El nuevo alcalde de Nueva York, Zohran Mamdani, encarna una nueva generación política, pero también un legado intelectual singular: el de sus padres.
Su madre, Mira Nair, es una de las cineastas indias contemporáneas más importantes, autora de aclamadas películas como Salaam Bombay! y Monsoon Wedding.
Su padre, Mahmood Mamdani, es historiador, politólogo y profesor de la Universidad de Columbia, cuyo trabajo ha transformado nuestra comprensión de la relación entre colonización, modernidad y violencia política. Su hijo creció así en la encrucijada de dos herencias: el cine comprometido y el pensamiento crítico, dos formas de resistencia al olvido y al orden establecido.
La formación de un pensador poscolonial
Mahmood Mamdani nació en 1946 en Bombay y creció en Uganda, dentro de una comunidad de origen indio que se había asentado en África Oriental durante la época colonial.
Estudió en Estados Unidos, en Harvard, antes de regresar a África para enseñar, especialmente en Dar es Salaam, un vibrante centro de efervescencia intelectual en la década de 1970.
Exiliado tras la expulsión de los asiáticos por Idi Amin en 1972, se convirtió en una figura central del pensamiento poscolonial. Su experiencia personal alimentó su reflexión: comprender cómo el poder colonial sobrevivió a la descolonización —bajo otras formas— dentro de las estructuras del Estado, de la memoria y de la violencia.
Ciudadano y súbdito
En su obra principal, Ciudadano y súbdito: África contemporánea y el legado del colonialismo tardío (1996), Mamdani muestra que los estados africanos nacidos de la independencia nunca rompieron realmente con el sistema colonial.
Según explica, el poder colonial dividió a las sociedades en dos mundos: ciudadanos urbanos gobernados por el derecho civil y súbditos rurales regidos por el derecho consuetudinario y jefes “administrados”.
Esta división entre “modernidad” y “tradición” —entre ciudadano y súbdito— sobrevivió a la independencia y continúa estructurando la desigualdad política y social.
Este libro consagró a Mamdani como uno de los pensadores más lúcidos del poscolonialismo africano: un autor empeñado en revelar las continuidades de la dominación ocultas bajo el lenguaje de la libertad.
Cuando las víctimas se convierten en asesinos
Unos años más tarde, en When Victims Become Killers: Colonialism, Nativism and the Genocide in Rwanda (2001), Mamdani cuestionó la interpretación dominante del genocidio ruandés.
Rechazando las lecturas moralizantes o culturalistas, demuestra que las categorías “hutu” y “tutsi” no eran identidades ancestrales, sino producto de clasificaciones raciales coloniales impuestas por las potencias europeas: invenciones administrativas que congelaron las jerarquías y alimentaron la violencia.
Aquellos a quienes Occidente describe como “pueblos sin historia” son, en verdad, tanto víctimas —y a veces productos— de su propio orden racial.
Musulmán bueno, musulmán malo
Sin embargo, fue con Good Muslim, Bad Muslim: America, the Cold War and the Roots of Terror (2004) que Mamdani obtuvo reconocimiento mundial.
Publicado tras los atentados del 11 de septiembre, el libro desmantela la nueva ideología de la época: el “choque de civilizaciones”.
Mamdani demuestra que la división entre musulmanes “buenos” y “malos” no es religiosa sino geopolítica.
El “buen musulmán” es el que se adapta al orden occidental; el “mal” es el que se resiste a él.
Esta dicotomía, escribe, nació durante la Guerra Fría, cuando Estados Unidos —buscando debilitar a la Unión Soviética— financió, armó y apoyó a los muyahidines afganos, transformando la yihad en un arma política.
Según él, el islam político fue creado por el imperio antes de ser demonizado por este. Los «luchadores por la libertad» de la década de 1980 se convirtieron, veinte años después, en los «terroristas» de la guerra contra el terror.
Lo que Mamdani denuncia es la moralización de la política. En lugar de explicar la violencia a través de causas históricas y geopolíticas, Occidente la atribuye a la “cultura” de otros, sin preguntarse nunca qué ha hecho, sino solo quiénes son “ellos”.
Esta inversión de la mirada —donde la política de dominación se convierte en defensa de la civilización— constituye, para Mamdani, el núcleo de la ideología imperial moderna.
«Cuando explicamos el comportamiento de los demás por su cultura, justificamos el nuestro por nuestra política», escribe.
Por lo tanto , «Buen musulmán, mal musulmán» es mucho más que una crítica al americanismo posterior al 11-S; es una genealogía de mentiras imperiales.
Mamdani expone la continuidad que une las guerras coloniales, la Guerra Fría y la llamada “Guerra contra el Terror”: una única narrativa moral en la que Occidente se imagina a sí mismo como el guardián de la razón y la libertad, mientras que los pueblos dominados son reducidos a pasiones primitivas, a amenazas que deben ser civilizadas.
Su obra nos llama a repolitizar la violencia, a romper con el discurso del miedo y a reconocer la responsabilidad histórica de Occidente por los mismos desastres que condena.
La lucha contra la amnesia

Toda la obra de Mahmood Mamdani puede interpretarse como una lucha contra la amnesia. Deja al descubierto la persistencia del poder colonial en las instituciones, los discursos y las guerras del presente.
Y así comprendemos el peso simbólico del hecho de que su hijo, Zohran Mamdani —heredero de semejante linaje intelectual y activista— se haya convertido hoy en alcalde de Nueva York, la capital del capitalismo global y de la propia narrativa estadounidense.
Es una ironía de la historia, pero también una promesa: que un mundo crítico con el imperio pueda finalmente hablar desde su propio centro.
Zohran Mamdani apareció una vez en una de las películas de su madre, Queen of Katwe (2016), contribuyendo a su banda sonora como el rapero Young Cardamom, más tarde conocido como Mr. Cardamom.
Traducido del francés mediante IA. Publicado originalmente en Investig’Action (6 de noviembre de 2025). Esta obra se distribuye bajo una licencia Creative Commons (CC BY-NC-SA 4.0).
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Abbas Fahdel es un cineasta y escritor iraquí-francés. Nacido en Babilonia, Irak, se trasladó a Francia de joven y estudió cine en la Sorbona. Sus aclamados documentales Retour à Babylone y Homeland: Iraq Year Zero exploran la memoria, la guerra y el legado perdurable del imperio. La obra de Fahdel, basada en la experiencia personal y la reflexión política, ha sido reconocida en festivales internacionales por su visión antiimperialista.