Por la “razón o la fuerza”

En el siguiente informe presentamos una descripción cuantitativa y comparada de la conflictividad social en la Argentina durante los primeros 100 días del gobierno de Javier Milei (2023-2024) y del de Alberto Fernández (2019-2020). El análisis se basa en la identificación y caracterización de los “hechos de protesta” relevados por los diarios nacionales Página 12 y Clarín, en su versión digital.

La Jornada - TAG - javier milei

 

Por Agustina GradinVerónica Soto Pimentel y Matías Reiri

*Al finalizar esta caracterización encontrarán un anexo metodológico con la representación gráfica de la dinámica de la conflictividad social y las definiciones conceptuales que guían la misma.

HECHOS DE PROTESTA, CONFLICTOS Y OBJETIVO DE LA DEMANDA

  • Se observa un incremento del 61% de los hechos de protesta entre ambos períodos.
  • Durante los 100 primeros días del gobierno de Javier Milei han habido un total de 82 hechos de protesta, cantidad superior a los 50 hechos de protesta ocurridos durante el gobierno de Alberto Fernández en el mismo período. Es decir, un promedio de 0.82 protestas por día en el primer trimestre del gobierno de La Libertad Avanza (LLA), frente al 0.5 por día del mismo periodo del gobierno del Frente de Todos (FdT).
  • En el caso del gobierno actual, las protestas relativas a conflictos por cuestiones sociales son las más recurrentes, perteneciendo tres de cada 10 protestas a este conflicto. En contraste, este tipo de conflicto fue el menos significativo durante el período de la presidencia de Fernández analizado, con sólo 0.2 de cada 10 protestas relacionadas al conflicto social. Durante los primeros meses de gestión del gobierno del Frente de Todos hubo una preponderancia de las protestas ideológico-políticas con algunas expresiones multitudinarias de muestra de apoyo al gobierno entrante como el acto de asunción o la apertura de sesiones ordinarias en el Congreso de la Nación. Por su parte, en el gobierno de La Libertad Avanza, no se han registrado aún multitudinarias muestras de apoyo en el espacio público.
  • El conflicto laboral sigue siendo una problemática relevante al inicio de ambos periodos de gobierno, siendo representado por el 29% de las protestas en el caso de la gestión de Javier Milei y el 20% en el caso de la de Alberto Fernández. Se puede observar un aumento significativo de este conflicto de casi un 30%.
  • En ambos periodos de análisis, el principal objetivo de las protestas ha sido el Estado nacional. Sin embargo, este porcentaje se incrementa en el caso del gobierno de LLA con casi 8 de cada 10 protestas dirigidas a este actor, en contraste con las 5 de cada 10 del gobierno del Frente de Todos. Otra diferencia relevante es que sólo el 1% de las protestas del período 10/12/2023 -10/03/2024 están dirigidas a gobiernos locales, mientras que en el período 10/12/2019 – 10/03/2020 esta cifra asciende al 12%.

DEMANDAS Y TIPO DE ACCIÓN COLECTIVA

  • La dinámica de las principales demandas en los primeros 3 meses de gobierno de Alberto Fernández y Javier Milei difieren en varios aspectos. En primer lugar, se visualiza una preponderancia de los conflictos vinculados a demandas por alimentos para los comedores populares y contra el ajuste, y la consecuente suba de precios (25%) y en rechazo a políticas del ejecutivo (22%), específicamente al DNU y la ley ÓMNIBUS en el comienzo del gobierno de Milei. En cambio, durante la gestión de Alberto Fernández, este lugar central se encontraba repartido entre pedidos de justicia por delitos generales (14%), rechazo a políticas del ejecutivo (12%) y contaminación ambiental (10%).
  • En segundo lugar, al indagar en los tipos de acción colectiva presentes en ambos períodos, es posible encontrar un 14% de hechos de protesta propositivos durante los primeros meses de Alberto Fernández que dan cuenta de una conflictividad social orientada a la intervención estatal en función de la resolución de las demandas. En el caso del los primeros meses del gobierno de Javier Milei, en el marco de un incremento exponencial de la conflictividad, es un hecho que la totalidad de los conflictos son de carácter reactivo, es decir que expresan una reacción o resistencia frente a una acción gubernamental, civil o del mundo privado.

