En MAGA continúan teniendo problemas con el tema de Israel. Ahora Tucker Carlson y Ben Shapiro están en guerra. El primero cuestiona el apoyo incondicional de Estados Unidos al gobierno de Netanyahu. Para el segundo, que es judío, la defensa del estado israelí forma parte de los intereses prioritarios del país norteamericano: es una cuestión existencial. Según el segundo, el primero ya cruzó todas las líneas rojas al hacerle una entrevista a Nick Fuentes (un supremacista que, además de criticar a Israel, también ha dicho cosas terribles sobre los judíos en su conjunto) sin apenas plantear objeciones a las soflamas de su invitado. A juicio de Shapiro, Tucker es un cobarde que legitima a los fanáticos. Veamos hasta dónde llega esta "interna" (una más ...)
Carlson y Shapiro son personas influyentes en el mundo de la derecha estadounidense. Tienen más poder que muchos representantes. Antes estaban en el mismo barco y luchaban por las mismas causas. Sin embargo, su actual enfrentamiento ha generado división en el Partido Republicano. La Heritage Foundation, un think tank muy cercano a Donald Trump, ha decidido defender a Carlson. Dicen que no piensan cancelarlo por sus ideas, aunque, aclaran, no siempre están de acuerdo con él. Por otra parte, comentaristas y presentadores de Fox News han atacado a Carlson. Quieren verlo fuera de juego y condenado al ostracismo. No es que lo quieran cancelar, es que quieren eliminarlo de la conversación. Lo consideran un peligro para el país y para el movimiento conservador.
Day768 of the Palestinian genocide.
Genocide survivors living in rain-flooded tents.
Images of tortured detainees spreading online.
Apartheid Israel still selling weapons worldwide,even in Europe, where conferences on Palestine are cancelled.
If this doesn’t nauseate us,what will https://t.co/ZwV0MSaoF5— Francesca Albanese, UN Special Rapporteur oPt (@FranceskAlbs) November 15, 2025
Durante un tiempo se habló de la capacidad de la izquierda para destruirse a sí misma. Ahora vemos que a la derecha tampoco le falta talento cuando se trata de abrir fuego contra los aliados. Se acusan de apostasía, de traición, de impostura. Critican la impureza del otro. Hablan del adversario interno como «antiamericano». Entran, por supuesto, en lo personal. Y, de nuevo, dicen escandalizarse por los métodos empleados, pero ahora se rasgan las vestiduras porque son ellos las víctimas de esos métodos. Antes de invitar a Fuentes, Carlson facilitó su espacio mediático a mucha gente que dijo muchas barbaridades. Shapiro siempre manifestó posiciones extremas en el conflicto entre Israel y Palestina. Ocurre que la revolución del America First no puede tener tantos padres. Unos, como Megyn Kelly, eligen la neutralidad, incluso con aquellos que difunden teorías delirantes. Por si acaso. No se sabe todavía por qué caballo hay que apostar para mantener el negocio. Dicen que el neonazi es muy influyente entre los varones jóvenes. Esa fue una de las razones que Carlson alegó cuando justificó la presencia de Fuentes en su programa. En MAGA todos tratan de hallar un nicho donde seguir haciendo caja. Hasta la congresista Marjorie Taylor Greene, antaño trumpista radical, histriónica y conspiranoica, ha encontrado uno… convirtiéndose, quién lo iba a decir, en una persona moderada.
Frivoliza cuestiones mucho más profundas que nada tienen que ver con «derecha» e «izquierda», «racistas» o «antirracistas», etc., etc.
Está en juego la capacidad de liderazgo de D. Trump si va a poder seguir siendo la esperanza concreta de millones de estadounidenses pobres (sean negros, inmigrantes, blancos, etc.) que quieren mejorar sus condiciones de vida o no va a poder.
Si Trump avala el juego geopolítico (meterse en guerras en medio oriente o en Venezuela, por ej., o en algún país de África) de la facción oligárquica que no lo quiere, entonces es obvio que no va a poder seguir representando esa base social interracial.
Es muy serio el asunto. Ya le asesinaron un soldado (Kirk) muy importante a Trump y, quizá, sigan asesinando si esa facción oligárquica percibe que la maquinaria de guerra tiene dificultades por culpa de Trump.
La discusión en la base de MAGA de alguna manera tiene que ver con todas estas cosas. Esa efervescencia es algo bueno porque la gente, sobre todo los jóvenes, dejan de creer en las historias oficiales que les venden y quedan los títeres y titiriteros bastante expuestos.