Nuestro país se encamina a conformar una alianza estratégica con EE UU, al que se subordina incondicionalmente, que profundizará las asimetrías ya existentes y condicionará a cualquier gobierno que suceda al actual. Complementan la nota un análisis de las implicancias del acuerdo y una visión comparada con el pacto Roca-Runciman (1933), el original estatuto legal del coloniaje del cual este nuevo del año 2025 es una continuidad muy sencilla de observar porque para la ultraderecha, lo viejo, funciona (un tiempo)

Nuestro país se encamina a conformar una alianza estratégica con EE UU, al que se subordina incondicionalmente, que profundizará las asimetrías ya existentes y condicionará a cualquier gobierno que suceda al actual.
Casi cien años después Argentina vuelve, de la mano del presidente Milei, a encadenar su destino al de una potencia declinante. Así fue en los inicios de la década del 30 del siglo pasado, cuando el presidente Julio Argentino Roca firmó el acuerdo Roca-Runciman con Gran Bretaña, la potencia declinante de aquel período histórico. Así sucede ahora con la declaración conjunta sobre “Comercio recíproco e inversiones” entre Argentina y EE UU, la potencia declinante de este período que se repliega sobre su patio trasero, tratando de blindarlo frente al ascenso de China.
Algo más que un marco general
La declaración que conocimos merced a un comunicado unilateral del país del norte, constituye un “marco general” sin mayores precisiones (los acuerdos se darían a conocer por tramos). Sin embargo de su texto es posible deducir que se trata de una relación entre gobiernos, que redefine el rol del Estado, que busca dar garantías a los inversores estadounidense mientras les abre nuestros mercados, al mismo tiempo que otorga libre acceso al flujo de información digital.
En apretada síntesis: nuestro país dará preferencias a numerosas exportaciones estadounidenses de productos industriales (entre ellos medicamentos, químicos, tecnológicos, maquinarias y automotores), al ingreso de ganado vivo y a una amplia gama de productos agrícola-ganaderos. Para ello se eliminaran barreras para arancelarias y se adoptarán nuestras normas a los criterios y reglamentos técnicos estadounidenses, incluido un nuevo régimen de propiedad intelectual. En contrapartida EE UU eliminaría aranceles sobre “ciertos recursos no disponibles y productos no patentados para aplicaciones farmacéuticas”. Como se verá no hay demasiada reciprocidad en esta declaración.
“Recuperando” América latina
La declaración conjunta constituye el último eslabón (al menos hasta ahora) de una cadena de decisiones que incluyen el inédito salvataje [rescate] del Tesoro de EE UU (interviniendo directamente en nuestra plaza cambiaria), el swap por 20.000 millones (ya se habría activado) la posibilidad de un crédito contingente por igual monto sostenido por un pool de bancos (capitaneados por el J.P Morgan) y la creación de un fondo en el que participarían el Tesoro de EE UU y organismos multilaterales que intervendrían ante cualquier posibilidad de default de la deuda argentina.
Este encadenamiento no es solo resultado de la decisión del presidente Trump de proteger a su principal aliado en la región y bloquear el ascenso de China, sino que forma parte de una estrategia de EE UU sobre su “patio trasero” al que había descuidado por décadas luego de los fracasos de la Alianza para el Progreso (1961) y el ALCA (1994) (de hecho este acuerdo se dio a conocer junto con los otros tres países de la región). El secretario Scott Bessent lo dijo sin eufemismos: “Estamos recuperando América latina a través de nuestro liderazgo económico, no habrá balas”. Claro nada dijo del despliegue naval frente a las costas de Venezuela.
Nuevo orden del comercio global
Bajo la presidencia de Trump EE UU esta rediseñando el comercio global, dejando atrás las normas de la OMC y los acuerdos consensuados entre países para pasar al modo de “imposición negociadora”, en la que los aranceles no solo articulan el comercio internacional según los intereses estadounidenses, sino que también son un arma contra determinadas medidas políticas (por ej. como sanción a la prisión de Bolsonaro en Brasil). Todo puede tener un carácter provisorio, circunstancial y arbitrario creando un estado de caos que Trump administra para finalmente negociar.
