Se equivocaba Rosendo Fraga cuando a horas de la muerte de Néstor Kirchner escribió en el mismo diario: “La continuidad institucional no está en riesgo en la Argentina, pero puede estarlo la gobernabilidad en el tramo final del mandato de Cristina, si ella no aprovecha lo que posiblemente sea su oportunidad histórica: dejar de ser la presidenta de una facción, para pasar a serlo de todos los argentinos”.
Y como es habitual erraba Mauricio Macri cuando afirmó: “Este tren que hemos dejado pasar tantas
veces y que hoy nuevamente está en la estación de la Argentina para que nos subamos… Nos vamos a subir, aunque tengamos que tirar por la ventana a Kirchner porque no lo aguantamos más”.
El kirchnerismo logró no uno como soñaba Escribano, sino doce años de gestión exitosa y siempre acompañado de gran legitimidad social y electoral.
Cristina no claudicó en su primer mandato como soñaba Fraga, sino que culminó dos períodos presidenciales consecutivos, sin torcer jamás el mandato de sus votantes y ambos con indiscutible acompañamiento ciudadano.
Por otra parte, nadie se animó a “tirar por la ventana” a Néstor Kirchner mientras vivió y finalmente el tren de Mauricio arruinó al país en solo tres años de recorrido y falta lo peor, que aún no pasó.
Más pobreza, más desempleo, más inflación, más deuda, ese es nuestro futuro inmediato, lo sabemos.
En estos días siniestros para la democracia y ya sin Estado de derecho solo nos sostenemos en la actitud personal y nada ni nadie nos va a amedrentar y privarnos de darle el mejor homenaje que merece Néstor Carlos Kirchner:
Estamos seguros de que la figura de Néstor Kirchner cobrará significación a medida que transcurra la historia. El mejor presidente desde la recuperación democrática, junto con Cristina, constituyó el único ejemplo de gobierno desde el año 1983, que tras cada mandato devolvían el país con indicadores socioeconómicos mejores que los que encontraban.
Bajó la pobreza a la mitad, y la indigencia a un tercio, desendeudó el país, restauró la autoridad presidencial en particular y la autoridad política en general en un país devastado por el neoliberalismo, cuya tercera etapa de disolución del poder político vivimos hoy, cuando el FMI ya diseña la política nacional a punto de tener su propio despacho en el Banco Central “independiente”. Queremos recordar que adicionalmente a su enorme estatura como político, Néstor Kirchner fue un gran ser humano, poseedor de la virtud de los santos: la valentía personal.
Sabia de su destino, era consciente de los riesgos de su enfermedad y aun así se entregó a la tarea siguiendo sus más firmes convicciones y murió por ellas.
Las mismas convicciones que nos transmitió y serán las que nos impulsen a defender el nuevo futuro gobierno popular, bajo la conducción de su compañera de toda la vida, Cristina, a pesar de las amenazas de los enemigos de la democracia que la someten a persecución jurídica y mediática desde el año 2007, sin opacar en lo más mínimo su liderazgo y mucho menos afectar su espíritu.
Así las cosas y a 21 años de haber asumido la presidencia, en perspectiva, queda claro que Néstor Carlos Kirchner tomó un conglomerado social desquiciado por casi 25 años de neoliberalismo y reconstruyó un país.
No fue casualidad. Durante su período (2003-2007) se produjeron transformaciones sustantivas llevadas adelante por un presidente que asumió con 24% de desempleo y apenas 22% de los votos; y convivió inicialmente con la amenaza de desestabilización plasmada por los editorialistas del establishment, cuyo paradigma fue aquel panfleto de Claudio Escribano, publicado en el diario de derecha conservadora La Nación, donde le auguraba apenas un año de gobierno.
Se produjeron cambios por un presidente que asumió con el 24% de desempleo y el 22% de votos
Esperemos que las nuevas generaciones, a las que Cristina Kirchner llamó a tomar en sus manos el destino del país, imiten su ejemplo. A catorce años de su fallecimiento no lo vamos a olvidar, vamos a seguir su ejemplo, vamos a cumplir. ¡Gracias Néstor!
*Director de Consultora Equis.
Fueron sin duda los años más felices.
Claro que fue el mejor ciclo desde el 55. Pero no se pudo darle continuidad y asi estamos ahora. Nuestro mejor candidato es el que fue ministro de economia durante el amesetamiento de la econimia en el ultimo periodo. Eso que no logro imponer un candidato ni logro ganar las elecciones. Se hizo un monton pero se termino con 22% de pobreza mas de 40% de trabajo informal, una economia mas concentrada y mas extranjerizada. Pero todo la propuesta es mirar como atraer los votantes del centro y peor aun los dirigentes del centro. Todos traidores horrorizados o despechados por Milei. Nunca fui buen politico pero siguen con la logica de Scioli Fernandez y Massa. Fernandez gano y fue un desastre y Scioli y Massa no fueron un desastre porque no ganaron. Tenemos miedo de generar propuestas diferentes. Reivindicar el primer plan quinquenal esta prohibido???