
La semana pasada, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, ofreció una línea de canje de 20.000 millones de dólares al gobierno de Javier Milei en Argentina y se comprometió a comprar sus bonos, mientras la administración Trump avanzaba para apuntalar a su aliado ideológico. Las medidas detuvieron temporalmente una caída en los mercados de divisas y bonos argentinos provocada por el rápido agotamiento de las reservas de divisas del país mientras Milei buscaba defender una moneda sobrevaluada.

En su último libro el historiador Enzo Traverso aborda el genocidio sobre el pueblo palestino desde diferentes aristas. El ensayo es una contundente denuncia del accionar del Estado de Israel de los últimos meses sin perder la perspectiva histórica de los debates.

La seguidilla de atentados y el asesinato del precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay dieron paso a un viraje en la estrategia del presidente Gustavo Petro. En un año preelectoral, rumbo a las elecciones de 2026, la seguridad vuelve a ocupar el centro de la agenda, con el riesgo de que los grupos armados incrementen la violencia a la espera del nuevo gobierno, mientras se enfrentan entre sí por el control territorial.

El gobierno formado a finales de 2022 por Benjamín Netanyahu, junto con grupos sionistas aún más radicales que su propio partido de extrema derecha, es el más extremista de la historia del Estado. Menos de diez meses después de su formación, este gobierno aprovechó la oportunidad que le brindó la operación del 7 de octubre de 2023 para librar una guerra genocida en la Franja de Gaza que superó en horror a todas las guerras anteriores de Israel.

Los militantes sociales y la iglesia coinciden en que se está dando un avance del comercio de drogas por eliminación de las políticas públicas que impulsa LLA. Ahora no solo hay consumo, también hay control del territorio, narcos convertidos en financistas y situaciones de extrema violencia. "No quieren vender, es peor: quieren manejar zonas" ...y lo hacen con consenso comunitaria. El lado menos glamoroso de la "batalla cultural" de la ultraderecha.

Una de las paradojas más significativas, y potencialmente más trascendentales, de la política exterior estadounidense contemporánea se está gestando en los círculos de poder de Washington. Mientras la administración Trump-Hegseth proyecta al mundo una imagen de retirada “estratégica” de los compromisos globales—evidenciada en su escepticismo hacia la OTAN, su desdén por los “ballets diplomáticos” multilaterales y su consigna de “America First”—, una facción intelectual y operativa dentro de su propio aparato de seguridad nacional teje meticulosamente lo que podría constituir la política exterior más abiertamente intervencionista en el hemisferio occidental en décadas.

El Gobierno formado a finales de 2022 por Benjamin Netanyahu, junto con grupos sionistas aún más radicales que su propio partido de extrema derecha, es el más extremista de la historia del Estado de Israel. Menos de diez meses después de su formación, este Gobierno aprovechó la oportunidad que le brindó la operación del 7 de octubre de 2023 para librar una guerra genocida en la Franja de Gaza que supera en horror a todas las guerras anteriores de Israel.

Mientras el INDEC se empeña en alimentar el show de baja en la pobreza, el CISUR (Centro para la integración socio urbana), una organización dedicada al estudio, la investigación y el diseño de políticas públicas para el desarrollo de territorios inclusivos y sostenibles, muestra otra cara que persiste y se profundiza cada año sobre el relato de la "baja de la pobreza": La supresión social de los sectores populares. En efecto, el informe (realizado en base a datos oficiales) muestra que en los barrios populares la muerte llega once (11) años antes que en la media nacional. Este dato ya normalizado refleja la inequidad distributiva actualmente récord, trasladada a las condiciones de vida precarias y la falta de servicios - incluyendo los de salud pública hoy desfinanciados - que afectan a millones de argentinos y argentinas.

El reconocimiento renuente de la condición de Estado palestino por parte de Gran Bretaña, Francia, Australia y Canadá esta semana es una estafa: es el mismo cambio y cebo que ha estado bloqueando la creación de un Estado palestino durante tres décadas.
Imaginemos que estos cuatro principales países occidentales hubieran reconocido a Palestina no a finales de 2025, cuando Palestina está en las etapas finales de su erradicación, sino a finales de la década de 1990, durante un período de supuesta construcción del Estado palestino.

El raid de «la baja de pobreza» sigue su curso y cumple ya dos décadas, aunque con diferencias. Así como durante la década ganada 2003-2015 el firulete impactaba sobre una realidad estructural de mejoras crecientes en las condiciones de vida del conjunto, hoy, los llamados «sesgos metodológicos» en la medición de pobreza e indigencia son aún más notables, pues se imprimen sobre el deterioro acelerado y creciente de las condiciones materiales de existencia de un conjunto mayoritario de la ciudadanía por lo cual el artefacto final resulta menos atractivo para su compra.
Veamos algunos de los ya muy transitados «sesgos metodológicos», no sin reconocer que el neoliberalismo sabe «nominar para dominar»: el default es «reperfilamiento», la transferencia de ingresos «equilibrio fiscal», la fuga «formación de activos externos y todo así …

