El estado de necesidad de la Argentina expone al país a situaciones inéditas. Javier Milei se tuvo que volver de Estados Unidos sin la foto con Donald Trump. Y mientras volvía a Buenos Aires, se conocía una declaración muy fuerte del enviado especial del Departamento de Estado para América Latina, Mauricio Claver-Carone. El abogado cubano-estadounidense dijo que la administración de Trump quiere que la negociación con el FMI “tenga éxito” pero exigió como contrapartida que la Argentina “termine la famosa línea de crédito que tiene con China”.

Se refería al swap de monedas que permitió fortalecer las reservas del BCRA y que se amplió durante la gestión del Frente de Todos.

Claver-Carone es un viejo conocido de la Argentina. A mediados de 2020, este funcionario trumpista reconoció en una videoconferencia con diplomáticos de Chile que el crédito de 45.000 millones de dólares otorgado al país durante el gobierno de Mauricio Macri respondía a una lógica política.

“Yo estaba en el Fondo Monetario, y el programa más grande en la historia del Fondo lo ocupamos con la Argentina. Que se haya mal manejado, que no se haya ejecutado bien por parte de Argentina, y les haya costado la elección, es otra cuestión”, dijo entonces.

Esta semana, durante un encuentro con académicos, realizado en el Miami Dade College, Claver-Carone volvió a lanzar una frase fuerte sobre Argentina. (Lo mismo había hecho, un mes atrás, con el escándalo de la criptomoneda $Libra, cuando dijo que EEUU investigaría el caso).

En diálogo con el periodista argentino Andrés Fidanza, corresponsal de El Observador en el estado de Florida, advirtió al gobierno de Milei que debe cancelar el swap con China. “Si bien no me quiero entrometer en la negociación que están llevando a cabo con el FMI, porque queremos que tenga éxito, lo que sí eventualmente quisiéramos ver (es) que se termine la famosa línea de crédito que tiene Argentina con China”, subrayó.

Y agregó: “Queremos que ningún acuerdo con el Fondo Monetario termine prolongando esa línea de crédito, o ese swap que tienen con China. Si hacemos eso nos estamos tirando un tiro en el pie”.

Además, Claver-Carone definió al swap con China como “extorsivo”. Sin eufemismos, dijo que bloquear su continuidad es “una prioridad geopolítica” para Washington.

“Para nosotros, la meta con el programa del Fondo es que no refuerce la posición de China con esa línea de crédito. Esa es nuestra prioridad en cuestión (de) geopolítica, pero por otra vía balanceándolo, queriendo que el presidente Milei pueda tener éxito en su gestión”, señaló.

Los dichos de Claver-Carone repercutieron rápido en Buenos Aires. Por si faltara un ingrediente, el extitular del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) está públicamente enemistado con una figura relevante del elenco mileísta: el jefe de Gabinete Guillermo Francos. Para Claver-Carone, Francos fue uno de los gestores de su desplazamiento de la cúpula del BID, donde lo acusaron de llevar adelante una relación “impropia” con una funcionaria del organismo.

El mensaje de Claver-Carone tampoco pasó desapercibido en el arco opositor. El exembajador en China Sabino Vaca Narvaja planteó que la presión para cancelar el swap es la primera señal de los “niveles de subordinación nunca vistos” que acompañarán al último tramo de la gestión mileísta.

“En la próxima etapa vamos a ver niveles de subordinación nunca vistos en la historia argentina. Milei ha decidido cumplir al pie de la letra todos los pedidos de Trump, convirtiéndose en su mejor alumno, incluso cuando en términos de programa económico sean diametralmente opuestos”, evaluó en diálogo con Tiempo Argentino.

El diplomático y politólogo relacionó la exigencia de Claver-Carone con “la batalla final” de las dos superpotencias que se disputan la primacía en el nuevo orden económico: “La batalla final se va a dar en el plano monetario y particularmente en las monedas virtuales”, vaticinó.

En relación al swap, Vaca Narvaja alertó que el acuerdo de convergencia de monedas entre el BCRA y su contraparte china “representa cerca de 20 mil millones de dólares en su modalidad de encaje”.

“Es un monto similar al que se está discutiendo como nuevo préstamo con el FMI”, dimensionó al responder a este diario.

Tiempo: -¿Qué piensa de las declaraciones de Claver-Carone?  

Vaca Narvaja: “En su modalidad encaje, el swap con China representa U$S 20 mil millones, un monto similar al que se está discutiendo con el Fondo”

– Milei ha decidido cumplir al pie de la letra todos los pedidos de Trump convirtiéndose en su mejor alumno, incluso cuando en términos de programa económico sean diametralmente opuestos. Por otro lado, hay que ver cómo opera la disputa de Claver-Carone con Guillermo Francos. En simultáneo, está claro que la batalla final (entre EEUU y China) se va a dar en el plano monetario. Particularmente en las monedas virtuales. China, por ejemplo, ya empezó a implementar el yuan digital para todas sus operaciones transfronterizas. Lo hizo luego de la crisis de Lehman Brothers, en 2008, cuando prohibió las monedas digitales y oficializó la suya, pero respaldada por el Banco Popular de China (equivalente al BCRA). Luego llevó esta discusión al marco de los BRICS. No es casual que Claver-Carone apunte al swap con Argentina. El swap con China vence en el 2026. Pero Argentina ya usó parte como crédito (unos 5000 millones de dólares) para pagar importaciones claves en el marco de estrés de divisas del gobierno anterior. Por eso, China prorrogó el pago de esos 5000 millones de dólares para junio de 2025. En definitiva, va a ser difícil que la administración Milei pueda responder al pedido de Claver-Carone. Implicaría una pérdida considerable de reservas.

-¿Se puede relacionar lo de Claver-Carone con las presiones recibidas por el gobierno de Alberto Fernández para que Argentina desistiera de ingresar al bloque de los BRICS?

-La administración Trump arrancó apuntando fuerte contra la línea de trabajo de los BRICS sobre utilizar sus propias monedas en los intercambios entre miembros. Desde su cuenta de X, Trump propuso subir los aranceles a todos los países de los BRICS si seguían con esa agenda. Queda claro que a medida que EEUU que se va retirando de las instituciones de gobernanza global, los emergentes -y entre ellos China- comienzan a ocupar esos lugares con mayor incidencia.

En el caso de nuestro gobierno (por la gestión de Alberto Fernández), mi visión es que no se tomó dimensión de la importancia de los BRICS. Y lo demuestra la decisión de Argentina de no estar presente en la cumbre de los BRICS en Johannesburgo, Sudáfrica, donde se decidió la incorporación de seis nuevos miembros, entre ellos Argentina.

Más que presión, (la no asistencia a esa cumbre de 2023) fue un análisis de funcionarios que no estaban a la altura de lo que implicaba la responsabilidad del cargo. Me refiero concretamente a (el excanciller) Santiago Cafiero, que fue el que desestimó la presencia de Argentina en esa histórica cumbre.

De hecho, en los días previos Cafiero dio una entrevista a Fontevechia en el diario Perfil y allí planteaba que Argentina no iba a sumarse a los BRICS. Pero los BRICS ampliados son el espacio natural de trabajo para países emergentes como Argentina. Y hoy constituyen el espacio geopolítico más relevante a nivel global. Tienen una economía más pujante que el G7 y definiciones de agenda global en áreas estratégicas, como hidrocarburos, minerales, alimentos y tecnología.