Sobre el derecho y la ideología jurídica

-Ser abogado es como vender bolsas de agua caliente en el desierto-
Maximiliano Rusconi

-Los hechos lograron  corroborar otra vez la superioridad intelectual de Rodolfo Walsh por sobre los teóricos social- demócratas como el Dr. Carlos Nino, un paradigma jurídico del proceso de saqueo popular llevado a cabo en los albores de la democracia en el gobierno de Raúl Alfonsín que dio sustento a un segmento notable de la denominada “ilusión jurídica” de la política en los tempranos ochentas cuya máxima expresión de madures intelectual fue el discurso de “Parque Norte”, un muestrario de lugares comunes socialdemócratas, destinados a fracasar. Vean a Nino en medio de los saqueos, en los prolegómenos de la despedida alfonsinista

 

Sostenía Walsh: “Dentro del sistema, no hay justicia. Otros autores vienen trazando una imagen cada vez más afinada de esa oligarquía, dominante frente a los argentinos, y dominada frente al extranjero. Que esa clase esté temperamentalmente inclinada al asesinato es una connotación importante, que deberá tenerse en cuenta cada vez que se encare la lucha contra ella. No para duplicar sus hazañas, sino para no dejarse conmover por las sagradas ideas, los sagrados principios y, en general, las bellas almas de los verdugos”.(Operación Masacre, 1969)

La acusación a Cristina de ayer nos mostró que las relaciones de producción capitalistas se presentan como relación jurídica. Pero esta no se trata de una relación jurídica entre iguales, sino una “ideología jurídica” de clase, destinada a reprimir a quienes enfrenten sus intereses.

La retención de los medios de producción por las clases capitalistas (que está detrás de cada capitalista individual) puede estar sancionada y regulada por “relaciones jurídicas” (cuya aplicación requiere al Estado), pero no es una relación jurídica sino una “relación de fuerza”.

Fuerza ejercida desde la violencia declarada de la desposesión en el período primitivo de la acumulación, hasta la actual extorsión global de plusvalía. Cristina nos mostró descarnadamente la función represiva de esta “ideología jurídica de clase” habitualmente llamada “Derecho”.

Un “pelotón de fusilamiento” para los liderazgos y militantes contra hegemónicos capaces de desafiar el contenido de clase del “Derecho” , donde se realizan bajo relaciones jurídicas  las sagradas ideas, los sagrados principios y, en general, las bellas almas de los verdugos. 

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