Dylan Grandicelli
Para adentrarnos en esta lectura, es preciso acercar a quienes quieran interpretarse como lectores algunas definiciones sobre las cuales vamos a hilar el desarrollo del articulo. La primera que quiero traer a colación es la de “Cultura”, que definida en palabras de la RAE (Real Academia Española) se puede entender como “Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc”, esta definición se relaciona casi naturalmente con la de “Nación” que para definirla recurriremos nuevamente a la RAE, quien la entiende como “Conjunto de personas de un mismo origen y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición común.” La palabra tradición es un resultante de la cultura de una nación, de usos y costumbres largamente reproducidos por sus miembros que hegemonizan no solo una identidad en común, sino también lo que significa tradición para cada nación. Muchas veces se confunden los términos de “Nación” con “País” pero lo cierto es que “País” es una denominación más propia de la geografía territorial de un Estado.
Aquí la primera pregunta interesante del artículo, ¿puede existir dentro de un Estado más de una Nación? la respuesta indudablemente es si y un ejemplo muy cercano es que en el año 2010 nace en Bolivia el ahora Estado PLURINACIONAL de Bolivia. Distintas naciones conviviendo en armonía, regidas bajo un mismo ente político que forman un país con el objetivo de mejorar la vida de todas ellas, y ni hablar de la vieja Yugoslavia, que en pleno auge del neoliberalismo y de la producción de subjetividad de individualismo que este produce, se dió su fragmentación en pequeñas naciones estados en la década de los 90, que si bien respondió a diversas situaciones politicas, habia mucho de una NO identificación cultural con el vecino de al lado. También, aunque mucho más difícil, creo que es posible que en dos países coexista un mismo sentir nacional, o algo de eso soñaba Artigas allá por el 1813, aunque los hermanos Uruguayos lo nieguen a muerte.
Hay, en todo el mundo actual y en la historia del mundo, innumerables ejemplos de la mixtura cultural, no es cierto, en mi opinión, que exista siempre, en todos los casos, una cultura reinante en todo el territorio de un país, mucho menos si su superficie es tan grande como la de la Argentina. La Globalización ha ido en muchos casos achicado o agrandado estas diferencias, pero lo cierto es que en los interiores de las naciones y países, ha logrado fragmentar la cultura misma hasta crear una sensación de desconocimiento de los modos de vida de los mismos habitantes de su suelo, en otras regiones. Han escuchado alguna vez a alguien de Buenos Aires que dice “fui a Jujuy y es otro país” o alguien del interior bonaerense que llega a grandes urbes como la Ciudad de La Plata y desconoce su propio territorio por completo?, es algo que pasa y que cada vez se está dando más, incluso en mismos estados municipales hay localidades que desconocen “a propósito” su pertenencia al Municipio por no identificarse en sus usos y costumbres con la cabecera de su mismo partido. Hay, y más en estos tiempos en lo que parece reinar el concepto de salvarse solo, una segmentación cultural dentro de la misma cultura de una nación? Si bien hay grandes rasgos culturales compartidos y reproducidos por la gran mayoría de la población, lo cierto es que cada vez se agrieta más los lazos sociales que la fortalecen y vuelven a las sociedades orgánicas y distantes en los términos que nos señalaba Durkheim en los inicios de la Sociología.
El Magister en Trabajo Social, Alfredo J. M. Carballeda, en su recomendado texto “El territorio como Relato”, nos aporta para esta idea que los territorios en los que estamos insertados, se construyen de forma discursiva y que nuestra existencia esta signada por el discurso en el que estamos insertos, discursos que para nada son circunstanciales o aislados, sino que tienen su correlato con el espacio y lugar donde son contados. Las comunidades no existirían sin historias en común que formen una identidad o pertenencia transformando al territorio no en un espacio físico delimitado sino en una significación cultural con implicancia social. ¿Les suena esta idea a la de la diferencia de Pais y Nacion? Tanto en lo micro como en lo macro, hay historias y discursos en común que componen la identidad de un grupo de personas. Hoy es algo que fuertemente se está viendo en los territorios de una misma Jurisdicción municipal.
¿Qué queda para los países en esta fragmentación que nuestro tiempo histórico nos impone padecer? El estado argentino que preside nuestro país no está advirtiendo esto hace ya muchos años (con distintos signos políticos gobernantes de por medio) y puede ser esta una invisible pero fundamental razón para el malestar general del país, un Estado Nacional que no conoce a sus habitantes. Ya decía Alem en sus tiempos que poner la Capital del país en Buenos Aires, por su gran concentración económica debida al puerto, era el nacimiento de un país macrocefálico, y en esta linea muchas de las políticas públicas que se han llevado a cabo durante los ultimos años con el afan de beneficiar a todos los argentinos, han sido diseñadas y planificadas en realidad para ciertos sectores poblacionales metropolitanos dejando afuera a gran parte de los habitantes de todo el territorio del país por no estar pensadas para sus modos y costumbres de vida.
Hoy, la llamada y ya conocida por todos Área Metropolitana de Buenos Aires es un foco de concentración presupuestaria totalmente asimétrica al resto del territorio nacional. Según datos de la Fundación Metropolitana en un informe del 2020, en el 0,4% de la superficie del país se encuentra mas del 35% del país y un 48% del PBI, una locura que se explica en que allí está el 38% del padrón electoral inmerso en una interminable carrera política por acceder al trono de la casa rosada cada vez mas mercantilizada lo cual contribuye a esta asimetría, es decir, quien gana ese padrón, seguramente sea quien presida el Estado Nacional. Todo este escenario, crease o no, contribuye gravemente a la segmentación cultural de la que empezamos hablando, somos una Nación en la que muchos quedan fuera del objetivo común de mejorar la calidad de vida? Si, porque esas políticas públicas que no los alcanzan, están signadas por un desconocimiento real de los demás territorios que no inclinan la balanza electoral, incluyendo en muchos casos a Córdoba y Santa fe. eso genera pobreza, enojo, desigualdad, frustración en gran parte del territorio nacional, es por eso que en Europa, se le da tanta importancia al significado de “Comunas” que es a grandes rasgos lo que nosotros conocemos como “Municipios”, son ellos quienes mejor conocen los territorios y quienes mejores pueden implementar las políticas públicas para alcanzar a todos sus habitantes, acaso el estado nacional puede controlar la correcta implementación del control precios de los alimentos o programas sociales en San Antonio de Areco, provincia de Buenos Aires? no tiene brazo para hacerlo. Esto hace pecar al estado Nacional muchas veces de ineficaz, perjudicando en gran parte a los argentinos.
Estamos en tiempos en los que el Rol del Estado es mas discutido que nunca y en esa discusión yo me quiero parar en la vereda de que el estado tiene que estar mas presente que nunca, pero debe cambiar algo en el accionar de su matriz y quiza deberia delegar a los estados provinciales y municipales muchas mas competencias para el correcto cumplimiento de su rol, ya que muchas veces por ignorar estas apreciaciones solo termina generando más injusticias en la población que representa y contribuyendo a la fragmentación de la cultura que estos tiempos acechan a nuestro pais. Quiza los tiempos presentes nos esten invitando a dar este giro en el rol del estado para lograr asi una mejor intervencion social y lograr una mayor equidad poblacional y un saneamiento de aquellas costumbres e identificaciones del ser argentino que enaltezcan y fortalezcan nuestra gran cultura, pero nada esto es mas que una invitación a tener este debate como argentinos.