Alrededor de 1,5 millones de trabajadores se han declarado en huelga este mes. Entre los que están en huelga por aumento de salarios y condiciones de trabajo se encuentran las enfermeras, los conductores de ambulancias, los trabajadores de correos, los ferroviarios y la policía de fronteras.

El Sindicato de Bomberos (Fire Brigades Union, FBU) lleva a cabo actualmente una votación entre sus miembros para decidir si se declaran en huelga tras rechazar una oferta salarial del 5%, mientras que los sindicatos de profesores también están considerando una acción similar.

El sindicato de trabajadores ferroviarios, el RMT, anunció que miles de limpiadores de trenes iniciarán su primera huelga nacional a partir del 30 de diciembre.

El secretario general del sindicato de bomberos, Matt Wrack, declaró el jueves a Sky News que, si se llega a la huelga, la FBU “discutirá con otros sindicatos” la posibilidad de una acción coordinada. Si tenemos que hacer frente a un ataque en común, ¿por qué no vamos a unirnos?”.

Los dirigentes sindicales ya han argumentado que los paros del personal en varios sectores constituirían una huelga general de facto, como no se ha visto en el Reino Unido desde 1926 (véase más abajo).

Sólo el Congreso de Sindicatos (Trade Union Congress, TUC) tiene poder para convocar una huelga general, aunque su legalidad sea incierta tras el endurecimiento de las leyes antisindicales en la década de 1980 [Margaret Thatcher inició la dinámica de legislación antisindical tras su llegada al gobierno en mayo de 1979]. La confederación sindical (TUC), que representa a la mayoría de los sindicatos del Reino Unido, cuenta con unos 5,5 millones de afiliados.

Consultado sobre la perspectiva de una huelga general de facto, el nuevo secretario general del TUC, Paul Nowak, declaró a Sky News: “Nuestros sindicatos seguirán analizando el nuevo año la mejor manera de apoyar y de coordinar a los sindicatos que adopten medidas de huelga. Aunque el gobierno afirma que las federaciones sindicales son independientes, tienen que actuar dentro de un contexto presupuestario fijado por el gobierno, lo que ha dado lugar a que las propuestas de ajuste salarial de este año estén por debajo de la inflación. Creo que eso [la coordinación de la huelga] dependerá realmente de lo que ocurra en los próximos meses. Si la gente piensa que el gobierno se va a mantener firme y que se va a presentar al próximo PRB [pay review body: órgano de evaluación salarial que hace recomendaciones al gobierno; el gobierno se escuda en estas propuestas] diciendo ‘nuestra dotación económica fija el límite en 4%’, no creo en absoluto que la gente lo acepte”.

Mientras tanto, los agentes de tráfico por carretera y el personal de las salas de control de tráfico se cuentan entre los últimos sectores de trabajadores que han anunciado paros, con una huelga de dos días los días 3 y 4 de enero.

El Sindicato de Servicios Públicos y Comerciales (PCS-Public and Commercial Services Union) afirmó que es probable que la medida afecte a las señales y carteles instalados para advertir a los automovilistas sobre atascos e incidentes, que la capacidad de responder y hacer frente a las colisiones sea reducida y que se produzcan retrasos en la reapertura de carreteras y autopistas.

Esta medida fue adoptada después de que miembros del gobierno sugirieran que los trabajadores en huelga podrían recibir un aumento salarial anticipado el año que viene para compensar el recorte de este año.

La semana pasada, miembros del gobierno sugirieron que para el año próximo, que comienza en abril según el plan presupuestario, los salarios del sector público tendrán un incremento igual o superior a la inflación, lo que supondría para los trabajadores un aumento de sus ingresos sin que el gobierno tenga que dar marcha atrás en la negociación actual.

Pero cualquier aumento salarial significativo podría desencadenar un conflicto con el Tesoro [ministerio de Hacienda], que se ha negado a aumentar la financiación de los departamentos del Whitehall [el conjunto de los ministerios] ante la espiral inflacionista.

El ministro de Salud, Stephen Barclay, considera la posibilidad de pedir al organismo de revisión salarial del NHS [National Health Service, Servicio Nacional de Salud] que acelere su trabajo para poner fin al actual conflicto con los trabajadores de la salud, según declaró al [sitio de informaciones] “inews” la semana pasada una fuente cercana al mismo. Pero hasta ahora se ha negado a abordar el tema de los salarios de los trabajadores del NHS en las conversaciones con los sindicatos.

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