Renovar una perspectiva de izquierda

Las experiencias extremadamente sórdidas a las que a veces son arrastrados los pueblos no dejan explicarse solo como un engaño colectivo; será necesario indagar también lo que movilizan en la intimidad de las personas y lo que -por un momento- satisfacen. La persistencia de una atávica dimensión sacrificial en las sociedades contemporáneas quizá sea una de las claves para comprender el momento presente.

LA FASCINACIÓN SACRIFICIAL

Thomas Mann (1875 – 1955) Fotos/Getty Images)

3 comentarios

  1. «Se presentan como eximios tejedores, capaces de tramar una tela de particular hermosura, pero que solo podía ser vista por hijos legítimos y se mantenía invisible para los adulterinos»

    Esto se llama manipulación psicopática.

  2. ‘revelan que el juicio de las personas nunca es autónomo del juicio de otros, ni de una opinión común o dominante»

    Esto se llama identidad débil o falta de identidad. El individuo no puede o no confía en producir o crear algo propio.

    • El fascismo solo puede funcionar en los procesos de crisis sistémicas mientras los pueblos no encuentran un liderazgo de conducción que indique una salida soberana de esa crisis y en cooperación con otras soberanías.

      Durante esos procesos y en esas condiciones sin salida, ocurre eso de «latencia de contenidos de aniquilación realmente existentes, cuya manifestación es suspendida por la frágil y siempre precaria obra de la política, pero nunca deja de estar ahí …» que dice el autor del artículo.

      En realidad «nunca deja de estar ahí » en esas precisas condiciones señaladas arriba (sin salida soberana, sin liderazgos de conducción). Si emerge liderazgo de conducción y se vislumbra salida de la crisis, esa latencia deja de existir .

      Lo mismo pasa con esto que dice el autor «toda sociedad es Weimar», “siempre estamos en Weimar” -al borde de un precipicio de violencia, en la antesala de lo más atroz».

      Toda sociedad es Weimar en condiciones de crisis sistémica sin salida y en ausencia de liderazgo de conducción que marque el camino de salida.

      De lo contrario, el fascismo se convierte en una pseudo salida que subvierte hacia adentro los valores, inventando el enemigo interno, etc., etc.

      Argentina está camino a ese punto, que todavía no está cerca, pero sí en el horizonte. El tiempo para zafar es corto porque depende del tiempo biológico de una sola persona: CFK.

      La reemergencia de su liderazgo debe darse en la última etapa de la vida de Cristina, ya que la sociedad todavía no produce un liderazgo alternativa. Es la única manera de zafar del destino que acecha en el horizonte.

      Argentina es un país que se dio un gobierno de cambio de régimen con Milei y sus patrocinadores porque no puede producir excedentes económicos saludables. Su economía solo sobrevive reseteándose hacia adelante con saqueos enormes de amplias capas de la población que reducen sus condiciones y calidad de vida.

      Estas son condiciones óptimas para el fascismo, a condición de que un liderazgo de conjunto de conducción no le pueda poner corte.

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