Se trataría de un nuevo orden basado en el comercio y las inversiones cuya orientación está determinada por la necesidad de achicar el enorme déficit comercial y de cuenta corriente de EE UU. Están en juego la necesidad de incrementar sus exportaciones y volcar un flujo de inversiones en áreas consideradas estratégicas por el país del norte.
Argentina ocuparía un lugar subordinado en este nuevo orden. El salvataje fue obligado para garantizar la estabilidad económica del gobierno Milei como un primer paso imprescindible para luego abrir las posibilidades de una complementación parcial de las economías de los dos países Es lo que subyace en la declaración conjunta. Las nuevas tecnologías hacen posible esa complementación ya que Argentina tiene recursos estratégicos (minerales críticos, tierras raras) que EE UU necesita. En este plano es donde entran tanto las reformas Laboral y Tributaria (exigidas por el FMI y el Círculo Rojo) para reducir costos y bajar la carga impositiva a las empresas y la modificación de la Ley de Glaciares (exigida por los gobernadores de varias provincias) para redefinir el área “periglaciar”, habilitando así inversiones hoy bloqueadas por límites ambientales. Como se sabe los recursos hidrocarburíferos y minerales son provinciales pero es una ley nacional la que determina las protecciones ambientales.
En definitiva esta declaración conjunta es un marco general, caracterizado por el secretismo de las negociaciones, sin ningún tipo de consulta a los sectores que serían afectados. Sería el prólogo de una alianza estratégica a consolidar que tiende a cristalizar una relación cuya asimetría se profundizará y que avanzará en la desindustrialización del país con las consecuencias sociales previsibles. Será necesario conocer la letra chica para determinar si estos acuerdos deben pasar o no por el Congreso nacional.
Como con la reforma laboral es necesario convocar a la más amplia movilización para rechazar este acuerdo de sometimiento y subordinación al imperio que condicionará a cualquier gobierno que suceda al actual.
Eduardo Lucita. Integrante del colectivo EDI -Economistas de Izquierda- de Argentina.
Artemio López
Un análisis político-económico de lo que implica el reciente acuerdo entre Argentina y Estados Unidos, con un enfoque en cómo beneficia (o perjudica) a distintos grupos sociales y de poder dentro de Argentina, así como las dinámicas estructurales más amplias.
## 1. Contexto del acuerdo
1. **Naturaleza del acuerdo**
* Es un “Acuerdo Marco de Comercio Recíproco e Inversión” entre Argentina y EE.UU., anunciado recientemente para reducir aranceles y profundizar cooperación en sectores estratégicos. ([Bloomberg Línea][1])
* Incluye provisiones para proteger propiedad intelectual, cooperación en minería (minerales críticos), economía digital y transferencia de datos. ([AAACI][2])
* También promueve inversiones estadounidenses en Argentina. ([LA NACION][3])
2. **Comercio bilateral**
* En 2024, el intercambio comercial entre ambos países fue de unos USD 12.500 millones según datos oficiales. ([LA NACION][3])
* Se destaca una “asimetría estructural”: aunque hay un superávit argentino pequeño, Argentina representa solo un 8 % de sus exportaciones hacia EE.UU., mientras que Argentina es menos del 1 % del comercio exterior estadounidense. ([El Economista][4])
* Expertos advierten que muchas de las concesiones van en detrimento de la industria argentina: según EFE, “15 de los 17 puntos del acuerdo son concesiones que Argentina hace a Estados Unidos”. ([EFE Noticias][5])
3. **Financiamiento norteamericano**
* Otro elemento clave del vínculo es financiero: EE.UU. ha mostrado disposición a respaldar a Argentina, incluso con mecanismos inusuales, como compra directa de pesos o líneas de swap, lo que sugiere que el acuerdo tiene también un componente estratégico geopolítico. ([AP News][6])
* Desde el punto de vista del Estado argentino, esto se presenta como una inyección de liquidez y un ajuste estructural favorable al mercado.
