez más por el camino del error y el peligro”, sostuvo.

La alianza militar AUKUS tiene dos denominados “pilares”. El primero se relaciona con la mencionada incorporación australiana de hasta cinco submarinos SSN desde 2030 -hoy sólotiene a diésel-, que convierte al país de Oceanía en el único con el que Estados Unidos compartirá esa tecnología de guerra -más resistente, sigilosa y de mayor alcance-, además del propio Reino Unido.

Australia recibirá los primeros submarinos SSN en 2030 y los fabricará por su cuenta a partir de 2040, pero ya desde 2027 Estados Unidos y Reino Unido desplegarán sus propios submarinos de propulsión nuclear en la región como parte de la “Fuerza de Rotación de Submarinos-Oeste”.

El Pilar II de AUKUS implica el intercambio de tecnología e información entre los tres países de la alianza que rivaliza en el IndoPacífico con China, e incluirá el desarrollo y la compatibilidad entre vehículos submarinos robóticos y autónomos, y desarrollos en tecnología cuántica, inteligencia artificial, capacidades cibernéticas avanzadas, hipersónica y guerra electrónica.

Los juegos de guerra dentro y fuera del Pentágono demuestran que la enorme acumulación de fuerzas militares chinas ha aumentado la capacidad de China para hacerse rápidamente con el control de Taiwán, según el New York Times.

“Es mucho más difícil para EEUU y sus aliados proyectar poder a miles de millas de Taiwán que para China hacerlo a 100 millas a través del estrecho de Taiwán. Los aviones estadounidenses simplemente no pueden volar suficientes salidas para abrumar tanto a los aviones chinos como a sus sistemas de defensa antimisiles. Los barcos aliados son demasiado pocos y demasiado vulnerables a los misiles chinos para controlar los mares que rodean la isla. El AUKUS no cambia estos hechos”.

Los analistas estadounidenses ponen énfasis en la posición de terceros actores menores del IndoPacífico, como los países del sudeste asiático, que llegada la hora pueden terminar eludiendo cualquier compromiso con Estados Unidos si ello supone enfrentarse con China, suvecino más grande y poderoso.

4 comentarios

  1. Respecto de Japón, desde hace como 15 años EE.UU y GB presionan e instigan en Japón la remilitarización del país y el cambio de su Constitución (prohíbe FF.AA) para lograr eso.

    Obvio que eso es para usar a Japón contra China, cosa que hoy ya se está viendo.

    La geopolítica angloamericana de raigambre británica es experta en generar conflictos con actores sustitutos.

  2. Hacer pelear a Japón, Australia y Corea del Sur con China no tiene sentido económico, financiero o comercial alguno. Es sencillamente absurdo.

    Solo es posible semejante cosa contra natura por la persistencia de poderes angloamericanos superiores interesados en eso.

  3. El IndoPacífico ha dejado de ser una lejana región estrictamente comercial y turística para transformarse en el nuevo centro geopolítico mundial, en función de la poderosa irradiación que ejerce el Rey Dragón asiático sobre sus dominios ahora indiscutidos. Es comprensible en tal virtud que las dos superpotencias rentadas, EE.UU. el pretérito garante del orden atlantista y la propia China, forcejeen por dominar el tablero ante la mirada expectante del resto.

    En ese complejo damero emergen, como viene relatado, dos flamantes mazos coalicionales: El QUAD, conformado por los cuatro tigres del Rimland oriental sedientos de autonomía tecnológica frente al Coloso y el AUKUS, tríada submarinística que busca hacer piola en aguas indias. Sin embargo, ninguna alianza logra disimular su principal motivación: contener el avance chino, aunque elude nombrar abiertamente al mandarín en cuestión.

    En rigor, China alega un rol pacífico pero sus recientes movimientos estratégicos sugieren lo opuesto. Es el dueño de casa y no tolera intrusos, como dejó en claro al echarle limones a Francia por el affaire de los submarinos galos. Tampoco soslaya sus reclamos marítimos ni su creciente cooperación escatológica con la abuelita Rusia.

    El QUAD, más moderado y global, pretende dar imagen de club de chicas pero, atrás de sus buenas intenciones, persigue dominar el Pacífico con sus tres mosqueteros más la India, eterno incordio para su vecino chino. El AUKUS, en cambio, pinta para bravucón: sus submarinos de alta gama buscan intimidar al Barrio Chino con ayuda del Tío Sam y su lacayo británico.

    En todo caso, la zona vive horas de vértigo y zozobra. Orientado al Este por los avances del Imperio de en Medio, el mundo asume su nueva centralidad asiática. China ya no desea ser sólo el taller sino también el dueño de casa. Y los que quieren ser sus inquilinos deberán acostumbrarse a sus estrictas reglas de convivencia. El apocalíptico “Choque de Civilizaciones” habrá que releerlo a la luz de este cambio de roles. Porque en el IndoPacífico todo se cocina a fuego lento, en el wok de China.

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