Desarmar ese acuerdo delictivo y rediseñar otro “legal y realista”

Un escenario abierto e inestable

Lo dijimos desde estas columnas. El escenario electoral nacional de octubre sigue abierto y gelatinoso.

Las dos grandes coaliciones no logran definir una supremacía neta a nivel nacional y aparecen otros actores. Sin embargo, en el distrito bonaerense las cosas son menos difusas y el oficialismo se afirma como opción ganadora. Concurren para ello varios factores:

La notable ventaja de Axel Kicillof en Buenos Aires que lidera la intención de voto en el distrito que aporta el 38% del voto nacional y el 50% del oficialismo, constituido hoy en el vértice de las chances oficialistas.

La poca penetración de los candidatos de Juntos por el Cambio. Ninguno logra acercarse a menos de 12 puntos de Kicillof.

La persistencia de las opciones de centroderecha. Todas estas alternativas son ondas parásitas de la onda portadora Juntos por el Cambio y de esa coalición obtienen el 90% de su potencial electorado que ronda el 15%.

Este combo sin duda favorece las posiciones oficialistas nítidamente que tiene como principalísimo escollo, no tanto los quiebres palaciegos (en el año 2021 marchó en unidad de cúpulas a las elecciones y se quebró por abajo perdiendo más de cuatro millones de votantes que acompañaron en 2019 al flamante FdT).

La traba principal que impide despejar el panorama electoral en favor de la continuidad oficialista es su política socioeconómica y en especial los ingresos familiares deprimidos contra un aumento incontrolable de precios en general y alimentos en particular.

Para ejemplificar, con datos oficiales del Ministerio de Desarrollo Productivo sabemos que el salario formal promedio al 3 de febrero de este año fue de $ 161.939, en tanto la canasta de pobreza subió en enero 7,2% y un hogar de cuatro miembros necesitaba $ 177.063 para no ser pobre. Insólito, salarios formales privados y públicos por debajo del umbral de pobreza.

Y es en este punto que hay que observar, como se ve en el gráfico, que el actual acuerdo con el FMI es inflacionario –entre otras calamidades que veremos promueve– y debe ser revisado.

Como señalaba el economista Alfredo Zaiat en mayo de 2022: “Las minidevaluaciones diarias para acercar la evolución del tipo de cambio oficial a la tasa de inflación registrada el mes anterior, los aumentos de tarifas para bajar subsidios energéticos y el alza de la tasa de interés, en un marco de una mayor tensión distributiva en la discusión salarial, tienen como saldo una mayor presión inflacionaria por el lado de los costos… la actual política económica carece de un ancla relevante de los precios”.

Ciertamente, cuando convalidó el acuerdo delictivo Macri-FMI el ex ministro Guzmán apostaba a que el ancla sea el programa económico acordado con el Fondo.

Para ello reclamaba orden político al interior de la coalición de gobierno, objetivo que no pudo alcanzar porque, precisamente, su concepción económica se había convertido en uno de los factores de mayor tensión entre la fuerza electoral muy mayoritaria del Frente de Todos (el kirchnerismo) y el presidente Alberto Fernández.

En este marco de debacle inminente, la aparición de Sergio Massa pudo ordenar esas tensiones, pero no desvanecerlas.

El actual ministro de economía sabe bien que el acuerdo delictivo Macri-FMI y su aceptación por parte de la gestión Guzmán trae, entre otras consecuencias, el impulso inflacionario, así lo hizo saber, en línea con el gesto de Máximo Kirchner al renunciar presidir la banda oficialista rechazando lo pactado por el discípulo de Stiglitz.

Y no solo se trata de deuda impagable, ahora mismo, por ejemplo, el programa que impone el FMI, obliga a mantener ajustado el consumo interno.

El Salario Mínimo, Vital y Móvil aumentará un 15,6% en abril, y será de $ 80.342, ya vimos que debajo de una línea de pobreza para hogar tipo metropolitano (cuatro miembros) y rozando debajo del umbral de indigencia de dicho hogar, fijado en $ 80.483.

El SMVM está en sus mínimos históricos desde el año 2015, cuando Cristina Kirchner abandona el Gobierno con el más alto a nivel regional medido en dólares y poder adquisitivo interno.

Desarmar ese acuerdo delictivo y rediseñar otro “legal y realista” es un objetivo de primera hora, si es que el actual gobierno desea competir con éxito en las elecciones nacionales que reiteramos, manifiestan un escenario totalmente abierto e inestable. Pero, como nos advierte Fito, “algo ocurrirá, tengo la sensación, una carta marcada, un buen signo del sol”.

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*Director de Consultora Equis.
(La música que escuché mientras escribía esta nota https://youtu.be/zc_J2G6UcG0).

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