Sea joven o no, la proporción de ingreso que toma el alquiler en un hogar tiene hoy un crecimiento exponencial, efecto central del mercado desregulado. No existe en el mundo una experiencia de desregulación como la que plantea el actual gobierno neofascista. Incluso en la organización social que dicen sirve de modelo a la banda que hoy decide el rumbo socioeconómico, la desregulación absoluta es impensable. Alemania, Francia e incluso en Nueva York los alquileres se regulan y el reciente vencedor de la interna demócrata el dirigente musulmán Zohran Mamdani, basó su militancia y parte de su campaña en este tema crucial y prometió mayor regulación. No es el único absurdo de este gobierno, uno más y no jodemos más: En medio de esta ola desreguladora y el aumento galopante de la proporción de ingresos de los hogares destinado a la renta, pretende seguir informando sobre niveles de pobreza con una canasta con ponderadores del IPC en base a la ENGHo del año 2006 con subrepresentación de gastos en tarifas, transporte y en el colmo del chamuyo, sin incluir gastos de alquiler. Y no solo eso, pretende además contarnos que la pobreza baja. ¿Ven? ¡Nos toman por boludes compañeres!
Las primeras cifras sobre asequibilidad de la era Milei muestran que los jóvenes destinan más del 50% de sus ingresos para alquilar un monoambiente en CABA.
