Contradicciones en el seno del pueblo

El multimillonario Elon Musk - ídolo de nuestro Psycho Killer -, había sido prácticamente inseparable del mandatario Donald Trump - ídolo de nuestro peronismo posta post- desde el año pasado, sumándose al esfuerzo de remodelar y recortar el “gasto” sobre los segmentos vulnerables contenidos por el gobierno federal. Ahora "la amistad se ha venido abajo", o al menos eso dicen.

Hace seis días, Elon Musk y el presidente Donald Trump intercambiaron halagos en el Despacho Oval.

Eso cambió.

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El jueves, la rápida e imprevista implosión de su relación se produjo en una conferencia de prensa y en las redes sociales, luego de la salida de Musk como empleado especial del gobierno el viernes pasado. En ese momento, el multimillonario tecnológico dijo que esperaba continuar como “amigo y asesor del presidente”.

El bromance relámpago entre Trump y Musk comenzó públicamente cuando el hombre más rico del mundo apoyó a Trump para presidente en julio. Musk se dedicó entonces a hacer campaña en favor de Trump.

Desde la elección, Musk ha parecido básicamente inseparable del presidente al ayudar a dar forma al gobierno federal, a tomar decisiones políticas y a reunirse con otros líderes del mundo como “primer amigo” de Trump.

Pero más recientemente, ha habido indicios de desacuerdo. En una ruptura pública anterior con el gobierno, Musk tachó al principal asesor comercial del presidente, Peter Navarro, de “imbécil” y “más tonto que un costal de ladrillos” en una serie de publicaciones en X, su sitio de redes sociales, en abril.

Musk empezó a criticar públicamente el proyecto de ley de política interior de Trump la semana pasada, diciendo en una entrevista en CBS News que estaba decepcionado por las dimensiones de la legislación y su impacto en el déficit.

A partir de entonces, las cosas han empeorado. El sábado, Trump dijo que retiraría la nominación de Jared Isaacman, empresario multimillonario y aliado cercano de Musk, para ser el próximo administrador de la NASA. Isaacman ha sido un ávido cliente de la empresa de cohetes de Musk, SpaceX, y su retirada fue vista por algunos como un repudio a la influencia de Musk.

 

 

El martes, Musk contraatacó en X al criticar un ambicioso proyecto de ley republicano de política interior que Trump había respaldado, calificándolo de “abominación repugnante”. El director ejecutivo de Tesla y SpaceX argumentó que el proyecto de ley, que se conoce oficialmente como Proyecto de Ley Grande y Hermoso (One Big, Beautiful Bill Act), podía ser grande o hermoso, pero no ambas cosas.

“Lo siento, pero ya no lo soporto”, publicó Musk. Añadió que la ley iba a “aumentar el ya gigantesco déficit presupuestario” y contrarrestaría el trabajo que había realizado para recortar el gasto público a través del Departamento de Eficiencia Gubernamental conocido como DOGE.

El multimillonario también insinuó que podría ayudar a desafiar a los miembros del Congreso que apoyaran el proyecto de ley en las elecciones intermedias de 2026. “En noviembre del año que viene, despediremos a todos los políticos que traicionaron al pueblo estadounidense”, escribió.

Musk continuó el miércoles su campaña de guerra contra la legislación, publicando en X que acabaría con el proyecto de ley.

“Llama a tu senador, llama a tu congresista, ¡quebrar América NO está bien!”, escribió, refiriéndose a Estados Unidos. “MATEN EL PROYECTO DE

Trump dio su primera respuesta pública a las publicaciones de Musk durante una conferencia de prensa el jueves, en la que señaló que estaba “muy decepcionado” con el multimillonario. El presidente también insinuó que habría ganado las elecciones sin la ayuda de Musk.

Musk replicó en X diciendo: “Sin mí, Trump habría perdido las elecciones, los demócratas controlarían la Cámara de Representantes y los republicanos estarían 51-49 en el Senado”.

¿Por qué Musk relaciona a Trump con los archivos Epstein?

El hombre más rico del mundo llegó a insinuar que el mandatario estaba en los archivos Epstein, una acusación que implica que podría estar relacionado de algún modo con los delitos del financiero.

Un hombre con barba y traje que lleva una carpeta en el exterior de una edificación blanca.

