Un gran ejército derrotado deseoso de proseguir la lucha

Un 14 de noviembre de 1919 nacía JW Cooke, el impulsor de mayor despliegue político y conceptual del peronismo resistente en los años 50 y 60.
Y dijo:
«El peronismo se fortaleció durante dos años de persecuciones. El infortunio lo depuró, le permitió crear una mística de combate y una dinámica revolucionaria tendida hacia la tarea insurreccional.» Los Comandos clandestinos han cumplido sus funciones y siguen siendo la base real de la resistencia. Deben ser ampliados y coordinados para que estén en condiciones de cumplir acciones de mayor envergadura»

Cooke y una teoría sobre el infortunio

 

Un 14 de noviembre de 1919 nacía JW Cooke , el impulsor de mayor despliegue político y conceptual del peronismo resistente en los años 50 y 60.  La cita de apertura le pertenece, (Peronismo y revolución, Buenos Aires, Granica Editor, 1973) y es especialmente útil para resituar el comportamiento del peronismo resistente en épocas de infortunio: Disolución del Estado de Derecho y persecución política abierta.

En el mismo texto Cooke señala que frente a este cuadro anómalo de funcionamiento del Estado de Derecho resulta necesario adecuar la estructura de la organización a la lucha y en tal sentido, sostiene:

 

«En todo el país el Movimiento se ha organizado. Su primera etapa ha sido la de un gran ejército derrotado que, deseoso de proseguir la lucha, se convirtió en una masa de millones de francotiradores diseminados por todo el territorio nacional. Los primeros comandos (unificación y coordinación local,por barrio, por sector, por grupo afín laboral, etc.) de grupos de francotiradores fueron un paso adelante en el proceso organizativo. En esto estamos aún, ya que la clandestinidad no permitió seguir adelantando en la organización del Movimiento en lo que ello presupone marchar hacia una dirección centralizada y una actividad diversificada de todos sus organismos. Todos los ensayos de coordinación, unificación o siquiera acción conjunta de los grupos que constituyen la Resistencia han concluido en la nada. La razónes evidente: en la ilegalidad, bajo condiciones terroristas represivas contra cuanto oliera a resistencia peronista y a organización popular, cada Comando fue un grupo guerrillero independiente y autónomo que no estaba dispuesto a reconocer más Jefe que Perón ni más objetivo que su retorno a la Casa Rosada. En esa escuela se formaron los cuadros abnegados,valientes, combativos, aptos para el mando en el terreno táctico pero ineptos para la subordinación o la coparticipación de la autoridad en el mismo terreno».

«Esta realidad, demostrada hasta la saciedad, lo mismo en la Resistencia integrada por hombres y mujeres procedentes del campo político y del gremial (aunque de este último, en menor proporción) no se ha modificado. Su estructura correspondía a las condiciones en que se planteaba la lucha y su eficacia, pese a los defectos apuntados, se demostró, que los comandos se transformaron en la columna vertebral de la resistencia popular y en el factor de emulación con excelencia para su ampliación».

«Ahora, sin embargo dice luego hay nuevas condiciones. Estas ofrecen la posibilidad de proceder a la movilización general en los terrenos de la legalidad y la semi legalidad. El ámbito es amplio y no debemos ni podemos, de ninguna manera y bajo cualquier pretexto,dejárselo librado a nadie más que a nosotros mismos. Necesitamos llenar esos «terrenos baldíos» con los millones de peronistas intransigentes que por mil razones no han podido o han carecido de condiciones para participar en la lucha clandestina. El problema reside en hallar las formas de organización que se ajusten al nuevo terreno en que es posible luchar; dar con las grandes consignas que abran la marcha y que jueguen como factores de organización y de puesta en marcha del Movimiento en los nuevos caminos que las actuales condiciones permiten abrir. Desde el punto de vista organizativo,esto es esencial. En la legalidad y semi legalidad se dará, necesaria e ineludiblemente la conjunción de todas nuestras fuerzas, sin que cada una de ellas pierda su peculiaridad ni deje de cubrir su propio terreno. Adecuar la estructura del Movimiento a las necesidades de la lucha presupone, en primer lugar, cubrir todos los frentes. La organización es el instrumento específico para lograrlo» 

Concluye este razonamiento, con una elaboración impecable y también muy actual sobre la relación de acción y organización que viene a justificar su insistencia en el estudio, análisis y la preocupación que Cooke pone de manifiesto para lograr este objetivo y allí dice:

«La teoría y la práctica demuestran que acción y organización son valores inter dependientes, que se desarrollan paralelamente.Emprender la primera sin la segunda es labrar su propia derrota, pero empeñarse en la segunda sin apoyarse en la primera es ignorar que el movimiento se demuestra andando..» (I 281).Pasa luego a los aspectos operativos de su plan y dentro del cuadro de principios generales, plantea una exigencia general: «Actuar». Allí dice: «… es necesario que desarrollemos una política insurreccional y que la masa, el pueblo en su conjunto o en su gran mayoría no sólo la adopte sino que la considere la única salida en un momento determinado de su gimnasia insurreccional. Hablar de la insurrección como un hecho y no como culminación de un proceso es buscarle otro nombre al golpismo y despojarla del contenido popular que la justifica, la alienta y asegura su triunfo» 

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Las obras de Cooke, “Apuntes para la militancia” y “Peronismo y Revolución”, como también “El pensamiento de John William Cooke en las cartas a Perón” de Aritz Recalde, se encuentran disponibles para descargar en formato .pdf en la Biblioteca Digital de La Baldrich.

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