NADIE SABE bien cómo entender a Donald Trump. Poco después de asumir la presidencia, un grupo de veintisiete psiquiatras y especialistas en salud mental confeccionaron una extensa lista de trastornos de la personalidad de Donald Trump: narcisismo, trastorno delirante, paranoia, hedonismo desenfrenado, entre otros. Si bien algunos de estos diagnósticos podrían ser acertados, las denominaciones psicológicas no son la mejor manera de develar el fenómeno Trump. Para examinarlo como actor político en toda su complejidad, debemos subsumir sus características personales en la estructura social de Estados Unidos. Trump es un capitalista. Eso lo sabemos todos. Pero es un tipo particular de capitalista: un lumpen-capitalista.
Para muchos las internas partidarias son estratégicas, en especial en el peronismo donde conviven proyectos antagónicos que muchas veces se expresan también en las internas o "internitas". El desprecio a las internas es una deriva de paradígmas teóricos y políticos, respetables, basados en supuestas contradicciones principales y secundarias, cuya prosapia teórica más robusta debe rastrearse en los escritos de Mao Ze Dong. El desprecio a las internas es una posición frecuente, probablemente mayoritaria entre quienes no reconocen una trayectoria política vinculada al peronismo (y lo bien que hacen!) . En este sentido Eduardo Grüner reflexiona sobre la tarea mayor que nos interpela ante el panorama de degradación general que las democracias burguesas han naturalizado: Volver a un momento verdaderamente revolucionario, de dialéctica crítica, que haga nacer una nueva legalidad y una diferente legitimidad. Ante semajante tarea, es lógico que impugne las por él llamadas "internitas partidarias". Es su derecho.
Para ganar votantes de clase trabajadora -y ganar las elecciones - los demócratas necesitan ir contra las élites económicas. Pero la campaña de Kamala Harris no ha ofrecido consistentemente un contrapunto antiélite al populismo reaccionario de Donald Trump. El lema que los guió fue eludir la afectación de intereses corporativos y "hablarle a los otros". Falló.
El expresidente republicano Donald Trump se encamina hacia una victoria contundente en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Los republicanos han ganado el control del Senado y de la Cámara de Representantes, una victoria aplastante.La economía estadounidense atraviesa un "muy buen momento". El PBI crece a un ritmo del 2,8%, la inflación ha bajado al 2,1% –anual– y el desempleo se encuentra en un piso del 4,1%. "Las estadísticas" dicen que los salarios le ganan a la inflación, pero lo cierto es que millones de norteamericanos están empobrecidos desde la disparada inflacionaria de la pospandemia, sobre todo en materia de alimentos, combustibles y financiamiento de hipotecas y endeudamiento con tarjetas de crédito. En ese deterioro de las condiciones materiales de existencia se explica buena parte del éxito de Trump. Nada que no conozcamos.
El gobierno tiene un discurso claro y una idea concreta de cómo transformar el Estado, en la economía todo parece estar librado a la suerte. Si ayuda el contexto internacional, entonces se tendrá un régimen de acumulación similar al de principios de los años noventa, con crecimiento y desempleo. Si no se dan esas circunstancias entonces estaremos en un ciclo que nace muerto, en condiciones que puedan parecerse al de final de los años noventa: sin financiamiento externo, con mucha conflictividad social, y una recesión interminable.
La pulseada entre la demócrata y el republicano se dirime en el plano local, con el mundo en segundo plano. Para Argentina, todo seguirá más o menos igual, como el orto.
Hoy se realizan las elecciones presidenciales de Estados Unidos y en esta segunda parte del análisis el economista marxista británico Michael Roberts sobre la economía estadounidense, analiza las políticas económicas de los dos principales candidatos, Kamala y Donald.
"¿Qué pasa cuando ideas antagónicas sobre el mundo chocan? ¿Dónde termina eso?
Una de las cosas que aprendimos en 2020 es que puede terminar en un candidato que no reconozca una elección. Eso es peligroso y no tenía precedente en Estados Unidos. Y ante esa situación, ¿cree que los partidos han perdido su capacidad de responder a los problemas de la gente?
Me gustaría tener la respuesta a eso y no la tengo, pero puedo dar algunas hipótesis.
Las cosas en las que los partidos solían estar en desacuerdo eran cosas que a la gente no le apasionaban, como cuánto vamos a gastar en autopistas o en seguridad social. Pero ahora no nos ponemos de acuerdo en cuestiones del orden moral, por ejemplo, en lo que pensamos sobre las creencias religiosas o la identidad sexual.
Ese tipo de diferencias hace que nos miremos con nuestros oponentes y digamos: "No solo no coincido contigo, sino que creo que eres una mala persona".
En ese contexto, los partidos han entendido que nada contribuye más a sus campañas que el odio por el que está enfrente. El enojo es una acción-emoción muy potente". Marc Hetherington profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Carolina del Norte
A dos años del comienzo de su mandato presidencial, Gustavo Petro denuncia un «golpe blando» y hace esfuerzos por mostrar logros de gestión. Mientras la relación entre la coalición de gobierno y los movimientos sociales no pasa por su mejor momento, la derecha intenta reorganizarse pero, por ahora, carece de liderazgos claros.
