Como se observa en los mapas, Juntos por el Cambio compite con ventaja con LLA en los municipios de mayor nivel salarial, mientras pierde mucha presencia en los estratos de menores ingresos, donde toma ventaja ostensible UP, ventaja manifiesta tanto sobre LLA como por sobre Juntos por el Cambio.
La gran novedad se registra en los municipios poblados de salarios medios bajos y medios vulnerables, donde el dominio de LLA es notable, incluso sobre UP.
En esos segmentos vulnerables se observa la caída de la imagen de Javier Milei, son los que constituyeron su voto original y son impactados por la severidad del ajuste que lleva adelante el gobierno nacional.
En sentido contrario, el mayor sostén de la imagen de Milei hoy es su voto agregado en segunda ronda, proveniente de segmentos medios altos y altos, que como primera opción tuvieron a Juntos por el Cambio.
Es un fenómeno local con despliegue en todo occidente.
Estamos siendo testigos de la desaparición de la clase media occidental. Afecta a todos los países: desaparece la clase media estadounidense, la británica, la francesa, la española e incluso la alemana. Es un choque cultural fundamental que está dinamitando la democracia occidental y a todos los viejos partidos políticos.
La cita es del geógrafo galo Christophe Guilluy que generó un gran debate en su país con su libro La Francia periférica. Sus tesis ahondan en esa brecha de clase entre las grandes urbes y el mundo rural.
Cuando observamos en el mapa de apertura el despliegue electoral de LLA a nivel nacional en las PASO 2023, su electorado madre, además de la vulnerabilidad socioeconómica agrega como el detalle más notable –con alguna excepción confirmatoria– su expansión por fuera de las grandes urbes y sociológicamente sobre segmentos medios, especialmente vulnerables.
Así las cosas, sostuvimos desde estas columnas que el desarrollo del ajuste que lleva adelante el Gobierno desembocará en una megacrisis y, en particular, erosionará la popularidad de Milei sobre su electorado original.
La discusión, obviamente son los tiempos en que los fenómenos estructurales erosivos, serán percibidos por la sociedad.
La erosión de imagen del Presidente es esperable que suceda, sin embargo, resulta conveniente no apresurar el cierre de la tradicional asincronía entre la percepción ciudadana de los efectos estructurales.
¿Qué pretendemos mostrar con esto?
Como lo muestran todos los estudios de opinión disponibles, la polarización sigue dominando el escenario nacional de preferencias y el formato actual reconoce de manera nítida dos polos: kirchneristas o libertarios, más precisamente Cristina Kirchner o Javier Milei, el resto a nivel nacional (sí distrital) no tiene significación estadística.
La polarización continúa vital y para imaginar el futuro es conveniente no angostar los puentes indiscutibles, entre efectos de estructura, y percepción social de los mismos.
Al respecto, para observar la magnitud del distanciamiento de los efectos de estructura y su percepción ciudadana, un reciente estudio de Pulsar/UBA sobre Creencias Sociales 2024 es aleccionador.
Desagregadas las creencias por preferencias electorales se observa la persistencia de visiones afines al imaginario oficialista, incluso en UP, cuyo electorado se percibe privatista en un 15%, menos que el 80% promedio que se percibe privatista entre los electores de Juntos por el Cambio y LLA.
Este trabajo sobre creencias sociales es una foto que reafirma la hipótesis sobre la distancia entre el efecto de estructura y su percepción social, por lo que la caída de imagen de Javier Milei, Sí, desmoronamiento No, que anticipamos en PERFIL.
Entonces, ¿cuánto tiempo más llevará?
La música que conviene escuchar al leer esta columna: Serú Girán – ¿Cuánto Tiempo Más Llevará?
*Director de consultora Equis.