Alemania: Desindustrialización y «rearme» mientras AfD espera

El canciller ganador en las últimas elecciones, Friedrich Merz de la coalición conservadora liderada por la Unión Demócrata Cristiana de Alemania, acordó con el partido de su antecesor Olaf Scholz, el partido de la Socialdemocracia Alemana, romper los techos de endeudamiento, permitidos por las leyes alemanas, para financiar un plan de infraestructura y de rearme militar de Alemania. Mientras esto ocurre o intenta ocurrir , AfD, espera...

Alemania acuerda un plan masivo para reamarse que podría volver a repetir la historia de Europa

Bruno Sgarzini

 

Allemagne : entre Olaf Scholz et Friedrich Merz, un duel télévisé sans dérapages

La paradoja de la democracia alemana es que los votantes eligieron, por mayoría, salir del gobierno de Scholz. Sin embargo, con el fin de impedir la llegada de Alternativa para Alemania (AFD), la fuerza filonazi que salió segunda en las parlamentarias, los partidos de Merz y Scholz han acordado elevar el techo de endeudamiento para formar un gobierno de coalición. El fracaso de esta alianza, por supuesto, puede estirar una alfombra roja en el futuro para que la AFD ascienda al poder, al igual que, por ejemplo, lo hace Emmanuel Macron en Francia con Marine Le Pen.

Por lo que se podría repetir, el arribo de una fuerza nativista, que reivindica a la raza aria alemana, a un país rearmado para la ocasión.

Leamos lo que cuenta Financial Times:

El plan “lo que sea necesario” de Friedrich Merz para aumentar el gasto de defensa y revisar la infraestructura alemana está destinado a marcar el comienzo del mayor estímulo económico desde la caída del Muro de Berlín. Aunque todavía hay que concretar algunos detalles, el acuerdo histórico entre el canciller en espera y sus probables socios de coalición, los socialdemócratas de centroizquierda, permite un endeudamiento potencialmente ilimitado para gastos de defensa y crea un fondo de 500.000 millones de euros a diez años para impulsar inversiones en infraestructura.

Los economistas esperan que el plan, que aún debe ser aprobado por una supermayoría de dos tercios en el Parlamento, pueda proporcionar hasta un billón de euros de préstamos adicionales durante la próxima década (una suma que representa más de una quinta parte de la producción económica total de Alemania) y resucitar la mayor economía de Europa después de años de estancamiento.

El plan también rompe con más de dos décadas de conservadurismo fiscal y pone el gasto gubernamental en camino de aumentar a un ritmo no visto desde la caída del Muro en 1989; los economistas del Banco Comercial de Hamburgo anticipan un aumento del nivel de deuda respecto del PIB del 63 al 84 por ciento.

“Tanto la velocidad a la que esto está sucediendo como la magnitud de la expansión fiscal prospectiva recuerdan a la reunificación alemana”, dijo el economista del Deutsche Bank Robin Winkler.

En los cinco años posteriores a la reunificación, en octubre de 1990, los niveles de deuda alemana se dispararon del 41 al 60 por ciento del PIB, a medida que el país incrementaba la inversión pública en la deteriorada infraestructura de la ex República Democrática Alemana.

Desde entonces, los sucesivos gobiernos han adoptado un modelo de restricción fiscal que resultó en años de subinversión en infraestructura pública, caracterizada por la creciente incapacidad de los trenes de Deutsche Bahn de llegar a tiempo

En el centro del problema está el “freno de la deuda”, incorporado a la Constitución alemana en 2009, en el punto álgido de la crisis financiera mundial, que limitaba la capacidad del gobierno para asumir nueva deuda al 0,35% del PIB (una de las leyes antiendeudamiento más estrictas de la historia). Gran parte del margen fiscal que existía se gastó en el estado de bienestar y en prestaciones sociales.

Los planes de Merz evitan el freno de la deuda al permitir la exclusión de todo lo que supere el 1% del PIB gastado en defensa. Goldman Sachs prevé que el plan elevará el gasto alemán en defensa hasta el 3,5% del PIB en 2027, frente al 2,1% en 2024 y un mero 1,5% en años anteriores, según cifras de la OTAN.

La decisión de Merz de evitar la restricción fiscal se produce en medio de un rápido desmoronamiento de los vínculos de seguridad entre Estados Unidos y Europa. Ante la amenaza de Donald Trump de poner fin a las garantías de seguridad estadounidenses y de cortar al menos temporalmente el apoyo a Ucrania , Merz dijo que Alemania tenía que acabar con las barreras de protección para defender a Europa de las “amenazas a la libertad y la paz”.

«Se necesitarán algunos años para nivelar la industria de defensa nacional», dijo Winkler del Deutsche Bank, aunque agregó que era optimista respecto de que un mayor gasto militar podría incrementar la tasa de crecimiento potencial del país al impulsar una mayor innovación.

Un portavoz del Ministerio de Defensa alemán dijo el miércoles que el gobierno intentaría dirigir dinero no sólo a las empresas más grandes, sino también a empresas más pequeñas y nuevas empresas «para crear efectos indirectos en toda la economía».

Alemania camina directo a su tercer año de recesión económica con fabricas e industrias yéndose del país, tal como alguna vez presagiamos en este newsletter.

Quizás, lo que también puede suceder es que los partidos hegemónicos defiendan el sistema del ascenso de la Afd con algún expediente de injerencia rusa como lo hicieron en Rumania con el líder de ultraderecha, Calin Georgescu.

Cosas de las democracias modernas.

 

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3 comentarios

  1. La pregunta clave que debe hacerse es ¿Por qué los gobiernos de Francia, GB y Ucrania quieren cambiar la posición de Trump e inventan argumentos sofistas respecto a las «garantías de seguridad»?

    • La respuesta es que esos gobiernos, más casi todos los otros de Europa, excepto Hungría y Eslovaquia, están sometidos al dictado oligárquico del partido de la guerra, hegemonizado allí por las facciones británicas y su entramado con las de EE.UU.

      En EE.UU. esas facciones perdieron el control en el ejecutivo de ese país, en la oficina presidencial. Por tanto, en EE.UU. el gobierno no está sometido al partido oligárquico de la guerra como sí sucede en Europa.

      En EE.UU. el poder ejecutivo está en una lucha, en tiras y aflojes con las facciones oligárquicas hegemónicas, cosa que en Europa no. En Europa los gobiernos están bajo la «férula imperialista» como diría JDP.

  2. Entonces, la lucha real no es entre gobiernos, o entre el gobierno de Trump y los Europeos. Esa es la lucha aparente. La real es entre la facción angloamericana de la guerra mundial que domina a casi todos los gobiernos europeos, por un lado, y, por otro lado, el liderazgo unipersonal de Trump y las facciones aliadas de las «oligarquías tecnológicas».

    Esta es la lucha real, subyacente, de carácter complejo, con todas sus contradicciones internas en ambos bandos, con todos sus tiras y aflojes habidos y por haber.

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