La denominada “lucha interna” se aceleraba y ya no se detendría hasta el 24 de marzo de 1976, donde los mismos grupos paramilitares que actuaban bajo la conducción política de la derecha peronista con la sigla Triple A, se integraría de manera orgánica a la represión militar en los denominados “Grupos de Tarea”.
Con el golpe militar la llamada “lucha interna” se expandía a toda la sociedad y su actividad terrorista cambiaba de formato e involucraba ahora al conjunto del Estado y sus aparatos represivos (militares y jurídicos) e ideológicos (medios de difusión, escuelas y universidades, iglesias).
Se iniciaba a sangre y fuego, el primer desembarco neoliberal en el país. Una ideología regresiva, revestida de «buena técnica económica» hegemónica hasta nuestros días. Hegemonía neoliberal solo interrumpida por los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, que en perspectiva resultan el mejor homenaje a los luchadores populares que, como Carlos Mugica, dieron su vida por una patria justa, libre y soberana.