El Senado inició este miércoles 17 de diciembre el tratamiento en comisiones del proyecto de reforma laboral impulsado por el gobierno nacional. La Ley de Modernización Laboral, así denominada por el gobierno de Milei, viene suscitando controversias en torno a cómo impactaría, de aprobarse, en el universo de las relaciones laborales. Quiénes serían sus beneficiarios y a quiénes afectaría. La Tecl@ Eñe entrevistó a Luis Campos, investigador del Instituto de Formación e Investigación de la Central de Trabajadores Argentinos Autónoma (CTA-A). La entrevista se centró en la indagación de las características principales del proyecto que Campos define como una contrarreforma laboral que se enmarca en un proceso iniciado a mediados de los años´70 durante la última dictadura militar y que tuvo tres fases hasta llegar al presente.
Por Conrado Yasenza*
(para La Tecl@ Eñe)
-La Tecl@ Eñe: Con relación a la «Reforma Laboral» impulsada por el gobierno de Javier Milei bajo la idea de «modernización», ¿podemos pensar, o decir, que esta reforma no es novedosa, o por lo menos que se inscribe en un proceso que se inició en 1976 con la última dictadura militar y la instalación del experimento neoliberal en la región? ¿Cómo sería ese proceso de ser cierta esta conjetura?
-Luis Campos: La reforma laboral que impulsa el gobierno de Javier Milei más que una reforma es una contrarreforma laboral que se enmarca en un proceso que se inició a mediados de los años ´70 durante la última dictadura militar, y que tuvo al menos tres fases. Un primer momento, luego del golpe de estado de 1976, con la prohibición del derecho al ejercicio de huelga, con la intervención de sindicatos, con la detención de dirigentes gremiales, con la desaparición forzada de miles de activistas sindicales y con cambios muy importantes en la Ley de Contrato de Trabajo. Una segunda fase, en los años ´90, con muchos cambios en la legislación laboral, y finalmente la actual, que sería la tercera fase de la contrarreforma laboral, donde básicamente se van destruyendo derechos laborales conquistados y consagrados en la norma durante gran parte del siglo XX, tanto en el plano individual como colectivo.
-LTE: Usted ha dicho en otras entrevistas que esta reforma contiene al menos tres reformas ¿Podría explicarnos esta idea?
-LC: Este proyecto de ley más que una reforma son varias reformas simultáneas. Al menos hay tres que son muy importantes. Una, que implica aspectos fiscales de las relaciones laborales, con reducciones muy importantes en las contribuciones patronales que los empleadores tienen que hacer mensualmente al sistema de seguridad social y que sirven para pagar jubilaciones, pensiones, asignaciones familiares. Estas reformas, sumado a una reducción del aporte patronal que los empleadores hacen a las obras sociales, implican una transferencia multimillonaria de recursos del trabajo al capital, de los trabajadores a los empleadores. Las estimaciones más conservadoras hablan de aproximadamente 2.500 millones de dólares al año, que se transfieren del bolsillo de los trabajadores a los empleadores a través de distintas formas, de distintos mecanismos, uno de los cuales va a servir para pagar potenciales indemnizaciones por despido que tengan que afrontar los empleadores mediante la creación del Fondo de Asistencia Laboral (NdR. FAL). Una segunda reforma tiene que ver con el objetivo del gobierno y de los empresarios de debilitar la capacidad de acción colectiva de los trabajadores y trabajadoras, y esto se hace, entre otras cosas, prohibiendo el ejercicio de la huelga, es decir, no hay una prohibición formal pero sí hay limitaciones excesivas en la reglamentación de los servicios esenciales que hace que todas las actividades se conviertan en servicios esenciales o actividades de importancia trascendental, y por ende obliguen a los trabajadores y trabajadoras a brindar servicios equivalentes, como mínimo, a entre un 50 y un 75 % del servicio que se da en un día normal. También hay cambios muy importantes para debilitar la negociación colectiva centralizada por rama de actividad; se van a priorizar los convenios colectivos por empresa, los convenios colectivos provinciales, que van a poder perforar los pisos mínimos que se establece en la negociación colectiva por actividad. También hay normas que van a dificultar mucho el financiamiento de las organizaciones sindicales, normas que van a dificultar la acción sindical en los lugares de trabajo, por ejemplo, exigiendo autorización previa para las asambleas que quieran desarrollar los trabajadores en los lugares de trabajo o en sus inmediaciones. También, con cambios en el régimen de tutela sindical, quitándole la tutela a trabajadores y trabajadoras que ocupen cargos suplentes; esto va a hacer que muchos trabajadores pierdan esa tutela y puedan ser despedidos sin causa por sus empleadores. Y una tercera gran reforma, que está constituida básicamente por modificaciones a la Ley de Contrato de Trabajo (NdR: Ley número 20744, sancionada el 11 de septiembre de 1974), muchas de ellas, sino todas, que benefician a los empleadores. Posiblemente los casos que más trascendieron son modificaciones en el régimen de jornada y en el régimen de vacaciones habilitando que el contrato individual, que se negocia supuestamente en condiciones de libertad entre un trabajador y un empleador, establezca distintos regímenes de jornada y distintos regímenes de vacaciones, pero que en los hechos lo que van a hacer es otorgarle a los empleadores la capacidad absoluta de disponer de los tiempos del trabajador, y la contracara de eso es que cada trabajador va a estar sujeto a las necesidades de su empleador, y esto va a afectar no sólo su vida laboral sino su vida extralaboral, porque va ser muy difícil, si no imposible, poder planificar una vida más allá de las obligaciones laborales.
