La elección de Lula demuestra que las opciones populares son competitivas.
El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva se mantiene como favorito para el balotaje del 30 de octubre, tras haber conseguido una de sus mejores elecciones: superó por más de seis millones de votos al actual mandatario Jair Bolsonaro y le sacó cinco puntos de distancia. Un balotaje que, a mi entender, ya está definido a favor del líder del Partido de los Trabajadores.
En la Argentina, los procesos de desindustrialización que provocaron la dictadura militar y el neoliberalismo hicieron que la ultraderecha empezara a florecer y tenga competitividad electoral.
La buena noticia en Brasil es que, a pesar de ser poderosa, esa ultraderecha fue derrotada en la primera vuelta (y seguramente lo será en la segunda) por una opción nacional y popular. Es decir que, incluso en una situación compleja, este tipo de proyectos de país nacionales y populares siguen siendo electoralmente muy potentes.
Tomemos nota hacia las presidenciales de 2023: el centro y la moderación desaparecieron en Brasil, solo quedaron dos liderazgos fuertes que son los que definirán la contienda.
Lula sigue como favorito para el balotaje, según las encuestas
El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva se mantiene como favorito para el balotaje del 30 de octubre y el actual mandatario Jair Bolsonaro está a cinco puntos de distancia, según las primeras encuestas del instituto Datafolha.
Lula tiene una intención de voto del 49% contra el 44% de Bolsonaro. Hay un 2% que no sabe qué votar y 6% que optará por votar en blanco o anular el sufragio. Es decir que, en votos válidos, Lula logra el 53% contra el 47% de Bolsonaro.
El margen de error es de dos puntos porcentuales, con lo cual el resultado más ajustado en el sondeo podría ser de 51% a 49%.
De cara al balotaje, el líder del PT obtuvo eel apoyo de la tercera candidata más votada, Simone Tebet, del Movimiento de la Democracia Brasileña (MDB), que recibió 4,1%, y del cuarto, Ciro Gomes, del Partido Democrático Laborista (PDT), con 3%.
Mientras que Bolsonaro logró el apoyo de los gobernadores de San Pablo y Minas Gerais, los dos principales distritos electorales del país.