ACTORES SOCIALES Y REPERTORIOS DE ACCIÓN

  • Entre los principales actores sociales que protagonizaron los hechos de protesta en los primeros 100 días de gobierno de Miliei, encontramos que un 36% corresponden a actores sindicales, es decir trabajadores, y un 35% a organizaciones sociales. Mientras que durante el mismo periodo del gobierno de Alberto Fernandez, los trabajadores representaron un 22% y las organizaciones sociales un 24% de los conflictos. Los conflictos protagonizados por la ciudadanía sin referencia directa a una organización sindical, social, estudiantil, empresarial y/o partidaria, disminuyen de un 24% del total durante el primer trimestre del gobierno anterior, a un 17% durante los 100 días del gobierno de LLA.
  • Dentro de los repertorios de acción utilizados, se evidencia una disminución de la movilización (44% de los hechos de protesta durante el mismo periodo de la gestión del Frente de Todos, contra un 18% para la gestión de LLA). Sin embargo, se evidencia un aumento significativo en las concentraciones (24%), paros de actividad (16%) y cortes (10%).
  • Un tipo de repertorio de protesta que muestra una dinámica de aumento sustantivo durante los primeros 100 días de la gestión de Milei son las acciones que identificamos como simbólicas (populares y/o cotidianas) que expresan diferentes demandas en el espacio público a partir de formatos innovadores y creativos como las “ollas populares”, las “filas” para ser atendidos/as, los “colchonazos”, los “molinetazos”, “los feriazos”. Estas formas de protesta ya se encontraban en el repertorio de acción durante otros periodos, sin embargo registran un fuerte aumento durante este periodo (10% del total en el gobierno de Frente de Todos, contra un 26% para la actual gestión).
  • Si bien el PARO aparece con una misma proporción para ambas gestiones, debemos destacar una gran diferencia entre ambos periodos. El gobierno de Milei tuvo dentro de los primeros 100 días un paro general que implica un reclamo unificado de todos los sectores sindicalizados al gobierno nacional,  no exento de las demandas sectoriales de cada sindicato pero sí en el marco de un deterioro de las condiciones de vida de las y los trabajadores del país en su conjunto. Esta protesta fue registrada como un sólo hecho, pero implicó una serie de movilizaciones multitudinarias en diferentes ciudades del país.  Por su parte, en los primeros meses de gestión de Alberto Fernández, que también estuvieron marcados por los paros como repertorio de acción relevante, estos reclamos estaban exclusivamente orientados a problemáticas sectoriales (salariales, condiciones laborales, etc) y dirigidos directamente a las empresas, no necesariamente al gobierno nacional.

DINÁMICA DE LA REPRESIÓN

  • El porcentaje de hechos de protestas reprimidos, muestra claramente un cambio en su tendencia. Mientras que durante los primero 100 días del FdT se reprimieron un 4% de los hechos de protesta (una protesta ambientalista en Mendoza, y un conflicto laboral de la UTA por las elecciones sindicales), durante  la gestión de LLA, se han reprimido un 15% de las manifestaciones.
  • El 42% de las protestas reprimidas durante el gobierno de LLA pertenecen a conflictos político ideológicos protagonizados por la ciudadanía y las principales organizaciones sindicales del país en rechazo al DNU. El 33% son protestas que abordan conflictos sociales en reclamo a la suba de precios y la falta de ayuda a sectores vulnerables, acciones protagonizadas por organizaciones sociales. Entre estas manifestaciones reprimidas se encuentra “la fila contra el hambre” que ocupó más de 20 cuadras desde el Ministerio de Capital Humano.
  • La ciudadanía y las organizaciones sociales han sido, durante los 100 primeros días del nuevo gobierno, los actores más reprimidos (42% y 33%, respectivamente). También fueron reprimidos los trabajadores (17%) y los pueblos originarios (8%)
  • El 75% de las protestas reprimidas durante el primer trimestre del gobierno en ejercicio estuvieron dirigidas al Estado nacional, siendo en su casi totalidad aquellas desarrolladas en contra del DNU.