Muchos piensan que Kamala Harris debería abrazar el populismo económico. Pero Harris está llevando a cabo una campaña conservadora porque, después de décadas de deslizamiento de los demócratas hacia la derecha, puede que no tenga una alternativa creíble. En este sentido preciso de corrimiento de la agenta de la derecha tradicional hacia la ultraderecha - un desplazamiento muy generalizado en las democracias de occidente- Trump ya ganó y lo hizo más allá del resultado electoral. Todo el sistema de representación norteamericano se ha desplazado a la ultraderecha, hacia adentro y hacia afuera, en su política exterior de la cual es vasallo el muñeco que en esta pampas, engalana el sillón de Rivadavia
La fórmula con valor de hashtag “No la ven” nunca fue una manera de entablar discusiones, sino un recurso rudimentario para no tener que vérselas con la realidad.
La crisis climática y el calentamiento global, de acuerdo con la ciencia, aumentan la frecuencia e intensidad de estos fenómenos climáticos extremos. El negacionismo del cambio climático forma parte de la agenda de la derecha y subyace en los fallos de advertencia y gestión de las catástrofes como la de Valencia, España. Inacción y retraso en la gestión motivados por una ideología negadora de la crisis climática cuyas consecuencias son y serán fatales.
El riesgo país cae, los bonos vuelan, la brecha baja y el BCRA compra dólares en un mes donde se esperaba que venda. ¿A qué se debe este festival en los mercados? El modelo de fuerte apreciación (con ajuste fiscal) está llevando a un deterioro de la cuenta corriente, pero fue encontrando fuentes de financiamiento que tuvieron su hito en octubre con el blanqueo y la emisión de deuda por parte de los privados.
Antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos del martes, habra dos artículos de el economista marxista británico Michael Roberts. El primero trata sobre el estado de la economía estadounidense y el segundo sobre las políticas económicas de los dos candidatos principales, la demócrata Kamala Harris y el expresidente republicano Donald Trump. No dejen de informarse.
Podemos adelantar que por cada punto de aumento en la pobreza y caída en la participación de los trabajadores en la distribución del ingreso, la imagen del personaje que hoy engalana el sillón de Rivadavia crece no uno sino dos puntos. Se trata de consultoras libertarias aunque de inspiración netamente trotskista, que curten el “Cuánto peor, mejor”
Pasados cinco años, la revuelta popular chilena de 2019 se ha desvanecido, pero sus huellas permanecen en los deseos que esa primavera hizo florecer. Las revueltas son acontecimientos impredecibles que fisuran el statu quo, es decir, interrumpen el normal curso de una gobernanza y ofrecen una ventana de oportunidades a las fuerzas transformadoras para impulsar cambios sociales de mayor o menor envergadura. Pero la oportunidad implica también un conjunto de problemas en el plano estratégico, de manera que la crisis del neoliberalismo no asegura el advenimiento de su ocaso.
En el acto de cambio de nombre del Centro Cultural Néstor Kirchner por Centro Cultural Palacio Libertad Domingo Faustino Sarmiento, Milei expresó: “Hola a todos, bienvenidos a uno de los primeros pasos para cambiar la historia. Historia que quisieron prostituir cambiando los nombres, ensuciando a los grandes héroes de esta patria. Es un placer estar aquí con todos ustedes inaugurando el Palacio de Libertad, Domingo Faustino Sarmiento. Quizás para algunos sea solo un simple cambio de nombre, pero para nosotros es el inicio de una nueva etapa donde enaltecemos la figura de nuestros más grandes próceres y símbolos nacionales para dejar atrás el culto a los políticos que arrastraron al país a la decadencia y a la humillación”.
El primer presupuesto del recién elegido gobierno laborista acaba de ser presentado. Rachel Reeves, ministra de Finanzas del Reino Unido (llamada Canciller del Exchequer en Gran Bretaña), dijo que sus propuestas presupuestarias estabilizarían las finanzas públicas británicas, estimularían el crecimiento económico, evitarían dañar los niveles de vida de los "trabajadores" y comenzarían a revertir el desastroso declive de los servicios públicos británicos, incluidos el servicio nacional de salud, la educación, el transporte y la vivienda.
Más de 180 millones de estadounidenses llegan a las urnas este 5 de noviembre, pero sólo un reducido universo de 150 mil votantes de siete estados muy disputados, alrededor del 0,1% del padrón de los 51 distritos, definirán en última instancia si Kamala Harris o Donald J. Trump llegan a la Casa Blanca. Las claves: el antiguo sistema de colegio electoral y la marcada polarización política.
La conferencia llevaba un rato largo y el auditorio seguía ávido de respuestas. En la sala principal del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) se codeaban directivos y periodistas del Grupo Clarín, consultores, el gobernador de una provincia minera, economistas y jóvenes que habían llegado hasta el complejo de la avenida Figueroa Alcorta atraídos por la fama del autor de “El mago del Kremlin”. Entonces, el periodista y psicoanalista Diego Sehinkman -uno de los mejores entrevistadores de la TV actual- encontró la pregunta que mejor sintetizaba la escena: “En este lugar hay muchas personas que no aman ni odian, que se identifican con el centro (entendido en términos políticos) y que son moderados, ¿qué les diría?” La respuesta, que hizo reír, tuvo la combinación justa de humor y laconismo: “Lo siento”.