¿Qué hacer con la tecnología?

Los desafíos que plantea la emergencia de un mundo digital hacen oportuno retroceder hasta el diagnóstico que tempranamente Lyotard diera del mismo para señalar el modo en el que la reflexión política sobre la técnica parece hoy estar dominada por una imaginación técnica desatada, de tendencia catastrofista o redencionista, pero “atada” en su imaginación política. La pregunta pasa por nuestras angustias: ¿Se vinculan a un problema de naturaleza predominantemente técnica o política?

EL ARDOR DEL PRESENTE

 

Un comentario

  1. ¿Y qué pasa si, ante la disyuntiva de la humanidad de resolver las necesidades humanas mediante un salto cualitativo en lo científico, tecnológico, técnico y espiritual, el deseo de algunos o muchos es quitarle los recursos a otros?

    Hay puntos de inflexión en la historia humana en que hay que crear e inventar las soluciones para que la especie sobreviva y tenga futuro.

    Pero no todos lo ven así, a pesar de que la historia es muy clara en esto. Hay gente que, ante esa incertidumbre, que demanda jugársela por un camino creativo, no opta por éste sino por la geopolítica de guerra para asegurarse los recursos del futuro y eliminar el riesgo de que otros que no sean ellos los consigan.

    Toda época histórica supone una base y potencialidad productiva y distributiva la que, asentada en la ciencia y tecnología vigente, la que, si no se renueva con nuevos descubrimientos de principios, se cae en círculos viciosos que tienden a la guerra y la autodestrucción.

    Está ocurriendo casi exactamente lo que pronosticaba JDP en los ’60 y principios de los ’70.

    Él decía que si el reordenamiento geopolítico lo hacían los imperialismos iba a ser en perjuicio de los pueblos. Era necesario que el tercer mundo se organice para ser una fuerza que proponga el reordenamiento aumentando la producción y mejorando la distribución.

    Esto último es lo que está sucediendo ahora. Bajo la orientación de China y Rusia, el ex tercer mundo, a través de múltiples organizaciones regionales y continentales, está vislumbrando el lugar que le corresponde en el mundo del futuro.

    Sin embargo, el imperialismo angloamericano se opone intensamente a eso y diseña y ejecuta guerras geopolíticas para privar al tercer mundo de las naciones soberanas (Rusia y China) que lo están orientando.

    Es decir que, como decía JDP, el imperialismo, en este caso, angloamericano, opta por la guerra y la supresión biológica, mientras que, China y Rusia y gran parte del mundo (India, Brasil, muchos países de Asia y África, etc.) opta por el reordenamiento geopolítico racional, basado en principios de cooperación entre soberanías y en base a la ciencia y la tecnología como fuerza motriz de la economía, más allá de los dogmas de las escuelas económicas occidentales.

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