Por acá pasó Perón!

El INDEC ha dado a conocer información sobre el mercado de trabajo en la que se observa que el 42% de la Población Económicamente Activa de los 13,6 millones de personas relevadas por el INDEC, hoy realiza trabajos informalizados. La informalidad laboral refiere al conjunto de personas ocupadas, ya sean independientes o en relación de dependencia, que desarrolla sus actividades al margen de las normas que las regulan.

Cuentapropistas, el ejército silencioso

La melodía
Quiere llevar
Lo bueno y lindo de estar contento

 Ricardo Iorio

La distribución por género de la informalidad muestra la brecha desfavorable a la mujer y por edad, los jóvenes de hasta 29 años, orillan el 60% de la carencia.

El cuentapropismo de sobrevida, que explica en parte la baja tasa de desempleo, no para de crecer y en el universo informal ya representa el 62% del total contra apenas el 36,1% de asalariados.

 

Pero el cuentapropismo no sólo es abrumadoramente mayoritario en el universo informal sino que, según los datos que relevó Luis Campos, investigador del instituto de Formación de la CTA Autónoma, el 21% de los ocupados registrados a septiembre del año 2024 era monotributista o también llamados “facturero, facturera”, sin los derechos tradicionales de aguinaldo y vacaciones y con cobertura de salud muy desventajosa respecto los trabajadores bajo relación de dependencia formales.

Para tener una idea del crecimiento del cuentapropismo formal, considérese que en el año 2012, representaban el 14% de la masa de empleo formal.

Son jóvenes en términos relativos, y este fenómeno explica en parte el comportamiento social, la merma de la representación sindical e incluso las preferencias electorales, ya no sólo en el universo precarizado sino aún dentro del universo formal.

Las implicancias de esta estampida del cuentapropismo o trabajador independiente formal e informal, que sumados hoy representan el 37% de la Población Económicamente Activa, ya señalamos que está en la base de la crisis de representación sindical tradicional y provoca también efectos de representación política y electoral contundentes.

Con respecto a este último señalamiento la encuestadora Prosumia que había proyectado que Javier Milei ganaría por 11 puntos en el ballotage, en un informe previo desglosó el comportamiento del voto al nuevo personaje que hoy engalana el sillón de Rivadavia y a Sergio Tomás Massa en las PASO y en la primera vuelta electoral del 22 de octubre del año 2023.

Javier Milei recogió el 50,8 por ciento de las preferencias en asalariados formales, 47,4 por ciento en jubilados y pensionados, 63,5 por ciento en cuentapropistas y 50,9 por ciento en asalariados informales.

 

Cómo se observa el impacto del cuentapropismo tanto formal e informal hoy ya no sólo es un fenómeno que explica la dinámica del mercado de trabajo sino que debe ser considerado a la hora de proyectar modalidades de representación política nuevas y comportamientos electorales.

La defensa de derechos adquiridos, la promesa de otros nuevos y hasta el estilo de discurso y liderazgo deben empatizar con esta legión de cuentapropistas -y sus familias- que ya no son representados ni ordenan sus preferencias electorales de acuerdo a patrones anteriores.

La sociedad argentina se caracterizó hasta mediados los años setenta por un fuerte predominio de la salarización y relación de dependencia formal.

La dictadura alteró drásticamente el modelo sustitutivo que sostenía estos atributos y la democracia lo profundizó. Salvo en el lapso comprendido entre los años 2003 y 2015, la valorización financiera como nuevo “modelo económico” y la paulatina pero inexorable expansión de la informalidad laboral y en paralelo el cuentapropismo tanto precario como formal, terminaron de dibujar un paisaje socio económico absolutamente diverso.

 

De aquél 12% de informalidad de mediados de los años 70, pasamos a los actuales 42% y de un 85% de salarización de la Población Económicamente Activa, a un 63% y descendiendo.

Que hoy, casi 4 de cada 10 trabajadores sea independiente es un fenómeno a analizar. Milei es un síntoma también de este cambio estructural del mercado de trabajo, síntoma que finalmente pasará, pero el fenómeno social quedará y muy probablemente se expanda, agregando más fragmentación al ya astillado mercado de trabajo.

En fin, efectivamente y para concluir con una sentencia muy transitada aún hoy básicamente en algunos exitosos estrimings políticos opositores: “Por acá pasó Perón”, pero y lamentablemente, hace tiempo y a lo lejos.

Cuentapropistas, el ejército silencioso

A propósito: ¿Están contentos con el León de Palermo, encarnación desopilante del actual «modelo de llegada» que para los trabajadores y trabajadoras supone la «batalla culrural» contra el populismo demagógico y estatizante, estimados lectores?

*Director de Consultora Equis

Una aproximación a la visión dominante del cuentapropismo

(Agencia Remote, España)

Trabajador por cuenta propia o empleado: ¿cuál te conviene más?

Autonomía

La autonomía es la libertad de decidir cómo y cuándo realizar una tarea.

Los empleados y los trabajadores por cuenta propia suelen tener niveles de autonomía muy diferentes, y estos últimos suelen tener vía libre (en el marco de unos plazos preestablecidos).

Trabajador que se desplaza libremente entre asignaciones

Los trabajadores por cuenta propia independientes son libres de decidir su horario laboral, tarifas y métodos, mientras que los empleados están sujetos a requisitos más estrictos impuestos por la empresa.

La autonomía es uno de los criterios clave que utiliza la administración para determinar la clasificación correcta de los trabajadores.

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