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## 2. Perspectiva: quienes se benefician
Desde un análisis de clases, podemos preguntarnos: ¿qué grupos sociales, económicos y de poder internos en Argentina salen favorecidos por este acuerdo, y cuáles se exponen a riesgos?
1. **Élites exportadoras y vinculadas al capital financiero**
* Las provincias exportadoras (como Neuquén, Chubut) pueden verse favorecidas: algunas fuentes remarcan que economías regionales y productoras de recursos naturales se benefician con acceso preferencial a EE.UU. para ciertos bienes. ([LA NACION][7])
* Sectores ligados a la minería y los “minerales críticos” también pueden ser ganadores: la apertura para inversiones extranjeras puede traer capital para explotar esos recursos. Eso puede generar una concentración de rentas en manos de grandes empresas mineras (muchas veces con participación extranjera) y reforzar una lógica extractiva.
* El capital financiero local e internacional: con un mayor flujo de inversiones de EE.UU., ciertos capitales argentinos “fianciers” pueden canalizarse hacia inversiones más rentables, crédito, fondos vinculados a tecnología, y otros activos favorecidos por condiciones más abiertas.
2. **Grandes empresas industriales**
* Algunas industrias argentinas podrían beneficiarse de la reducción de barreras para exportar a EE.UU., especialmente aquellas que producen bienes con complementariedad con el mercado norteamericano. ([AAACI][2])
* Sin embargo, muchas industrias locales podrían enfrentar una presión competitiva más fuerte si deben abrirse más al negocio con empresas estadounidenses (maquinaria, productos químicos, tecnología), lo que puede perjudicar a fabricantes locales que no tienen escala ni capacidad para competir a la par.
3. **Trabajadores calificados y sector tecnológico**
* La cooperación en economía digital podría generar empleo para trabajadores con formación técnica o profesional, especialmente si hay crecimiento de inversiones estadounidenses en tecnología, servicios digitales y data centers.
* Pero el volumen de esos empleos podría ser pequeño comparado con el mercado laboral total, y podrían privilegiarse los sectores con mayor capital (empresas grandes) más que generar crecimiento distribuido.
4. **Pequeños productores agrícolas y rurales**
* Podrían tener oportunidades para exportar ciertos productos, especialmente si se obtienen ventajas en aranceles para materias primas.
* No obstante, los riesgos son elevados: si los insumos tecnológicos o maquinaria provienen de EE.UU. (beneficiados por el acuerdo), los pequeños productores que no pueden invertir pueden quedar en desventaja frente a productores más grandes que sí acceden a esos insumos.
5. **Clases populares y vulnerables**
* En general, las clases trabajadoras de bajos ingresos (trabajadores informales, empleados de pequeños comercios, obreros no calificados) no van a recibir directamente los beneficios de mayores inversiones extranjeras, salvo por efecto indirecto (mejores empleos, crecimiento macro).
* Si la apertura comercial implica reducción del rol del Estado (como sugiere la agenda neoliberal de algunos sectores), podría haber recortes en políticas sociales, lo que impactaría más a los sectores vulnerables.
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## 3. Riesgos estructurales
1. **Dependencia económica**
* La apertura de la economía argentina hacia EE.UU. puede profundizar una lógica de dependencia: más inversión extranjera, especialmente en sectores estratégicos, puede consolidar el papel de Argentina como proveedor de materias primas o recursos naturales, sin desarrollar cadenas productivas complejas propias (o concentradas en pocos jugadores).
* Esto reproduce dinámicas típicas de economías “semi-periféricas”: exportan recursos (minerales, energía) sin agregar valor local suficiente, mientras importan bienes tecnológicos de alto valor agregado.
2. **Soberanía y poder de negociación desigual**
* Ya expertos advierten que el acuerdo tiene concesiones mayores por parte argentina, lo que refuerza un desequilibrio estructural de poder. ([EFE Noticias][5])
* Desde una perspectiva de clase, esto significa que las decisiones estratégicas importantes (qué producir, cómo invertir) pueden depender en buena medida de capital extranjero, reduciendo la capacidad del Estado o de actores populares para definir políticas productivas autónomas.
