Por Jorge Alemán*
(para La Tecl@ Eñe)
La experiencia neoliberal ultraderechista argentina es única en el mundo. Si el capitalismo en su forma neoliberal siempre implica una reducción definitiva en el control democrático de los poderes, en este aspecto Argentina inaugura una experiencia única. La tendencia al estado de excepción en el interior del espacio democrático en Argentina se acelera definitivamente. Las ultraderechas europeas sueñan con esta posibilidad, pero aún tienen por delante un tejido estatal e institucional difícil de derrumbar. En cambio, en la Argentina, y esta es la incógnita que atraviesa a estos días, se está gestando un plan de destrucción del espacio público y de la experiencia del común, propio de una dictadura pero que intentará plasmarse en un espacio pseudo democrático.
Ya se puede vislumbrar que el proyecto de La Libertad Avanza, a la larga, no tiene posibilidad alguna de desplegarse en democracia. La conflictividad social, que en distintos tiempos se irá desplegando, la destrucción definitiva de vidas precarias, el empobrecimiento definitivo de los sectores medios, etc., no es sostenible en un orden democrático. Lo que es en todo caso difícil de anticipar es en cuánto tiempo la verdad inevitable se va a revelar, y qué medidas deben ser consideradas por aquellxs que aún desean defender la democracia.
Se puede aventurar un solo punto: la única manera de defender la democracia es radicalizándola y para ello es necesario reconstruir y también reinventar el movimiento nacional y popular.
Esta vez, ahora que las derechas se han hecho patentes en su ferocidad antidemocrática, será preciso situarse en una ética en la izquierda. Decir una ética no es decir una política de izquierda, la política siempre exige una dimensión maquiavélica que no puede existir con ataduras férreas a principios inertes. La apelación a un horizonte en la izquierda no implica subsumir todo en el progresismo socialdemócrata. No obstante, si no se constituye una interpretación abierta del legado peronista y especialmente kirchnerista, que se reconozca en una nueva e inédita izquierda, se perderá una gran oportunidad.
Se dice «en la izquierda» y no de izquierda para evitar cualquier nominalismo. No es necesario nombrarse como «de izquierda». Pero la siempre deseada construcción de una Patria justa, libre y soberana, exige una formación política del movimiento nacional y popular, con democracia interna, mandatos éticos de memoria, verdad y justicia, y para evitar la ubicuidad endémica del peronismo es crucial que se mantenga en un horizonte de izquierda. Será un nuevo ejemplo para el mundo, de la capacidad creativa del verdadero proyecto político argentino.
Buenos Aires, 6 de diciembre de 2023.
*Psicoanalista, escritor y poeta.
Rodrigazo.
Todavía no consiguen un Celestino Rodrigo.
No importa … A este evento económico que se aproxima, bien podremos llamarlo Caputazo.
Al Argento le sentará muy bien.