Más allá del espejismo de los resultados provinciales.

Una de las estrategias de Juntos por el Cambio y los medios que le son afines, ante la caída vertical de las preferencias que está sufriendo su candidata, Patricia Bullrich, parece ser al menos hasta ahora insistir en extrapolar los resultados provinciales como réplicas del escenario nacional.

Nada es para siempre

Nada más desacertado. Por caso, la consigna de “casta” utilizada en España hace una década por la formación de centroizquierda Podemos, que ahora mismo tanto éxito brinda a la formación de ultraderecha La Libertad Avanza en su posicionamiento nacional, no produce efectos notables en las provincias.

En los distritos provinciales las continuidades y cambios, en forma mayoritaria, se dan dentro de partidos y alianzas tradicionales, con la notable excepción de Neuquén, donde, de todas formas, Rolando Figueroa forma parte del bazar del MPN, solo que en la vidriera de reposiciones. El caso del legendario Brujo Weretilneck y su formación partidaria ya bien podemos considerarlo parte de la “casta”.

Así las cosas, pretender extrapolar los resultados provinciales a nivel general parece una desmesura típica de las urgencias que despierta en Juntos por el Cambio la sensación de derrota inminente y quedar fuera del escenario más probable a nivel nacional: ballottage entre Javier Milei y Sergio Massa, más allá del espejismo de los resultados provinciales.

De Bolsonaro a Milei

Observemos a modo de ejemplo lo sucedido en la provincia de Chaco, la última elección disponible, que permite ver bien la dinámica diferencial de la elección provincial y nacional.

En el cuadro de apertura se observan los resultados de las PASO provinciales, la elección general provincial y las PASO nacionales en el Chaco

Tanto en las PASO como en la elección provincial, el triunfo de Leandro Zdero sobre Jorge Capitanich se replica sin mayores diferencias en la distancia entre candidatos, con una nota distintiva: las opciones libertarias resultan muy minoritarias a nivel local, llegando al 4% sumadas en las elecciones provinciales.

Cuando se analizan los resultados de las PASO nacionales en la provincia, se observa el cambio de dinámica electoral, donde Sergio Massa encabezó las preferencias, seguido de Javier Milei, y recién en tercer lugar la suma aritmética de Juntos por el Cambio, suma generosa, que no necesariamente se replicará en las elecciones nacionales de octubre por el contraste notable entre el alcalde porteño y Patricia Bullrich.

Es evidente que la especificidad de las elecciones provinciales no permite sacar conclusiones nacionales, siendo atravesadas por dos dinámicas muy distintas.

La pretensión de la candidata de Juntos por el Cambio y los medios que le hacen sistema de apropiarse de las performances provinciales de la marca resulta comprensible como parte de la campaña electoral de cara a las elecciones nacionales, pero se revela falsa en atención a las dinámicas electorales local y nacional, muy diferenciadas en la mayoría de los distritos que despegaron sus elecciones de la nacional.

Claves del voto a Milei

Se consolida paulatinamente un escenario nacional que ofrece ya solo dos alternativas

1: La Libertad Avanza define las elecciones en primera ronda, superando el 45% o distanciándose por 10 o más puntos de Unión por la Patria, alternativa con pocas chances de realización dado el piso similar del que parten las coaliciones en torno al 30% de los votos nacionales y la persistencia de Juntos por el Cambio en torno al 20% de los votos.

2: un escenario de segunda vuelta entre La Libertad Avanza y Unión por la Patria, escenario que se presenta como el más probable y cuya elucidación por parte de analistas y encuestadores hoy, a más de un trimestre de la segunda ronda, es literatura fantástica o puro lobby mediático.

El escenario de ballotage se consolida. Más allá de encuestas, observemos que tras la crisis del año 2001 y la repolitización desplegada entre los años 2003 y 2019, la sociedad argentina alterna proyectos antagónicos y esa condición es la que da soporte estructural al ballotage.

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El que pretenda saltar por sobre el antagonismo estructural que recorre la sociedad argentina desde 2023, está condenado a fracasar política y electoralmente. Vean por caso la suerte de «Hacemos por nuestro país» o lo ocurrido con la opción que encabezó Rodriguez Larreta e incluso  los primeros años «antigrieta» del ex FDT. Sergio Massa leyó bien esta dinámica e ingreso a un polo de la contradicción y Milei la refuerza aún más en el polo opuesto, reivindicando ya el terrorismo de estado, la privatización extrema de la vida cotidiana y hasta de los cuerpos.

Sin embargo, y a pesar de que todos saben (y especialmente Cristina Kirchner y Mauricio Macri) que una elección de tres tercios electorales pero dos proyectos antagónicos se resuelve normalmente en ballottage, el sistema de medios afines a Juntos por el Cambio seguirá, al menos por un tiempo más, agitando el parche de un escenario de segunda ronda entre las dos opciones neoliberales, o peor, aunque ya sin bríos, la de un triunfo de Juntos por el Cambio en primera ronda.

Es su derecho, puesto que sabemos que los intereses corporativos de los medios dominantes tienen en Juntos por el Cambio su mejor garante solo por hoy, pues como nos advierte Fabiana Cantilo, “nada es para siempre”, estimados lectores de PERFIL.

Y a preparase que mañana llega Mendoza, y el cuello de Cornejo deberá soportar el peso de Patricia Bullrich.

*Director de Consultora Equis.

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