La expresión monocausal se refiere, según cualquier diccionario que se consulte, a una situación en la que una sola causa es responsable de un efecto o resultado particular. En general, reducir fenómenos complejos a una sola causa tiene como origen un fuerte dogmatismo, la comodidad que la simplificación extrema permita acercar a una presunta verdad indubitable, al tiempo que exhibe una manifiesta pereza intelectual

¿Cómo bloquear el país? ¿Qué lecciones se extraen del movimiento “Bloqueemos todo”? Olivier Besancenot (ex portavoz del NPA) y Simon Duteil (ex portavoz de Solidaires) analizan la nueva secuencia de movilización abierta desde el 10 de septiembre y esbozan las perspectivas para después del 18 de septiembre. Según las cifras del Ministerio del Interior, 200.000 personas participaron en la jornada del 10 de septiembre, construida fuera de los marcos tradicionales de movilización. Para este jueves 18 de septiembre, los servicios de inteligencia territoriales pronostican la presencia de 800.000 personas en las manifestaciones. ¿Son estos los signos de un futuro gran movimiento social?

El presidente de la Sociedad Rural de Mar del Plata, afirmó que la eliminación de retenciones solo beneficia a las cerealeras y no al productor agropecuario. Además, advirtió que de los seis patrulleros entregados a la Patrulla Rural, hoy solo uno está operativo en todo el partido de General Pueyrredon. Para Pedro Peretti: “La quita de retenciones jode al pueblo porque aumenta el precio de los alimentos y sirve a tres mil personas que tienen los quince millones de toneladas de granos y a las siete u ocho grandes exportadoras dueñas de esa soja, al resto del país no”. No fue una decisión electoralista, fue una opción clasista.

En pasadas semanas los medios de comunicación y en las redes sociales explotó el fenómeno de la investigación encabezada por la ONG Ocean Schmidt en lo que todos los países del mundo reconocen, conforme al derecho internacional, como la Plataforma Continental Argentina.
Su transmisión en YouTube tuvo picos inéditos de visualizaciones llevando a que en redes como “X/Twitter” se iniciara una pelea entre usuarios libertarios y opositores con acusaciones cruzadas.

Para el politólogo y exembajador argentino en China, Sabino Vaca Narvaja, «Milei tiene una doble dependencia. Una dependencia política muy fuerte a Estados Unidos y ha generado una dependencia económica muy fuerte a China en detrimento del sector industrial argentino..." Los dólares del FMI terminan en China, lo explicó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190).

Ante el imperio del caos cabe observar que la política argentina parece despertar y dar signos de un renacer de la racionalidad. Reconstruir lo institucional implica reparar el modelo de Estado de derecho y reflexionar sobre la posibilidad de una democracia parlamentaria con una Corte Suprema de Justicia ampliada y federal.

Una superpotencia estadounidense en declive necesita racionalizar sus fracasos (crímenes flagrantes y monstruosos en el extranjero, colapso económico en casa) como una guerra contra terroristas locales. El verdadero terrorismo es infligido por un establishment político bipartidista de EE.UU. que sólo se preocupa por su propio enriquecimiento, y está dispuesto a utilizar cualquier violencia que sea necesaria para proteger su posición y su riqueza. Eso significa mucha más violencia política, precisamente de aquellos que afirman ponerle fin.

La 80.ª edición de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU 80) se inauguró ayer en Nueva York. El tema de este año es «Mejor juntos: 80 años y más por la paz, el desarrollo y los derechos humanos», lo que pone de relieve la urgencia de cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y revitalizar la cooperación global. No parece probale, Mark Malloch-Brown, exdirector del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y subsecretario general del gobierno de Kofi Annan en 2006, lo resumió: «En muchos sentidos, la ONU es un muerto viviente», afirma. «Nunca se derrumba del todo y, sin embargo, sigue siendo un cadáver». Bonus: Néstor en 2003 en la ONU ya entonces reclamando rediseño de organismos de crédito, Petro advirtiendo la inacción de la ONU ante el genocidio sionista en GAZA y el Che en 1964, ante la ONU, exigiendo hace 51 años el derecho a la soberanía nacional bajo la proclama "Patria o Muerte". Nuestro desquiciado se tomó su tiempo en aparecer pero ya optó: Muerte.

La economía argentina contemporánea se asemeja a una meticulosa puesta en escena teatral, donde el decorado de una supuesta normalización macroeconómica intenta ocultar los cimientos podridos sobre los que se erige. El gobierno nacional, en un estado de extrema fragilidad política tras el veredicto contundente de las urnas en la provincia de Buenos Aires, se aferra a un relato de éxito que la realidad material se encarga de desmentir a diario.

El apoyo a la guerra genocida sionista en Gaza terminaba de socavar los últimos vestigios de credibilidad que tenían las potencias liberales occidentales en lo que respecta al respeto del derecho internacional. El reconocimiento formal y en manada al Estado Palestino que observamos estos días, es un síntoma entre otras causas de esta erosión de legitimidad democrática ya casi grotesca.
No es el caso argentino que el 6 de diciembre del año 2010 durante el gobierno de Cristina Kirchner, reconoció al Estado Palestino. Veremos cómo se las ingenia el actual gobierno lamebotas de Trump para torcer esa decisión vaciándola de contenido geopolítico.