-LTE: ¿Cree usted que teniendo en cuenta los cambios en las formas de trabajo, lo que incluye la postpandemia y el desarrollo o crecimiento del trabajo de plataformas, es necesario pensar en una reforma laboral?
Un ser humano increíble
👀 INSÓLITO: #STURZENEGGER FESTEJÓ EL CAMPEONATO DE #ESTUDIANTES
📌 “Federico es un ser humano tan increíble que, siendo hincha de #Gimnasia, festeja si sale campeón Estudiantes porque es de La Plata”, reconoció el presidente #Milei.
Vía @CarajoStream pic.twitter.com/lXQX3oEROI
— doble amarilla ⭐️⭐️⭐️ (@okdobleamarilla) December 18, 2025
-LC: La idea de una reforma laboral no es ni buena ni mala en sí misma. De hecho, muchas de las reformas laborales en nuestro país fueron progresivas y beneficiosas para los trabajadores y las trabajadoras, ya que consagraron derechos que antes no existían. El problema de las reformas laborales de las últimas décadas es que casi todas fueron regresivas, es decir, fueron contrarreformas laborales que quitaron derechos consagrados que fueron cristalizándose en la legislación durante gran parte del siglo XX. Me parece que hay que poner el eje no tanto en si es o no necesaria una reforma laboral, sino, fundamentalmente, hacer foco en el contenido de los cambios que se implementan; por ejemplo, el gobierno dice que apunta a modernizar las relaciones laborales, pero, al mismo tiempo, deroga la Ley de Teletrabajo y no establece ningún marco alternativo. Si hay algo sobre lo cual posiblemente no quepa ninguna duda es que, hoy por hoy, muchísimos trabajadores desempeñan su labor utilizando herramientas tecnológicas, como el celular, la computadora, trabajando a distancia, de manera remota; bueno, la ley venía a dar un marco regulatorio a esa modalidad, que tiene que ver con la situación actual de los avances tecnológicos y la introducción de esas herramientas en las relaciones laborales; el gobierno plantea que esa ley fracasó, que no cumplió los objetivos, y puede ser parte de su diagnóstico, pero de ninguna manera es aceptable que no reemplace la ley por ningún marco normativo, con lo cual hay ahí claramente un problema en el discurso oficial. Lo mismo ocurre con el trabajo a través de plataformas tecnológicas, que se ha extendido muchísimo en los últimos años no sólo en la Argentina, y lo cierto es que la propuesta del gobierno lo único que hace es reproducir la situación actual. No hay ningún tipo de derecho que se le otorgue a esos trabajadores y trabajadoras que hoy realizan su actividad por medio de una plataforma y por medio de empresas que administran esas plataformas.
-LTE: El argumento que esgrime el gobierno nacional es que de hecho ya existe un cambio sustancial en las formas y relaciones laborales que se evidencia en la composición del universo laboral, conformado por trabajadores registrados, monotributistas y trabajadores de plataformas. ¿Afecta esta reforma a esos sectores? ¿O se trata de una reforma que sólo atenta contra los derechos de trabajadores formales/registrados? ¿Beneficia de alguna manera a trabajadores registrados?
