Mientras el mercado confía en que estas fuentes seguirán apareciendo, la vida del ciudadano de a pie está muy lejos de este cuento de hadas. Los efectos de una devaluación histórica, sin medidas paliativas, se hicieron sentir en los números de pobreza. Aunque el valor del primer semestre de 2024 probablemente mejore, estamos ante un nuevo nivel de deterioro de las condiciones de vida.
Los salarios registrados privados apenas recuperaron el valor de noviembre y lo hicieron de forma heterogénea. Es decir, no todos recuperaron un poder de compra que ya era muy bajo, porque los efectos sobre la inflación comenzaron a sentirse incluso antes que asuma Milei. El salario real de los trabajadores del sector público sigue dos dígitos abajo respecto al año pasado y se presume que algo similar puede pasar con los trabajadores no registrados. El desempleo es más alto, y la calidad del empleo se deteriora.
El ajuste del gasto en prestaciones sociales se consolidó. La recuperación de las jubilaciones es engañosa al comparar con un mes donde no hubo aumento el año pasado. En octubre de 2024, un jubilado de la mínima cobrará un -21% menos en términos reales que en septiembre de 2023 (último aumento del gobierno de Alberto) y -14,4% si se compara con el mismo mes del año pasado.
El gobierno aposto todo a la Asignación Universal por Hijo, que creció en términos reales, pero esto no alcanza. Gran parte de los que perciben la Asignación Universal también reciben la prestación del programa Alimentar, que no sólo no ha recuperado su nivel anterior al cambio de gestión, sino que ha continuado deteriorándose. Cuando se mira estos montos en conjunto, la mejora se reduce notoriamente.
Bajá el informe
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