Colombia: La implosión promete afectar a todo el panorama criminal latinoamericano

Saltan por los aires las negociaciones entre el Estado colombiano y la Segunda Marquetalia (SM) en Caracas, poniendo fin con ello a la existencia funcional de dicha organización. La delegación de la administración de Gustavo Petro desplegada en la capital venezolana para iniciar las conversaciones de paz con la SM se ha encontrado de pronto desarrollando el proceso pacificador con otro ente heredero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC): la Coordinadora Nacional del Ejército Bolivariano (CNEB).  
Segunda Marquetalia
Líderes de la Segunda Marquetalia, escisión de las FARC

 

Los cálculos estratégicos de la Casa de Nariño, escenificados con el proyecto “Paz Total”, chocan con una coyuntura caracterizada por su creciente liquidez y ramificaciones internacionales. Ambos factores son la causa de la creación, expansión y caída de la Segunda Marquetalia en un período de tan solo cinco años.

En agosto de 2019, apenas tres años después de la firma de los acuerdos de paz entre gobierno y las FARC y la disolución de estas últimas, Luciano Marín Arango “Iván Márquez”, quien fuera el jefe negociador de la guerrilla, anunciaba públicamente la creación de la Segunda Marquetalia y el fin de la paz. El objetivo declarado de este movimiento no era otro que reconstruir las FARC, garantizando su adhesión a las doctrinas de los fundadores: Manuel Marulanda Vélez y Jacobo Arenas.

Márquez, desde su bastión en el departamento de Caquetá –en plena Amazonía colombiana– realizaba un llamamiento exitoso a la unidad de los excombatientes. A la exhortación acudían relevantes caudillos que aportaban estructura económica, músculo militar y base territorial. Jesús Santrich, “El Paisa” o “Romaña”, entre otros, pasaron a integrar la cúpula de la nueva confederación guerrillera y posibilitaron el control de extensas porciones de las fronteras con Brasil y Venezuela.

No obstante, el verdadero punto de inflexión llegaría desde la otra punta del país. En las costas del Pacífico, la Segunda Marquetalia se encumbró como el principal actor de la industria del narcotráfico en Colombia al integrar a los Comandos de la Frontera (CDF) de Andrés Rojas “Araña” y a la Coordinadora Guerrillera del Pacífico (CGP) de “Walter Mendoza”. La SM constituía su propio emporio en tiempo récord y se perfilaba como un suministrador confiable de cárteles mexicanos y balcánicos, pandillas ecuatorianas y brasileñas y oficiales corruptos venezolanos y surinameses.

El éxito traería el caos consigo. La Segunda Marquetalia fracasaba en su intento de integrar al Estado Mayor Central (EMC), desatando en consecuencia una guerra por el control de las economías ilícitas del sur colombiano. Caso similar fue el de la frontera colombo-venezolana. Allí, la SM, en alianza con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), entró en colisión con el Frente 10 de las antiguas FARC. Esto último iniciaría el imparable declive.

Jesús Santrich, “El Paisa” y “Romaña” fallecieron en confusos combates, generando un vacío de poder que se vería exacerbado con la difusión del rumor de que el propio Iván Márquez había muerto. La información, a día de hoy no confirmada, facilitó el ascenso al poder de “John 40” en la frontera colombo-brasileña. Asimismo, los aliados del Pacífico colombiano adquirieron la independencia de facto.

Para cuando las partes se sentaron en la mesa de negociaciones en Caracas, la Segunda Marquetalia ya era una entelequia. La Coordinadora Nacional del Ejército Bolivariano, resultado de la suma de fuerzas entre “Walter Mendoza” y “Araña”, ha decidido continuar el proceso negociador sin la cúpula de la organización, dando por finiquitado al ente matriz.

La implosión promete afectar a todo el panorama criminal latinoamericano. La CNEB debe hacer frente al EMC en la disputa por el control del puerto de Buenaventura, al tiempo que se reporta la ruptura de la alianza transnacional con Los Choneros. Ambos conflictos tienen grandes posibilidades de acentuar los procesos centrífugos internos de los contendientes. En el lado colombiano, las negociaciones de paz facilitan el paulatino surgimiento de disidencias; mientras que del lado ecuatoriano, el despliegue militar está propiciando la disolución de las principales pandillas en actores más pequeños.

Finalmente, los restos de la Segunda Marquetalia encabezados por “John 40” deben calibrar su posición en pleno conflicto en el Estado brasileño de Amazonas. Allí, la irrupción del Primer Comando Capital (PCC) ha conducido a un conflicto a tres partes con el Comando Vermelho (CV) y la Familia do Norte (FDN), en un contexto de crecientes divisiones internas en cada uno de los litigantes.

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