3. **Concentración de la renta**
* Las rentas generadas por los minerales críticos, nuevas exportaciones o inversiones tecnológicas pueden concentrarse en empresas grandes (locales o multinacionales), reforzando desigualdades internas.
* Puede haber un “club” de beneficiarios: empresas vinculadas al capital extranjero, grandes productores, y élites financieras que pueden capitalizar la apertura para maximizar ganancias.
4. **Desigualdad social y precarización**
* Si la apertura no viene acompañada por políticas laborales fuertes, se puede potenciar una precarización: empleo más inestable, bajos salarios en sectores exportadores o tecnológicos emergentes, especialmente si la entrada de capital extranjero exige flexibilidad laboral.
* Puede aumentar la brecha entre regiones: algunas provincias exportadoras pueden crecer, mientras que otras (no vinculadas a los sectores estratégicos) queden rezagadas.
5. **Política monetaria y financiera**
* El hecho de que EE.UU. haya mostrado apoyo financiero (posible swap, líneas de crédito) no es solo un gesto de solidaridad: tiene implicaciones muy profundas para la soberanía monetaria de Argentina.
* Dependencia del financiamiento externo implica vulnerabilidad ante cambios en las condiciones del mercado internacional, lo que afecta especialmente a las clases medias y bajas si hay crisis cambiarias, ajuste o recortes de gasto público.
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## 4. Interpretación geopolítica
* Este acuerdo no puede leerse solo como una operación comercial: tiene un fuerte componente geopolítico. Algunos analistas lo interpretan como parte de una estrategia de EE.UU. para consolidar su influencia en América Latina, frente a competidores como China. ([AAACI][8])
* Desde una óptica de clase, esa estrategia geopolítica favorece al capital transnacional y a las élites locales que están alineadas con la globalización neoliberal, más que a la población trabajadora pobre o a los pequeños productores que no integran las cadenas globales de valor.
* En la medida en que los sectores dominantes del país (empresas exportadoras, grandes terratenientes, capital financiero) se beneficien, puede consolidarse una alianza de clase entre las élites argentinas y el capital extranjero, que reproduce una lógica de subordinación económica.
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## 5. Conclusión
* El acuerdo con EE.UU. es una jugada estratégica muy ambiciosa: para el capital local y extranjero puede abrir muchas oportunidades, pero también refuerza desigualdades sociales estructurales.
* Para las clases trabajadoras, los beneficios dependerán mucho de cómo el Estado argentino gestione la redistribución, las políticas laborales y la inversión pública: sin eso, puede consolidarse un modelo extractivo y dependiente.
* Hay un riesgo real de que la apertura se traduzca en una concentración aún mayor de riqueza y poder en actores que ya están bien posicionados: grandes empresas, inversores extranjeros, provincias exportadoras, élites financieras.
* En última instancia, la tensión clave es entre un proyecto de desarrollo autónomo, inclusivo y redistributivo frente a un modelo neoliberal de integración subordinada al capital global. Con el actual gobierno sabemos cómo se resolverán las tensiones del «acuerdo».
