En épocas en que "todos somos peronistas" , un gran recuerdo al gran Pato Lucas, que nunca acordó con semejante pavada. ¿Qué hacemos con Menem? Combatir la supervivencia de sus ideas, nos advertiría Carlos Nine.
La figura del militante, bastardeada en los años 90 por el menemismo, donde se la pretendió reemplazar por el de gestores burocráticos administrativos del estado, el conflicto social y la política en general, recobró sentido histórico a partir de mayo de 2003 e intenta ser nuevamente ser estigmatizada en esta nueva ola neoliberal en democracia .
El mejor homenaje a la militancia se condensa en aquel 17 de noviembre de 1972, en el primer regreso de Perón, y el mejor registro documental de época lo constituye «La marcha sobre Ezeiza», un filme en súper 8, dirigido por Carlos Nine , que tiene la peculiaridad de ser la única película de aquella peregrinación espontánea en busca del reencuentro con el líder, opacada —como manifestación masiva— por la ocurrida durante lo que fue la masacre de Ezeiza del 20 de junio de 1973.
La película se pasó en villas y barrios del Gran Buenos Aires como parte de la campaña que llevó a Cámpora al gobierno. Después se guardó. Bajo tierra casi, en los años de la dictadura»
Conocí al gran Carlitos Nine en el año 1973, en la UB cabecera de Regional 1 «22 de Agosto», de Av. Alberdi entre Lacarra y Olivera, ahí escuchábamos atentos sus análisis.
Recuerdo que, en medio de una reunión de UBRN (Unidades Básicas Revolucionarias), un proyecto para transformar las UB en alguna otra cosa , Carlos nos preguntó la edad de cada uno de nosotros.
Terminamos la ronda cantando nuestros años, nos miró, se tapó la nariz y mandó: «Qué olor a pis».
Éramos muy jóvenes, él también!
Luego, ya en épocas de la JP Lealtad, un intento fallido por torcer un destino, lo reencontré en la UB «Gerardo Ferrari» de Flores Sur, que en los finales de 1974, compañeros cercanos a la M «ortodoxa» prendieron fuego, cuando «la Ferrari» adhirió a la «JP Lealtad» un fugaz no lugar del setentismo peronista.
La inscripción que encontramos al día siguiente del incendio era persuasiva, digamos, y bastante contundente: «Gerardo Ferrari fue un combatiente popular, no un oportunista». Altri tempi.
En fin, en épocas en que todos somos peronistas, un gran recuerdo al más grande Pato Lucas que nunca acordó con semejante pavada.