Jack Posobiec y otros influyentes conservadores recibieron un anticipo de los llamados archivos Epstein, horas antes de que la fiscal general Pam Bondi los hiciera públicos, en febrero.Credit…Haiyun Jiang para The New York Times
Durante meses, funcionarios del gobierno de Donald Trump se han enfrentado a una creciente presión por parte de la extrema derecha y de influentes en internet para que publiquen los llamados archivos Epstein, los documentos restantes de la investigación sobre trata sexual de Jeffrey Epstein, multimillonario que en 2019 se ahorcó en una cárcel federal de Nueva York.
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El jueves, mientras Elon Musk, el hombre más rico del mundo, se enzarzaba en una vengativa batalla en internet con el presidente Trump, llegó a sugerir que el mandatario estaba en los archivos Epstein, una acusación seria que implica que podría estar relacionado de algún modo con los delitos del financiero.

“Es hora de soltar la gran bomba”, escribió Musk en las redes sociales. Trump, dijo, “está en los archivos Epstein. Por eso no se han hecho públicos”. Aunque Musk no ofreció ninguna prueba, añadió: “La verdad saldrá a la luz”.

El mero hecho de ser mencionado en esos archivos no significa necesariamente gran cosa. Los expedientes de casos penales suelen estar llenos de identidades de víctimas y de nombres de testigos y otras personas inocentes que entraron en contacto con sospechosos o pruebas en un caso.

Trump y Epstein se cruzaron a lo largo de los años, pues ambos pertenecían a círculos sociales adinerados de Nueva York y Florida. En una entrevista concedida en 2002 a la revista New York, Trump dijo que conocía a Epstein desde hacía 15 años, y lo calificó como un “tipo estupendo” con quien era “muy divertido estar”.

En esa misma entrevista, Trump añadió: “Incluso se dice que le gustan las mujeres guapas tanto como a mí, y muchas de ellas son más jóvenes”.

Durante mucho tiempo, el caso Epstein ha sido el centro de atención de quienes se denominan como detectives de internet, teóricos de la conspiración y personas que intentan vincular los delitos de Epstein a políticos demócratas o republicanos.

Generó un intenso interés público porque los primeros cargos penales a los que se enfrentó Epstein se resolvieron con un inusual acuerdo de culpabilidad, que exigía poco castigo por lo que se describieron como años de abusos sexuales contra chicas de bachillerato a las que les pagaba por “masajes”.

En julio de 2019, Epstein volvió a ser detenido y fue acusado de delitos federales más graves. Se ahorcó en una celda de la cárcel al mes siguiente, mientras esperaba el juicio por esos cargos. Pero la gestión de su caso y su muerte han suscitado años de especulaciones sobre la posibilidad de que personas poderosas encubrieran sus conexiones con él, lo que ha hecho que se exija la publicación de todo el expediente del caso.

En febrero, funcionarios del gobierno de Trump, incluida la fiscal general Pam Bondi, hicieron pública lo que se denominó como la “Fase 1” de los archivos Epstein, que fueron recibidos con desprecio y burla cuando quedó claro que la mayor parte del material ya se había divulgado con anterioridad.

Desde entonces, Bondi y el director del FBI, Kash Patel, han reclutado a decenas de agentes y fiscales para que examinen y preparen otros archivos Epstein para su publicación, según personas familiarizadas con el trabajo que hablaron con la condición de mantener su anonimato para poder describir las operaciones internas de las fuerzas de seguridad. Aún no está claro cuándo se publicará la “Fase 2”.

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Un infierno

Thomas Byrne Edsall (nacido el 22 de agosto de 1941) es un periodista y académico estadounidense. Es mejor conocido por su columna de opinión semanal para The New York Times. Anteriormente, trabajó como reportero para The Providence Journal y para The Baltimore Sun, y como corresponsal para The New Republic. Además, pasó 25 años cubriendo la política nacional para el Washington Post. Ocupó la Cátedra Joseph Pulitzer II y Edith Pulitzer Moore en la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia hasta 2014. Veamos una visión demócrata sobre las contradicciones dentro del trumpismo y el bloque en el poder en USA, disputas que también se observan de manera incipiente en La Argentina y cuyo síntoma más visible es la criptoestafa

Un comentario

  1. Esa interna no tiene la menor relevancia por ahora, salvo que estés en el juego del partido de la guerra, como lo está el NYT (pero lavando su conciencia cada tanto) y entonces ahí sí es importante la interna entre Musk y Trump, porque todo lo que contribuya a debilitar a los oponentes al partido de la guerra, bienvenido sea.

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