El mundo se da vuelta pero acá, no nos podemos quejar

El Indicador de la Construcción IAG mostró en enero de 2025 una caída mensual del 10,2 por ciento, la mayor posterior a la mega devaluación de diciembre de 2024 aplicada por el gobierno de Javier Milei.

La obra pública en mínimos históricos según el Indicador de la Construcción IAG

Para construirlo se tomamos tres datos clave de distintas fuentes:

– La cantidad de cemento distribuida en el mercado, tanto en el sector público como en el privado.

-Índice Construya: Mide la venta de insumos para la construcción al sector privado (ladrillos, acero, etc.).

– Gasto de capital: Refleja la inversión del Estado en infraestructura pública (en términos reales). Incluye obras de gran envergadura como rutas y hospitales.

La ponderación de estos datos permite una visión integral del sector, priorizando el impacto de la obra pública nacional pero también incluyendo la construcción privada, evitando así perder de vista las compensaciones al interior del sector.

El indicador mostró algún rebote después de abril de 2024, pasados los primeros efectos de

la devaluación, sin embargo esto no se sostuvo en el tiempo, ya que a partir de septiembre de 2024 todos los meses reflejaron una caída en la actividad.

En ese contexto, la caída registrada en enero de 2025 del 10,2% en relación a diciembre de 2024 fue la mayor de la actual gestión de Milei, sin contar el derrumbe con la devaluación. El mismo mes de enero, pero respecto de septiembre de 2024 muestra una caída de 22,3%, y una de 51% sobre enero de 2023.

El Indicador de Construcción IAG apunta a prever tendencias y tomar decisiones contracíclicas en el ámbito de la inversión en infraestructura, lo que lo vuelve un recurso valioso para los analistas y responsables del diseño de políticas públicas.

La obra pública multiplica el empleo y la productividad del sector privado. Por eso el indicador no solo mide la construcción, también se vincula al empleo, salarios, o niveles de pobreza estructural. Esto permite evaluar el impacto de las inversiones en infraestructura en la economía real.

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I. Desde que el gobierno de Mauricio Macri (2016-2019) decidiera como presidente que debía recurrir al Fondo Monetario
Internacional en 2018 para cubrir los gastos corrientes del Estado, que eran en pesos, con una deuda en dólares. Es como pedir un
préstamo en dólares para pagar la boleta de luz o de gas que viene en pesos.
II. Entre 2003 y 2017 se pagaron en intereses al FMI un total de 2.196 millones de dólares. Entre 2018 y 2024, luego de pedir un
prestamos de 54.000 millones de dólares, de los cuales el gobierno de Macri, Bullrich, Caputo Toto y Sturzenegger utilizaron unos
45.000 millones de dólares para que los sectores de más altos ingresos pudieran dolarizar sus ganancias y transferirlas al exterior.
III. El préstamo de 45.000 millones de dólares que tomaron en cambiemos y que el frente de todos validara en el congreso ya genero
pagos por interés al fmi por casi 12.000 millones de dólares, el 26% de lo que se uso para que los sectores de altos ingresos
dolarizaran sus ingresos y los transfirieron.
IV. El presupuesto 2025 en dólares representa unos 96.000 millones de dólares, los casi 12.000 millones de dólares en pago de
intereses al FMI, representan de ese presupuesto el total de las Obligaciones a cargo del TESORO (CAPUTO) unos 8.751 millones de
dólares más lo presupuestado para el ministerio de SALUD de unos 4.373 millones de dólares

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