Transcripción

Esta es una transcripción apresurada. La copia puede no estar en su forma final.

Amy Goodman: Esto es Democracy Now!, democracynow.org, The War and Peace Report. Soy Amy Goodman, con Juan González.

El presidente Trump anunció en las redes sociales el lunes una nueva ronda de aranceles amenazados, que van del 25 al 40% sobre las importaciones de 14 países, incluidos Bangladesh, Indonesia, Japón, Corea del Sur y Tailandia, que entrará en vigencia el 1 de agosto, salvo nuevos acuerdos. Mientras tanto, Trump ha amenazado con imponer un arancel adicional del 10% a los países que se alineen con el grupo de naciones BRICS, liderado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Trump citó las «políticas antiestadounidenses» del grupo. La amenaza se produjo cuando el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, inició una cumbre de dos días del BRICS en Río de Janeiro.

PRESIDENTE LUIZ INÁCIO LULA DA SILVA: Entonces, no queremos un emperador. Nuestros países son soberanos. Si Trump emite aranceles, otros países tienen derecho a hacer lo mismo. Existe la ley de reciprocidad. Creo que no es responsable que un presidente de un país como Estados Unidos amenace al mundo con aranceles en las redes sociales. Honestamente, hay otros foros para que el presidente de un país del tamaño de los Estados Unidos hable con otros países.

AG:: Esto se produce cuando el vicepresidente JD Vance ha estado promoviendo el nuevo enfoque de política exterior de Trump. Vance se dirigió al Partido Republicano de Ohio el mes pasado.

VICEPRESIDENTE JD VANCE: Lo que yo llamo la doctrina Trump es bastante simple. Número uno, articula un claro interés estadounidense. Y es, en este caso, que Irán no puede tener un arma nuclear. Número dos, intentas resolver ese problema de manera agresiva y diplomática. Y número tres, cuando no puedes resolverlo diplomáticamente, usas un poder militar abrumador para resolverlo, y luego te vas de allí, antes de que se convierta en un conflicto prolongado.

AG: Para más información, nos acompaña John Bellamy Foster, profesor de sociología en la Universidad de Oregón, editor del Monthly Review, donde su nuevo artículo se titula «La doctrina Trump y el nuevo imperialismo MAGA».

Bueno, ¿por qué no nos presenta su tesis, profesor John Bellamy Foster? Y bienvenidos a Democracy Now!

JOHN BELLAMY FOSTER: Bien, gracias.

La doctrina Trump se articuló en la primera administración Trump. Normalmente, las doctrinas presidenciales están determinadas por la prensa, que ve a las administraciones operando de cierta manera, de acuerdo con un cierto principio, y lo designan como una doctrina. La administración Trump ha sido diferente. Hubo mucha confusión sobre la política exterior de Trump. ¿Era, era aislacionista? ¿Fue antiimperialista?

En la primera administración Trump, Michael Anton, que es uno de los principales ideólogos de MAGA y provenía del Instituto Claremont, que es una de las principales instituciones MAGA, estaba en el Consejo de Seguridad Nacional, y básicamente lo hicieron dejar el Consejo de Seguridad Nacional para articular formalmente una doctrina Trump que los medios tomarían en serio y los expertos en política exterior tomarían en serio. Entonces, dio una conferencia. Fue nombrado en Hillsdale College, que es una institución MAGA, y dio una conferencia en la Universidad de Princeton, donde articuló la doctrina Trump, y luego se publicó en Foreign Policy, la principal revista de política exterior de los Estados Unidos. Y se dice que la doctrina Trump, y ahora Michael Anton es el adjunto, bueno, él es el director de planificación de políticas del Departamento de Estado, por lo que es el hombre de la idea principal, esencialmente el subsecretario de Estado. Es el principal hombre de ideas en el Departamento de Estado. Y articuló, en nombre de Trump, una doctrina, una doctrina Trump, con cuatro pilares.

El primero fue el nacionalpopulismo, que es la forma en que el movimiento MAGA se designa a sí mismo, una especie de designación neofascista, ya que resuena con el nacionalsocialismo del movimiento nazi. Pero el nacionalpopulismo es el primer pilar.

El segundo pilar es que todas las naciones deben ser principalmente nacionalistas en su orientación.

