¿Es posible confiar en las analogías?

Rocco Carbone sostiene que en torno a las lecturas sobre el fascismo que viene proponiendo en sus artículos se da un debate, y una polémica, sobre los usos de la historia. Carbone afirma que se puede pensar en la historia bajo la modalidad del historiador profesional, o hurgar en la historia de un modo experiencial para imaginar algunos motivos posibles de lucha emancipatoria para nuestro presente. Como señalara León Trotsky; "Es posible confiar en las analogías, sí, no puedes prescindir de ellas si quieres aprender del pasado y no tener que empezar la historia de nuevo"

USOS DE LA HISTORIA

Ilustración Gentileza Roberto Jacoby y Syd Krochmalny. Revista Haroldo.

Un comentario

  1. «Siglos y siglos de historia y siempre vivimos en el presente», decía Borges.

    Lo importante es retener que la naturaleza del fascismo es una política oligárquica como reacción a crisis sistémicas que se pueden salir de control. Esa política oligárquica prefiere que se salga de control con el fascismo a que se salga de control con salidas soberanas y en cooperación a esa crisis.

    Cuando uno hila fino, descubre que el fascismo de Mussolini ni el nazismo de Hitler eran ajenos a manejos de la corona británica y sectores de la Banca angloamericana que facilitaron el ascenso de esas figuras. Esa manipulación va creando las condiciones para que las sociedades acepten semejante cambio de régimen. Las crisis económicas son el caldo de cultivo, pero no son suficientes como para que el nazifascismo tenga éxito. Ahí es que intervienen actores oligárquicos (generalmente esta intervención es desde las sombras) para que las cosas sucedan como ellos quieren, sin ellos dar la cara.

    Aunque falten (por ahora) las camperas negras y los desfiles paramilitares, el fascismo se apoderó del gobierno de la Argentina, porque se cumplen todos los requisitos señalados en el párrafo precedente, a saber: crisis e inestabilidad económica promovida por el mismo FMI en 2023, manipulación e incentivación de la figura por intereses locales siervos de oligarcas globales y cambio de régimen.

    Lo que estaba en la década del ’30 y está hoy son combinaciones oligárquicas a predominio angloamericanas. Son otras personas, descendientes y parientes, oligarcas nuevos, etc., pero ocupan los mismos lugares estructurales y desempeñan la misma función.

    La continuidad y las supervivencias del pasado de las que habla Rocco está en el Imperialismo mismo y sus soportes, es decir, combinaciones oligárquicas a predominio angloamericanas.

    La única manera de terminar con el fascismo, tal como se lo define aquí, es que el imperialismo se termine. Y la única manera en que puede ocurrir esto es que todos los países recuperen soberanía (en mi conceptualización esto es que recuperen el control de los resortes y recursos fundamentales) y su disposición a cooperar con otras soberanías en pos del bienestar de la humanidad.

    Es curioso cómo se van deformando los conceptos. Al fascismo y al nazismo se lo ha emparentado con el «nacionalismo». ¿Acaso hay algo de «alemán» en el símbolo de la esvástica?. Más bien allí hay reminiscencias del imperio Romano antiguo.

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