Notas
[1]: https://www.bloomberglinea.com/latinoamerica/argentina/argentina-y-estados-unidos-llegan-a-acuerdo-para-reducir-aranceles-reciprocos/?utm_source=chatgpt.com «Argentina y Estados Unidos llegan a acuerdo para reducir aranceles recíprocos»
[2]: https://aaaci.org.ar/el-acuerdo-con-eeuu-abre-oportunidades-y-amenazas-para-los-productos-argentinos-segun-un-ex-ministro-de-economia/?utm_source=chatgpt.com «El acuerdo con EEUU abre oportunidades y amenazas para los productos argentinos, según un ex ministro de Economía – AAACI»
[3]: https://www.lanacion.com.ar/opinion/acuerdo-comercial-argentina-eeuu-un-nuevo-pilar-para-el-desarrollo-nid21112025/?utm_source=chatgpt.com «Acuerdo comercial Argentina-EE.UU.: un nuevo pilar para el desarrollo – LA NACION»
[4]: https://eleconomista.com.ar/economia/argentina-eeuu-en-camino-acuerdo-comercio-reciproco-n83341?utm_source=chatgpt.com «Argentina y EE.UU.: ¿en camino hacia un acuerdo de comercio recíproco? – El Economista»
[5]: https://efe.com/economia/2025-11-18/eeuu-argentina-acuerdo-comercial/?utm_source=chatgpt.com «El pacto comercial entre EE.UU. y Argentina es \»profundamente asimétrico\»»
[6]: https://apnews.com/article/7432a188e57264f0e5f6c753ddc40879?utm_source=chatgpt.com «US buys Argentine pesos, finalizes $20 billion currency swap»
[7]: https://www.lanacion.com.ar/economia/campo/politico-y-estrategico-destacan-que-la-argentina-logro-un-trato-diferencial-en-el-acuerdo-con-eeuu-nid17112025/?utm_source=chatgpt.com «Destacan que la Argentina logró un trato preferencial en el acuerdo con EE.UU. – LA NACION»
[8]: https://aaaci.org.ar/por-que-la-relacion-bilateral-con-eeuu-es-clave-segun-uno-de-los-mayores-expertos-en-economia-internacional-de-la-argentina/?utm_source=chatgpt.com «Por qué la relación bilateral con EEUU es clave, según uno de los mayores expertos en economía internacional de la Argentina – AAACI.
A continuación, un análisis comparativo histórico entre el acuerdo actual Argentina–Estados Unidos y otros pactos económicos relevantes, especialmente el Pacto Roca-Runciman (1933), incorporando una perspectiva de clase para identificar continuidades estructurales y mutaciones en la relación entre Estado, capital y trabajo.
1. Estructura general de los acuerdos: continuidad de dependencia
Históricamente, los grandes acuerdos bilaterales que Argentina firma con potencias económicas tienden a reproducir asimetrías estructurales. El patrón básico es:
Este patrón aparece con nitidez tanto en 1933 como en 2025.
2. Comparación profunda: acuerdo Argentina–EE.UU. vs. Pacto Roca-Runciman
2.1. Contexto económico-político
Pacto Roca-Runciman (1933)
Acuerdo Argentina–EE.UU. (2025)
Continuidad: La necesidad estructural de “garantizar acceso” a un centro económico poderoso para estabilizar la economía.
Cambio: Las élites dominantes pasaron de ser agro-terratenientes a incluir conglomerados financieros y extractivos.
2.2. Sectores favorecidos y perjudicados (perspectiva de clase)
Año 1933: beneficiarios y perjudicados
Ganadores
Perdedores
Año 2025: beneficiarios y perjudicados
Ganadores
Perdedores
Continuidad fuerte: Los acuerdos refuerzan a las clases dominantes asociadas al capital externo y perjudican a las clases populares y al empresariado nacional de menor escala.
2.3. Modelo de acumulación que promueven
Pacto Roca-Runciman
Acuerdo Argentina–EE.UU. 2025
Continuidad histórica: Argentina se especializa en exportar bienes primarios o de bajo valor agregado.
Mutación: El agro ya no es el único eje; ahora se suman sectores de alto impacto ambiental y baja absorción de empleo.
3. Rol del Estado: subordinación o autonomía.
En ambos casos, el Estado se alinea con las élites que controlan los sectores beneficiados por el acuerdo.
La novedad: la subordinación ya no es solo comercial, sino también tecnológica, financiera y de datos, ampliando la dependencia.
4. Repercusiones sociales y laborales
Continuidad: los costos del acuerdo recaen desproporcionadamente sobre el trabajo.
Cambio: el impacto es más complejo, porque ocurre en un país mucho más urbanizado y con estructura productiva más heterogénea.
5. Dimensión geopolítica: imperio clásico vs. hegemonía tecnológica-financiera.
Comparación clave:
6. Conclusión: ¿qué revela la comparación?
Artemio López: Director de Consultora Equis