El tercero es la oposición al internacionalismo liberal y a la hegemonía liberal de Estados Unidos sobre el orden mundial que se estableció después de la Segunda Guerra Mundial y ha continuado hasta el día de hoy. En cambio, lo que se define es un imperio hipernacionalista de «Estados Unidos primero», donde Estados Unidos esencialmente gobierna el mundo por su cuenta.

Pero el cuarto pilar es el más importante. Y Antón volvió a Aristóteles, quien dijo que había dos o tres formas de organización política: la tribu o etnia, la ciudad-estado o el estado y el imperio. Y los imperios se definen como multiétnicos. Y la doctrina Trump se opone a los imperios multiétnicos y las naciones multiétnicas, y argumenta que deberíamos, deberíamos determinar nuestra política exterior por etnia y, esencialmente, por la tribu. De hecho, es una definición racial de política exterior, con la noción de que Estados Unidos es un país blanco, y otras etnias no pertenecen, y vamos a organizar nuestra política exterior, así como nuestra política interna, sobre esa base.

Entonces, la doctrina Trump fue muy importante. Recuerde, Anton es ahora el legislador número uno dentro del Departamento de Estado, por lo que este no es un asunto secundario.

JUAN GONZÁLEZ: Profesor, quería preguntarle: en su análisis, que me pareció uno de los más claros que he visto en cualquier lugar sobre este nuevo movimiento fascista, contradice la perspectiva de mucha gente de que el neofascismo de Trump tiene una base de clase trabajadora. De hecho, usted dice que había tres sectores de la clase capitalista monopolista -el sector tecnológico, el sector del petróleo y el gas y el sector de capital privado- que básicamente se han unido con la clase media baja, una gran parte de la clase media baja y los trabajadores privilegiados que forman la base del movimiento MAGA. ¿Podrías hablar, podrías hablar de eso un poco más?

JBF: Bueno, sociológicamente, a menudo hablamos de la clase media baja, que es una designación política y cultural muy clara en la sociedad estadounidense. Estos son pequeños propietarios, pequeños propietarios de tierras, gerentes de nivel inferior dentro de las corporaciones, poblaciones rurales. El movimiento evangélico está ligado a esto. Y la población dentro de la clase media baja es predominantemente blanca y está por encima de la clase trabajadora, que podríamos decir que es el 60% inferior de la población. Y la clase media baja también vota mucho más que la clase trabajadora.

Entonces, esta ha sido en realidad la base política de Trump. La clase media baja es muy nacionalista, una tendencia a ser nacionalista, lo que llamamos revanchista, es decir, argumenta que tenemos que volver a una época anterior: «Hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande». Tienden a ser muy racistas y antiinmigrantes, misóginos, muy patriarcales en sus orientaciones. Por lo tanto, las poblaciones de la clase media baja están muy fuertemente ubicadas en los suburbios. Entonces, esta es la base, la base sociológica y la base política de Trump.

Y tan pronto como surgió el fenómeno Trump, The New York Times, que no había hablado de la clase trabajadora durante décadas, comenzó a referirse a la clase trabajadora blanca. Pero en realidad, se trata de la clase media baja. Y la clase media baja es tradicionalmente la pequeña burguesía. Es tradicionalmente la base de todos los movimientos del género fascista. Si nos remontamos a la década de 1930, a Italia y Alemania, es el mismo electorado que impulsó el movimiento fascista. Pero es el resultado de una alianza entre el gran capital, para los multimillonarios, el capital financiero monopolista, en la cima de la sociedad, y la clase media baja. La clase media baja no es anticapitalista. Básicamente se oponen a lo que ven que, en la ideología MAGA, se llama la clase dominante, que es la clase gerencial profesional, que se considera que controla el gobierno. Y también se oponen a la clase trabajadora, a la que ven como multiétnica, diversa y pobre, y a una población en la que no quieren caer. Entonces, la clase media baja es una especie de retaguardia del sistema, que los multimillonarios básicamente los han movilizado, comenzando con el Tea Party y luego con el fenómeno Trump, para convertir todo el sistema político en el giro de la extrema derecha, para desarrollar un movimiento neofascista de este tipo, que tiene, por supuesto, todo tipo de contradicciones.

AG: John Bellamy Foster, queremos agradecerle mucho por estar con nosotros, profesor de sociología en la Universidad de Oregón, editor de Monthly Review, hablándonos desde el estado de Washington. Su artículo más reciente, al que enlazaremos en democracynow.org, se llama «La doctrina Trump y el nuevo imperialismo MAGA».

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