Vinieron por nuestro deseo

¿Por qué no escala el conflicto social? ¿Acaso las peores condiciones socioeconómicas no fueron y son siempre y en todo lugar el motor de las protestas? Lo vemos tomando dos indicadores duros salario ofrecido y salario pretendido y como marco de análisis, algo heterodoxo, la denominada "Paradoja de Tocqueville". Las advertencias de Cristina Kirchner: "No vienen por mi ... "

 

Para el mes de junio los trabajadores estables por el Ripte , tenían un salario ofrecido promedio de $933.179,85, es el último dato disponible.

En igual mes, una familia tipo en la Argentina necesitó $873.169 para no ser pobre. El mismo hogar de cuatro integrantes requirió $393.319 cubrir sus necesidades básicas de alimentación y superar la línea de indigencia.

Por otra parte el salario requerido formal promedio por los hombres fue de $928.914 por mes, mientras que el solicitado por las mujeres es de $885.974 pesos.

Nadie aspira a más, apenas a superar la línea de pobreza en la pretención de salario formal. Es la paradoja de Tocqueville en acto.

Señala Diego Tatián:  Hace casi doscientos años, Alexis de Tocqueville señalaba en La democracia en América una paradoja cuya fuerza persiste aún: cuando la desigualdad social es abismalmente grande, se vive como como natural, la imaginación social ni siquiera es capaz de plantearse la posibilidad de su supresión y a nadie se le ocurre intentar transformar el orden establecido.

Cuando, en cambio, esa desigualdad se reduce, los resabios de privilegio son mucho menos tolerados, las diferencias existentes cuestionadas y las jerarquías combatidas. Según esta idea, no es el deseo de igualdad lo que produce igualdad; es el avance de la igualdad lo que produce deseo de igualdad.*

Las condiciones estrictas del ajuste operan a nivel objetivo, el indicador que tomamos el salario formal ofrecido en línea con el valor del umbral de la pobreza para un hogar tipo ( lo que es congruente ya que el hogar promedio en el país es de 3,6 miembros), pero a nivel subjetivo opera áun con más profundidad.

Familia tipo necesitó en junio $873.169 para no ser pobre

El indicador analizado para analizar el impacto subjetivo es el salario pretendido, que también se emparenta con el ofrecido y está en línea con el umbral de la pobreza.

Es habitual recordar que las grandes rebeliones populares no las despleigan, al menos inicialmente, los sectores sociales más vulnerables. En el córdobazo de finales de los años sesenta, fueron los obreros metal mecánicos mejor remunerados junto a los estudiante, los que encendieron la chispa.

Incluso en la crisis del año 2001 fueron los segmentos medios quienes al ver atrapado sus ahorros en los bancos, comenzaron la rebelión que culminó en las jornadas del 19 y 20 de diciembre y la huída en medio de asesinatos múltiples del presidente Fernando de La Rúa.

* Para una aproximación al tema que debe ser desarrollado, vean LA PARADOJA DE TOCQUEVILLE – POR DIEGO TATIÁN – La Tecl@ Eñe Revista .

Un comentario

  1. El avance de la igualdad para que suscite el deseo de igualdad solo puede ocurrir de hecho, con concepciones y acciones que tengan el efecto de hacer avanzar la igualdad.

    Sostuve en mi blog lo mismo respecto al humanismo: solo puede ocurrir de hecho para que prenda en parte de la gente. No se puede esperar que la gente sea humanista mientras se degrada hacia la ley de la selva.

    Esto siempre fue así. No es que primero ocurre una concepción que persuade y convence a la espera que ocurra una reacción que respalde una acción.

    No ocurre así en la práctica. Cuando hay liderazgo de conjunto o de conducción, en la práctica ocurre una
    concepción – ejecución simultánea del o la líder que desemboca en una concepción que sí prende en la población.

    Por eso, en cierto punto, un cambio o revolución es un «forzamiento» que tiende a crear las condiciones que lo justifique e institucionalice.

    Pero ese «forzamiento» solo es posible si está en la mente del potencial líder de conjunto o de conducción y de sus cuadros auxiliares. No es posible de otra forma.

    Este problema, Artemio, no hay que perderlo nunca de vista porque, sino, se puede caer en los desfasajes del consensualismo y confrontacionismo que son dos caras de la misma moneda, porque el primero supone que los distintos intereses parciales dados pueden congeniar sin cambiar los principios de funcionamiento de la realidad que les dio lugar, y los segundos suponen que la confrontación por sí conduce a la victoria sin necesidad de liderazgo de conjunto o conducción.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *