El síntoma de la crisis es que por todos lados surgen referentes que se proponen sino desconocer, quitarle centralidad al liderazgo de Cristina Kirchner, a la que señalan responsable de los traspiés electorales y hasta del sarampión.
No hay sin embargo gran repercusión social en los cuestionamientos dirigenciales. Para un sector de la sociedad la ex presidenta sigue siendo referencia central e insoslayable y hoy junto al presidente Gerardo Milei, sigue siendo la figura de mayor volumen electoral
Al respecto un grupo de intelectuales vinculados al campo nacional y popular realizarán un plenario el próximo 8 de junio en la universidad de Lanús, para analizar la coyuntura crítica por la que atraviesa la sociedad argentina y sostener la centralidad de Cristina Kirchner en la construcción de una nueva alternativa de mayorías.
Se lee en el documento titulado “Patria Sí”: Cristina es nuestra conducción porque representa el punto de realización más alto del pueblo y del peronismo. Es importante diferenciar las cuestiones políticas de las electorales. No se trata de una aritmética electoral en la que “Cristina conduce porque es la que mejor mide de nuestro espacio”. Para comprender el rol de los liderazgos históricos, conviene releer lo que apuntaba Eva Perón en Mi mensaje: “Los pueblos, cuando encuentran un hombre digno de ellos, no siguen su doctrina, sino su nombre”.
Para comprender entonces la persistencia del liderazgo de Cristina Kirchner que señala el documento Patria sí, es necesario revisitar la historia del peronismo desde sus orígenes, tomando como referencia (hay otros), un indicador estructural muy relevante como es la distribución del ingreso.
El período comprendido entre los años 1946 y 1955 dio forma sin duda a la arquitectura moderna de la sociedad, sostenido en y por un ciclo de ascenso social inédito a punto de que, al ser derrocado Perón en el año 1955, los trabajadores participaban con el 50% de la riqueza total generada.
Esto supuso un motivo suficiente para que los sectores entonces dominantes propiciaran el golpe de Estado, bombardeando previamente a su propia población civil e inaugurando aquello que la gramática del poder denomina “grieta”, en su versión contemporánea.
Bastará que ese proyecto popular- democrático desaparezca para que regrese la “normalidad” hegemónica y se cierre “la grieta”. Sin duda algo de esto sobrevuela en ciertos cuestionamientos a la centralidad de Cristina Kirchner. Volver al peronismo pre kirchnerista.
No hubo grieta mientras el sistema de representación política cambiaba de director, pero la orquesta tocaba la misma melodía.
Por caso en el año 1985, tras el breve interregno de Bernardo Grinspun, se produjo el desembarco neoliberal en el gobierno alfonsinista, vía los planes de ajuste Austral y Primavera, fracasos que llevaron la inflación mensual en julio de 1989 al 196,6%.
Por su parte el peronismo tras la muerte de Perón y recuperada la democracia produjo dos “renovaciones”.
Una temprana, que terminó con Menem, otra tardía vía Frepaso que acompañó a De la Rúa. Ambas “renovaciones” trajeron a Domingo Cavallo, el superministro neoliberal que hizo estallar el país, tan admirado por el presidente Gerardo Milei.
Mientras el sistema político representó intereses socioeconómicos similares, no existía “grieta”, incluso el peronismo durante su hoy reivindicada fase menemista, se transformó en el partido del ajuste neoliberal.
Hubo que esperar al año 2003, para que un proyecto popular – democrático y contrahegemónico se desplegara nuevamente bajo el formato peronista, tras la salida del extenso ciclo neoliberal de casi un cuarto de siglo.
Cuando Cristina deja la presidencia en 2015, el factor trabajo participaba en la distribución del ingreso en un 51,8%; participación que descendió al 46% con el gobierno de Mauricio Macri y que con el último gobierno peronista del FDT no pudo mejorar.
Como se observa en el gráfico, nunca más se volvió a los niveles de distribución del ingreso en favor de los trabajadores como durante los gobiernos de Juan Perón y Cristina Kirchner, dos liderazgos peronistas que sobrevivieron a intentos de asesinato y múltiples cuestionamientos.
Pobrìsimo analisis político del peronismo, que intenta la reivindicación, sin autocríticas del rol de CFK, en su devenir histórico. Nadie puede negar la buena gestión popular de Cristina. Tampoco nadie puede negar su megalomanía de consignar que no hubo ni habrá jamos un gobierno tan bueno como el de ella, compitiendo incluso contra su propio marido, el mejor presidente desde el primer Perón , de nuestra historia. Sus equivocadas decisiones políticas en la designaciones que propició, Scioli, AF, y STM, la dejan muy expuesta políticamente, aunque nadie niega que posea un caudal, menguado pero caudal al fin, necesario para la reconstrucción exitoso de un frente amplio y popular para desalojar a la derecha , que ella misma impulsó, por errores y omisiones calamitosas. Que sea “LA JEFA”, pero que no impida la afirmación de nuevas figuras de probada conducta y excelente administración , como Axel, para volver a dar esperanzas al peronismo. Sus aplaudidores posibilistas, solo pueden aconsejarle que ayude , sin entorpecer el futuro. De ultima que se presente a una interna, donde será derrotada, junto a su hijo y los intrépidos alcahuetes prendidos a sus enaguas.
“… pero que no impida la afirmación de nuevas figuras de probada conducta y excelente administración , como Axel…”.
¿De quién crees que fue la idea de que Axel vaya a provincia? Esto se le ocurrió a Cristina más o menos a mediados del ’18, unos 4 o 5 años después de haberlo designado ministro de economía.
¿Tu tesis es que Cristina primero lo creó y, ahora, impide su afirmación?
Ley Bases: Jalil y Jaldo vuelven a presionar a senadores de UP para que la aprueben
h t t p s:// w w w.ambito.com/politica/ley-bases-jalil-y-jaldo-vuelven-presionar-senadores-up-que-la-aprueben-n6007571
Una verdadera desgracia para el campo nacional y popular.
Y el peronismo esta lleno de traidores como estos día.
PD.
Debe decir : como estos dos .
No creo que sean traidores. Sí personas muy agarradas de las pelotas quién sabe por qué y por quién.
Vandor, en su momento, fue el prototipo del traidor (aunque él avisó), y, cuando cayó en desgracia, semanas antes de su asesinato, estuvo con Perón en España, llorando casi de rodillas y éste lo perdonó y le encomendó tareas para encarrilarse de nuevo.
Al poco tiempo sucede el Cordobazo que Vandor apoyó. Al día siguiente lo asesinan. Probablemente sus ex socios de la dictadura militar.
Corrijo, lo asesinan a Vandor justo un mes después del Cordobazo.
Crisrina sigue siendo la mayor política argentina, de ninguna manera pienso que pueda entorpecer el inexorable camino del Peronismo, que debe agiornarse, pero afirmado en sus bases de doctrina
Claro, por eso la quisieron eliminar atentado contra su vida.