Reflexiones finales

  • Durante los primeros 100 días del gobierno de LLA ha habido un incremento de más del 60% de protestas respecto al mismo período en el gobierno del FDT. Si bien en ambos escenarios, las protestas expresan una disconformidad con el Estado Nacional (considerando que gran parte de ellas están dirigidas a este actor), la naturaleza de esa conflictividad en la actualidad está asociada a las problemáticas sociales y el empeoramiento de las condiciones de vida de la población, siendo las cuestiones político-ideológicas, en cambio, lo distintivo de los 100 primeros días del gobierno del  del FdT).
  • Lo anterior se ve claramente reflejado en el tipo de demanda predominante enarbolada en las protestas durante el período analizado de la gestión de Javier Milei, asociadas principalmente a cuestiones sociales y al pedido de provisión de alimentos para comedores populares. Estos índices resaltan el incremento exponencial y rápido de la precarización de las condiciones de vida en un nuevo período signado por la inflación, por despidos, recortes de fondos para comedores populares y disminución de la asistencia del Estado a los sectores más postergados de la sociedad.
  • Que dentro del periodo del gobierno en curso hayan sólo protestas de tipo reactivas, cristaliza una transformación al interior de un Estado que ya no se muestra como un interlocutor ante las principales demandas de la sociedad. Si tomamos en cuenta que el 80% de las protestas están dirigidas al Estado nacional, la protesta como reacción podría reflejar un momento de resistencia y repliegue de sus protagonistas frente a una serie de decisiones y acciones que abarcan un acaudalado número de aspectos de la sociedad (bajo la forma del DNU y la ley ÓMNIBUS) y que están siendo tomadas de manera rápida bajo el principio, casi mitológico, del déficit cero y que el costo lo pague la casta. Esto, quizás, ha dado menor lugar a que emerja la dimensión propositiva de la acción colectiva, abocada a la autogestión de soluciones frente a la ausencia del ejecutivo en el territorio o la visibilización de demandas que no están en la agenda de gobierno.
  • Los datos recolectados muestran claramente quiénes son los principales sectores perjudicados por el modelo económico y social actual: las personas que representan los sindicatos y las organizaciones sociales. Esta constatación pone en duda la promesa del gobierno entrante de que el ajuste lo pagará “la política”.
  • Las estrategias de acción utilizadas en los hechos de protesta identificados, podrían dar cuenta del clima contextual en que se están desarrollando en la actualidad. En efecto, que la mayoría corresponda a concentraciones puede deberse al “Protocolo antipiquetes” elaborado por el gobierno de la LLA, y la decisión de los protagonistas de la acción colectiva de proteger a sus manifestantes. Junto con ello, el incremento de los hechos de protesta simbólicos, evidencia claramente una búsqueda por parte de los diferentes actores sociales de expresar sus demandas en el espacio público tomando distancia de aquellos formatos que generan mayor rechazo de la opinión pública como los cortes de calles.
  • La persistencia de la movilización, como segunda estrategia de acción, sumado al incremento de hechos de protestas en el período, también darían cuenta de la ineficacia de esta herramienta para desincentivar la movilización. También debilita el discurso gubernamental de que las personas marchan bajo extorsión y su amenaza de: “él que para, no cobra”.

Si bien el nivel de represión de las protestas sigue siendo bajo dentro de la dinámica de la conflictividad social del país, su triplicación respecto del gobierno del FdT y el hecho de que haya sido ejercida principalmente por el Estado Nacional, son reflejo de una definición del orden y cambio social por parte de la LLA que debe alcanzarse por la “razón o la fuerza”. A este hecho, bastante evidente y transparente en el discurso y políticas de seguridad oficialistas, se suma algo más crítico: que sólo las protestas sociales por el hambre sean reprimidas, vuelve a poner en duda que el interés de la coalición gobernante sea beneficiar “al argentino de bien”, y castigar a la “casta”  o al menos, deja la pregunta abierta sobre quiénes serían los reales receptores de dichos beneficios.

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