El gobierno de Javier Milei se encamina a un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y tomar nueva deuda. Recordemos que La Argentina es el país más endeudado con el FMI y a la mayor tasa de interés. En el Poder Ejecutivo esperan un desembolso de 20.000 millones de dólares y buscan la forma de evitar al Congreso, más allá de lo que indica la Ley Guzmán. Al respecto, Alejandro Werner ex integrante del FMI no advierte riesgos por autorizar la nueva deuda con el FMI vía DNU. Elogió la gestión de Puto Capoto en términos de política fiscal y moderación en la eliminación de controles. El de Milei es lo que se dice "un gobierno amigo" del Fondo Monetario Internacional y sus políticas, y para Werner habrá que obrar en consecuencia.
El economista tucumano, Horacio Rovelli, en su tradicional columna en La Tucumana de Mañana, señaló que la versión que indica que el acuerdo estaría cerca de cerrarse y el monto estimado «tiene visos de verdad» porque de otra forma, «el dólar estaría hoy a 5.000 pesos».
No obstante, Rovelli recordó que «Argentina es el país más endeudado y con la mayor tasa de interés con el Fondo» e indicó que con ese dinero de 20.000 millones de dólares , el gobierno tendría cubiertos los pagos de deuda hasta las elecciones de octubre e incluso de todo el año.
Al respecto Alejandro Werner: “El FMI debería tomar el riesgo político de que las cosas salgan mal”, afirmación que ratifica su balance del endeudamiento del año 2018 realizado en La Hebert Foudation en Miami, préstamo que él monitoreo y no tuvo los resultados electorales esperados.
En efecto, Alejandro Werner fue el encargado de asignar (monitorear) el préstamo delictivo que el FMI asignara al presidente Macri en 2018.
Lejos de considerar un acto reprochable el haber otorgado el préstamo, las conclusiones de Werner son otras. Cuando un gobierno enfrenta una coyuntura electoral y, como en el caso del presidente Macri, desarrolla las políticas que el FMI considera “correctas” para sus intereses y el de los acreedores, debe apoyárselo abiertamente y sin entrar tanto en consideraciones políticas sobre el consenso o no que tenga ese gobierno “amigo”.
Vean y saquen ustedes las conclusiones.
Periodista: ¿El Gobierno da más señales de un acuerdo prácticamente cerrado que las que otorga el Fondo?
Alejandro Werner: El Fondo es una institución más técnica, no quiere mandar señales confusas a los mercados ni a la prensa sobre el punto de negociación en el que están antes de haberle informado al Board, que no está informado del día a día, entonces lo último que quieren es que se entere por los medios. El Gobierno argentino, en cambio, siente la necesidad de mandar señales a los mercados y a la sociedad.
P.: Anteriormente se especulaba con la influencia de Trump sobre el acuerdo. Ahora que asumió, ¿le parece palpable la ayuda que otorga Estados Unidos?
A.W.: Yo siempre he dicho que la ayuda de los Estados Unidos va a estar ahí. El esfuerzo que se ha hecho en Argentina para resolver el principal problema económico, el desbalance fiscal, y también el esfuerzo en la parte desregulatoria es tan grande que el Fondo claramente está en una posición en la cual apoyará al país, y Estados Unidos también. No apoyar sería una decisión muy mala. Claramente hay una cercanía entre el gobierno argentino y el gobierno de Donald Trump, y más en este contexto de poca previsibilidad, sin saber cuál es la visión exacta que tiene Trump sobre el Fondo Monetario o el Banco Mundial.
P.: ¿Cómo ve la situación financiera de la Argentina a partir de la gestión económica de un Ministro que en el pasado fue juzgado negativamente por el FMI? ¿Luis Caputo repite las políticas de 2018 o incorporó errores del pasado?
A.W.: Yo creo que el Fondo quiere evitar hacer desembolsos muy grandes que solo se usen o que se usen para intervenir en el mercado cambiario y mantener un dólar oficial que se deprecie al 1% mensual en un contexto en el cual la balanza cambiaria y las reservas del Banco Central se deterioran. Entonces, el Fondo va a ser muy cuidadoso de eso. Por otro lado, creo que hay diferencias importantes con el año 2018, en el sentido de que Argentina tiene controles de capitales, entonces tiene más instrumentos para hacerle frente a una potencial salida de estos dólares que están en la bicicleta financiera que tú mencionas. Además, parte de esta bicicleta que responde al blanqueo tiene implícito también un premio por quedarse en Argentina más allá del diferencial de tasas de interés, que el ‘carry trade’ tradicional no tiene.
