Una generación que luchó para romper el espejismo neoliberal a los piedrazos

Norma Plá es un fantasma irredento. Su susurro pulula en calles y plazas y lo hace cada vez con más fuerza en las movilizaciones contra el proyecto político de La Libertad Avanza.

Norma Plá oprime como un mal sueño las espaldas de las clases dominantes y lo hace en cada espacio feminista que proclame que unir las luchas es la tarea.

Cada vez que un centro de estudiantes reúne jóvenes que se proponen defender su educación con uñas y dientes.

Y sobre todo, en cada uno de los miércoles donde los jubilados, pese a los palos y los gases lanzados como balaceras, sostienen la movilización en defensa de lo suyo. Ayer contra el peronista Menem, contra el radical De la Rúa y hoy contra el libertario Milei. Esos miércoles en los que se reclama, desde hace 33 años, el derecho a una vejez digna.

Norma Plá: el fantasma irredento de la jubilada punk

️ e estrenó «Norma también», un documental de Natalia Vinelli y Alejandra Guzzo sobre la vida y la lucha de la jubilada más digna y combativa.

Norma también nos legó su batalla

¿Qué hay que incluir de Norma Plá en nuestro marco teórico, en nuestra práctica política? Una vieja intempestiva, 27 veces presa, perseguida por los servicios, la policía y los medios de comunicación. Una dirigente política hecha desde abajo, que trama alianzas intersectoriales. Una referente para los propios, que se pone a la cabeza del naciente movimiento de jubilados y desde allí ensaya nuevos repertorios para la protesta social que perviven aún hoy. Norma Plá le pone el cuerpo a los primeros cortes de calle del movimiento de jubilados, antesala táctica del movimiento piquetero.

 

Quienes no pueden parar la producción detienen el espacio público. Quienes no son escuchados, abrazan el Congreso para impedir sesiones, se organizan de conjunto con otros, traman intervenciones más allá del reclamo por los 450 (pesos, que eran 450 dólares), y plantean la defensa de la soberanía contra los ingleses, la lucha contra la Ley de Educación Superior, movilizaciones federales, casas populares, centros barriales. Un acumulado de vínculos, movimientos y demandas que da un salto en la Marcha 100 de jubilados. Había que romper el espejismo neoliberal del menemismo a los piedrazos.

Norma Plá enseñó, en un contexto de espectacularización y palacio, a construir desde la planta baja de la política para dar la pelea por los derechos negados.

 

Norma también nos enseñó a elegir al enemigo

Norma Plá fue una mujer de Temperley que laburó desde los 13 hasta los 62 años y murió de cáncer de mama un 18 de junio de 1996. Portaba un cuerpo avejentado para su edad, como gesto de las marcas en el cuerpo que deja ocupar un puesto de lucha en la clase trabajadora. En su rápido pasaje por la esfera pública rivalizó de manera audaz con varios personajes oscuros de la historia nacional. Los medios de comunicación argentinos la expusieron con saña y ella dio esa pelea para visibilizar la causa de los jubilados y las injusticias sufridas por el pueblo durante el primer menemato. La prensa la eligió como enemiga por su tono sagaz y vibrante y su profunda comprensión, madurada desde el sentido común, de la necesidad de ensayar nuevos repertorios de protesta para ser escuchada. Al momento de su muerte, coronó la nota del diario La Nación: “Falleció Norma Plá: una mujer combativa”.

El ministro de Economía Domingo Cavallo fue su gran enemigo. Su cruce emblemático se dio el 5 de junio de 1991 en el Congreso, durante el debate por la reforma previsional que promovía el menemato. Él encarnaba ese aparato de gobierno que, Norma también sabía, no era solo el presidente Menem, sino un conjunto de personas que desoyó permanentemente su reclamo y avanzó en la privatización de las AFJP.

 

Norma también insiste con recuperar la historia

Norma decía: “El gobierno nos quiere matar a los viejos”. Si la historia no se repite, por lo menos rima: el neoliberalismo hedonista y pícaro que trajo a colación Menem durante sus dos mandatos hoy muestra al desnudo la violencia que contiene la propia democracia. Decía Rozitchner algo así como que la posdictadura construyó el pacto que trasladó la violencia de las armas a la violencia de los bolsillos. «Norma también» registra esto y le pone atención. No se trata de un cambio de táctica sino de una tecnificación de los mecanismos represivos a los que el movimiento popular –la unidad de sus heterogeneidades dispersas– no pudo seguirle el ritmo. Registramos ese salto todos los miércoles, en ese Congreso donde los jubilados siguen marchando. Treinta años después.

Norma también: la película

Norma también, el nuevo documental de Natalia Vinelli y Alejandra Guzzo, nos propone una conversación en dos registros. El primero recorre la historia de Norma Plá. Quién fue, qué hizo, quiénes la acompañaron en su camino político. El segundo es un diálogo entre generaciones. La de la joven socióloga protagonista, Sol Verónica Gui, formada por la experiencia estudiantil y feminista, y preocupada por la derrota que implica el mileismo. Y la de las directoras, que se conocieron volanteando en Parque Centenario una tarde en los ‘90, y que vieron por primera vez a Norma en una asamblea, cuando ella interrumpió para preguntarles por qué los estudiantes no se dejaban de joder y aprendían a luchar como los jubilados. «Norma también» es, entonces, un juego con el espacio-tiempo. Nos propone recorrer las calles del centro porteño de otra manera, desovillar el hilo de su historia, para tejerlo nuevamente por y desde abajo.

“Norma También” se estrenó el 24 de agosto en el Cine Gaumont (Av. Rivadavia 1635, CABA), a las 19.30 hs, y desde ayer miércoles 27 está disponible en las salas del Palacio El Victorial para verla y discutirla entre quienes desean construir la memoria de una generación que luchó para romper el espejismo neoliberal a los piedrazos. Su preestreno tendrá lugar en el marco de la 16va. Muestra de Cine Documental DOCA (Documentalistas de Argentina).

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *