Para el autor, la economía real se desarticula, la economía financiera también, aunque esta siempre se reinventa con más deuda. Un sector de la sociedad ya le picó el boleto al gobierno, ( le descargó la SUBE) repitiendo un viejo comportamiento, "atesorar y esperar o transferir" ¿remonetizar? Palabras complejas para un contexto claro. El gobierno cree que "la macro está en orden", pero la realidad es que no es así para las familias y los hogares. Pocos ganadores y muchos perdedores.

El 9 del Pincha de Caseros, o el ministro Luis Caputo, para Erneto Mattos.

La inestabilidad financiera por el lado interno y externo evidencia que solo hay un prestamista de última instancia: el FMI, aunque podríamos sumar dos actores más: ANSES y Banco Nación ¿El Estado? Las mentiras electorales del presidente quedan claras a medida de que se van publicando los datos económicos. El experto en crecimiento con o sin dinero ahora precisa “remonetizar”.
Otros datos de la semana fueron por un lado los agregados macroeconómicos y de desempleo para analizar la salud económica del país. Una primera conclusión es una mayor concentración del 10% más rico. Se va reduciendo la clase media.
Los datos de desempleo son de un 7,9%. Traducido en personas, nos permite tener una mejor dimensión del problema: la población con empleo informal creció en 224.000 personas (1T25 vs 1T24). Si tomamos la cantidad de personas desocupadas y subocupadas obtenemos así el dato de personas con problemas de empleo, que son las personas con un trabajo, pero buscan otro trabajo porque no les alcanza el ingreso, que en entre el 1T23 y el 1T25 crecieron en unas 267.000 personas.
Un tercer dato, son las personas asalariadas del sector privado -donde el ajuste era contra la casta política-; para marzo de 2025, comparado con diciembre de 2023, se destruyeron unos 110.500 puestos de trabajo. El dato es alarmante si lo desagregamos. Porque solo cinco ramas productivas tuvieron datos positivos en el periodo diciembre de 2023 y marzo de 2025, mientras que veintiuna arrojaron datos negativos.
La destrucción de puestos de trabajo asalariado en el sector privado alcanzó los 144.600, y la creación de empleo asalariado apenas fue de 41.600 empleos, aunque solo en las ramas agropecuaria, alimentos y tabaco, comercio, actividades informáticas y servicios de investigación, seguridad y limpieza. El sector construcción únicamente vio la destrucción de trabajo asalariado por 45.000 puestos de trabajo. Estas cifras bastan para tener una idea de lo que está pasando en el sector privado.
Siguiendo con las ramas con datos negativos de puestos de trabajo le siguieron: Metalmecánica -8.700; Automotores y neumáticos -3.600; Minería y petróleo con -3.100; Textiles -10.600; Hoteles y restaurante -11.300; y Salud (privada) -4.800 (recordemos que en algún momento el sistema de salud eran los héroes aplaudidos por la clase media y alta) Tras el ajuste tarifario en las obras sociales privadas, la contracara son despidos en el mismo sector y turnos lejanos en el tiempo…
Con este último dato y con una declaración del director de Economía de FUNDAR que, si bien advierte un problema de orden de factores en la economía, además agrega que hay un problema en “la presión tributaria y una burocracia todavía densa”. Primero, el orden de los factores no altera el producto, en este caso la política económica, que es lo que estamos tratando de comprender.
Si bien en salud durante esta gestión, en el sector privado, arrojó despidos por 4.800 puestos de trabajo. En el sector público, para el mismo periodo, se destruyeron unos 48.672 puestos de trabajo. En proporción el 66% de empleo público está en las provincias, un 21% en la administración nacional y un 13% en municipios. Los datos de OEDE-Trabajo para empleo público asalariado arrojan despidos por casi 127.000 puestos de trabajo. Un total, entre privado y público, de destrucción de puestos de trabajo por casi 272.000 personas.
Volvamos a la salud, pero focalizamos en el sistema público de salud dependiente del Ministerio de Salud de la Nación. También despidió personal que trabaja en distintos programas de atención según el padecimiento que tenga la familia de trabajadores: fueron más de 1.700 trabajadores; principalmente en la Agencia Nacional de Discapacidad (-470); Salud Mental y Adicciones “Lic. Laura Bonaparte” (-267); y Hospital Posadas (-223). No obstante, donde hubo más destrucción de empleo público hubo fue en el Bonaparte (-39%), seguido por el Instituto Nacional de Cáncer (INC) -36%; ANDIS (-34%); e INCUCAI (-17%). Pese a que el pueblo trabajador se queda sin trabajo y sin salud, la presión tributaria de 2024 es la misma que 2023.
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Ernesto Mattos: Economista UBA, docente UNPAZ / UNLa
Gracias a los comentarios y sugerencias de Gabriel Delgado (Abogado UNCUYO)