Límites a la soberanía popular

El director de la Consultora Equis, Artemio López, ofreció un análisis sobre la preocupante situación política que atraviesa Argentina, haciendo hincapié en la erosión de la representación democrática y el rol de la proscripción judicial. En "La cabeza y el sombrero" de Radio Independencia, Chaco, advirtió que el país se encuentra "al borde de perder el estado de derecho", fundamentado en la soberanía del voto popular.

La proscripción de líderes populares amenaza el estado de derecho

Artemio López se refirió a las recientes elecciones provinciales, que abarcan un 25% del padrón nacional, donde se registró un ausentismo promedio del 45%. Este fenómeno, según el politólogo, no es homogéneo, sino que impacta con mayor intensidad en los sectores vulnerables de la pirámide social, los cuales presentan menor participación electoral.

A este escenario, López sumó la proscripción de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, una figura que, de acuerdo con consultoras, mantiene altos niveles de popularidad, especialmente en la provincia de Buenos Aires. La combinación del ausentismo electoral y la imposibilidad de participación de líderes populares a raíz de intervenciones judiciales, mediáticas y del poder económico, resultará en una elección «muy anómala», según su perspectiva.

Para ilustrar el declive de la representación, López citó el caso de la Ciudad de Buenos Aires, donde la victoria de Manuel Adorni en la última elección representó el 18% del padrón total, un porcentaje cercano a los niveles de representatividad previos a la crisis de 2001. En aquel entonces, Rodolfo Terragno ganó las elecciones en la capital con el 12% de representación del padrón. López manifestó su preocupación de que, si esta tendencia se profundiza, con la proscripción de líderes y la baja participación popular, se elija a presidentes que representen apenas el 15% del padrón electoral nacional.

Considera que la herramienta de la representación política, históricamente fundamental para los sectores populares, está siendo socavada en un contexto de creciente concentración del ingreso y exclusión social. Si esta herramienta se debilita, la democracia como sistema de gobierno «comienza a adquirir una forma tan anómala que es posible cuestionarla de manera plena».

López equiparó el modelo actual de exclusión y no participación al de Perú, donde, como mencionó el ministro de Economía Luis Caputo en su momento, el presidente del Banco Central lleva dos décadas en el cargo, mientras que todos los presidentes que gobernaron en ese período terminaron encarcelados, sin importar su signo político. Este escenario, en el que 43 partidos compiten en las elecciones peruanas, representa «el sueño húmedo de los sectores dominantes en Argentina», quienes buscan la no participación de los sectores populares y la proscripción de sus líderes.

Según López, esta dinámica es el resultado de una operación que involucra al poder judicial, el poder económico y el poder mediático. Los medios de comunicación, en particular, son calificados como «aparatos ideológicos muy eficaces» al servicio del bloque en el poder, construyendo un relato que desprestigia la dirigencia política. El politólogo recordó cómo la sentencia de la Corte en el caso de la ex presidenta fue anticipada por los medios, e incluso, la fecha del fallo habría sido dictada por ellos mismos.

Este proceso, que busca impedir la participación de Cristina Fernández de Kirchner en la provincia de Buenos Aires, un distrito estratégico que aporta casi la mitad de los votos al peronismo nacional, es visto por López como solo el comienzo. Advierte que el horizonte de proscripción podría extenderse a otros líderes populares y democráticos en distintos distritos.

Finalmente, López se refirió a la idea del abstencionismo como estrategia electoral. Considerando los actuales niveles de baja participación, que ya alcanzan la mitad de los habilitados para votar, el politólogo consideró «grotesco» proponer el ausentismo. Al contrario, enfatizó la necesidad de revertir esta tendencia y «volver a representar», una estrategia que, a su juicio, fue adecuadamente diseñada por Cristina Fernández. Reiteró que inducir la no participación es una estrategia obsoleta para el contexto actual.

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