– LC: El proyecto de reforma laboral que impulsa el gobierno nacional no contiene absolutamente ningún beneficio respecto de los y las trabajadores que hoy tienen derechos, es decir, la mitad de la fuerza laboral que hoy se desempeña en relaciones asalariadas o formales; no hay ningún artículo que apunte a mejorar siquiera un milímetro de esa situación. Por el contrario, respecto de los trabajadores que están por fuera de ese mundo de asalariados formales, tampoco genera ningún tipo de beneficio de manera directa. De manera indirecta probablemente los perjudique, porque lo que va a terminar generando un proyecto de estas características es que cada vez sean más los trabajadores y trabajadoras que tengan que recurrir a esas formas de inserción más precarias en la estructura ocupacional, que tienen que ver con el empleo no registrado, con el empleo por cuenta propia, con el trabajo de plataformas. Se trata de mecanismos muy precarios que se van a ir alimentando de esta mayor precariedad que impulsa este tipo de iniciativas. Así que en ese sentido, este proyecto no beneficia absolutamente a ninguna porción de la clase trabajadora y sí tiene beneficiarios claros que son los empleadores, ya sea de manera directa, en cuanto a la transferencia de recursos de la cual se van a beneficiar, ya sea a través de los cambios legislativos que los va a situar en una posición de mayor fortaleza tanto en las relaciones colectivas de trabajo, es decir en el conflicto que pueden llevar adelante con los trabajadores organizados colectivamente, como también con respecto a las relaciones individuales, por el mayor grado de disciplinamiento que va a generar un proyecto de estas características en el orden del trabajo.
-LTE: ¿Cómo afecta a actuales y futuros jubilados la creación del Fondo de Asistencia Laboral? ¿Y a quién beneficia?
-LC: Los cambios en el sistema de contribuciones patronales es uno de los puntos centrales de esta reforma, porque afectan directamente a los beneficiarios del sistema de seguridad social, jubilados, pensionados, quienes reciben asignaciones familiares, incluso la asignación familiar por hijo, ya que el ANSES deja de percibir esos recursos que se trasladan a la creación del Fondo de Asistencia Laboral del cual se van a nutrir los empleadores para pagar las indemnizaciones por despido. Así que acá hay una transferencia de recursos directa del sistema de seguridad social, y por ende de jubilados, pensionados, beneficiarios de asignaciones familiares, a los empleadores que, de hecho, van a ver cómo las potenciales indemnizaciones por despido que tengan que pagar, van a ser directamente gratuitas al ser financiadas con recursos que deja de percibir la ANSES.
-LTE: ¿Y cómo afecta a sindicatos, y por relación directa a beneficiarios de obras sociales? ¿Y a usuarios que derivan aportes a prepagas?
-LC: En materia de salud el proyecto afecta a las obras sociales ya que les quita una parte muy importante de su financiamiento; el aporte patronal, que en la actualidad asciende al 6% de la masa salarial, pasa a ser del 5%; esto, obviamente, va a afectar directamente a las obras sociales, y por ende a las prestaciones que pueden dar, es decir, van a tener menos médicos en cartilla, más copagos. Esto situación va a afectar, desde ya, a los beneficiarios de esas obras sociales y también a los usuarios del sistema que derivan sus aportes a las empresas de medicina prepaga, porque van a estar derivando menos aportes con lo cual las empresas de medicina prepaga les van a cobrar un diferencial más alto. Acá la matemática es muy clara, se trata de una transferencia de recursos directa de los trabajadores a los empleadores que va a redundar en un peor acceso a las prestaciones de salud, o directamente a tener que pagar un diferencial más alto en el caso de aquellos trabajadores y trabajadoras que derivan aportes a empresas de medicina prepaga.
-LTE: El abogado laboralista Julián de Diego, uno de los asesores del gobierno de Javier Milei, y también Paolo Roca, han afirmado que esta reforma no redunda en creación de puestos de trabajo. ¿Cuál es el interés del poder económico en apoyar este cambio de legislación?
-LC: Está claro, y en este punto hay bastante consenso, que este tipo de reformas no van a generar automáticamente mayores puestos de trabajo, ni van a redundar en una mayor formalización del mercado laboral, de hecho, con la Ley Bases (NdR: “Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos”) el discurso era que iba a mejorar la situación y un año y medio después tenemos menos asalariados formales, tenemos más asalariados no registrados, y fundamentalmente tenemos más trabajadores y trabajadoras por cuenta propia. Ya muchos de los representantes de las empresas empezaron a bajarse de ese discurso, y en todo caso lo que empieza a quedar claro es cuál es el verdadero interés de los empresarios con este tipo de reformas, que es fijar las reglas de juego para los próximos años; no están pensando sólo en los próximos dos años que le quedan al gobierno de Javier Milei, sino que están pensando en cuáles van a ser las reglas institucionales en las cuales se van a llevar a cabo las relaciones laborales en el posmileísmo, es decir, cuando Javier Milei y su gobierno sean historia, y por eso es muy importante para ellos aprobar este tipo de reformas en este momento, ya que la ventana de posibilidad para avanzar con iniciativas tan regresivas no es eterna y no está claro cuánto va a estar abierta esa ventana de oportunidad, así que posiblemente por eso se entiende el apuro de muchos empresarios y del propio gobierno para lograr aprobar una reforma de estas características, cuya derogación debería ser una de las principales prioridades de un gobierno de tinte popular en un futuro cercano.
*Periodista. Docente en la Universidad Nacional de Avellaneda.