A partir de ahí, la burocracia imponía sus plazos. La ley de regulación de la eutanasia (LORE) fija un período de quince días entre la primera y la segunda solicitud, tras el que el caso es estudiado. En Galicia, según contestó entonces la Consellería de Sanidade, completar “un procedimiento complejo, estrictamente regulado en los pasos y trámites” por la LORE necesita “un mínimo” de cuarenta días ya que no existe lo que definían como “proceso abreviado”.
La Xunta repitió esa misma respuesta cuatro días después, cuando el caso había sido recogido por otros medios y provocado una “batería de iniciativas parlamentarias” del PSdeG para que “nadie más” muriese esperando la eutanasia. En Galicia, en 2023, 14 personas habían fallecido mientras aguardaban, tantas como las que llevaron su decisión hasta el final. Otras diez abandonaron por el camino.
Esa persistencia de Sanidade encontró rápida respuesta por parte de DMD, quienes consideraban que “por supuesto” existía la posibilidad de abreviar la espera de su compañera, algo que en 2022 se hizo en España en 82 ocasiones, el 15% del total según los datos del propio Ministerio de Sanidad, que cifraba la espera estatal media en 27 días, 13 menos que en Galicia. Lo contrario, decía, la asociación, haría que la ley dejase de ser “una garantía” y se convirtiese “en un obstáculo para aquellas personas con un pronóstico de vida muy limitado”. Como el de Laura.
Antes, igual que quiso organizar su propio viaje, Laura también dejó grabada su despedida. “La gente no lo entiende, pero yo llevo muchos años pensando y defendiendo la eutanasia, la ley de muerte digna”, cuenta en el vídeo grabado para ser distribuido por DMD tras su fallecimiento, y con el que pretende concienciar sobre esta lucha.
“El testamento vital va a reflejar qué cosas querrías cuando tu cabeciña no pueda decidir”. Eso, dice evita problemas tanto a las familias, “que no van a poder decidir una eutanasia”, como a los médicos: “así saben qué valores de vida tenías”.
Laura se sentía “una persona afortunada” desde que se asoció a la DMD, en 2006. Mientras alguna gente está “encantada” con un seguro de vida, a ella lo que le daba tranquilidad era pertenecer a esa entidad: “cualquier cosa que tenga que ver con la muerte sé que puedo consultarla con alguien”.
Como última petición, se dirigió tanto al Ministerio de Sanidad como a las comunidades autónomas para que “tengan en cuenta los cuidados paliativos muchísimo más de lo que los tienen”. Y un mensaje político: “le pediría a la gente que, cuando vaya a votar, vote a los que apoyan estas causas y no a los que restringen y luego gastan en cosas que no nos benefician”.