P.: Pese a la buena letra, ¿cree inevitable una devaluación? ¿O entra en los aspectos a negociar?
A.W.: La diferencia crucial que hay entre el FMI y el Gobierno responde a que están trabajando en un programa que le garantice al Fondo que va a haber un movimiento hacia la flexibilidad cambiaria y que los recursos del Fondo se van a ir desembolsando siempre y cuando esta mayor flexibilidad cambiada se vaya dando. Yo creo que este es un Gobierno que, al momento que se tenga que dar una mayor volatilidad cambiaria, el presidente Milei será mucho menos impulsivo para tratar de impedir los movimientos del tipo de cambio. De todos modos, considero que el año que viene Milei estará convencido de que la flexibilidad cambiaria es buena y que hay que dejar que el tipo de cambio se mueva mucho y luego regrese, que es lo que no se vio en el gobierno de Macri. En aquel Gobierno se vio una falta de tolerancia a esta volatilidad cambiaria con tipo de cambio flexible que sí se vio en otros planes de estabilización, como fue el caso de México 94’ o Chile.
P.: ¿Qué opina sobre la estrategia de autorizar las negociaciones vía DNU y no a través del tratamiento legislativo de ambas Cámaras? ¿Es viable para el FMI?
A.W.: El Fondo no exige que el acuerdo se ratifique en el Congreso, pero sí busca garantizar un aseguramiento político para que el apoyo al programa vaya más allá del partido que está gobernando. Entonces, una manera de demostrar este aseguramiento político es que se apruebe por el Congreso o que hayan declaraciones positivas de miembros de la oposición sobre los grandes lineamientos del programa. Yo creo que esa es una mala política del Fondo. Si el Fondo Monetario está negociando con un Gobierno, debería ir para adelante, aprobar, prestarle el dinero y luego asumir si hay un riesgo político de reversión en el futuro. Si el Fondo de veras cree que las medidas implementadas por el programa son buenas para la economía y el Gobierno puede llegar a reelegir, le está dando un arma política a la oposición que yo creo que es poco inteligente que el FMI se la de. A veces hay temas que un segmento del espectro político no apoya y el FMI sí, pero luego se implementan, tiene buenos resultados y luego la aprobación de esa política es mucho más amplia. Sin embargo, el Fondo debería tomar el riesgo político de que las cosas salgan mal. Entonces, en ese sentido, yo creo que el Fondo, al buscar este tema de apoyo político tan amplio, exagera los compromisos que necesita. Por eso creo que la diferencia de que el presidente Milei decida ir por DNU en lugar de ir por el Congreso no se me hace tan importante.
P.: Bajo la gestión de Alberto Fernández, el FMI mostró cierta flexibilidad o benevolencia frente al incumplimiento de las metas del viejo acuerdo. ¿Considera que con Milei tienen la misma contemplación?
A.W.: El programa bajó la gestión de Alberto Fernández fue solo un rollover del programa anterior para que Argentina esté vigente con el Fondo y no mandarla a un default. La decisión de primer orden de magnitud en el Fondo era lógica: nosotros mantenemos algo de poder de negociación y algo de influencia teniendo un programa que si mandamos a la Argentina al default y lo último que queremos es ser los responsables de esa situación. En este caso, el Fondo obviamente está mucho más de acuerdo con las medidas que se están tomando y no tendría ningún problema en hacer un programa donde nomás se le dé rollover al 100% de los vencimientos y darle carta blanca al gobierno de Milei en ese programa. Ahora, si el programa además va a tener un incremento en la exposición financiera del Fondo, ahí es donde se endurece mucho más la negociación. No es lo mismo un programa donde se aumenta la exposición que un programa donde solo se hace el rollover. Aunque las reglas del FMI te dicen que ambos se deberían negociar igual, eso no sucede, la realidad es muy diferente.
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