Como se ve en el gráfico, la Fundación Germán Abdala informa que en septiembre el Indicador Mensual de Actividad (IMA) registró un crecimiento de 1,2% anual. Durante los primeros nueve meses del año la economía se incrementó 5,5%. En términos mensuales sin estacionalidad, la economía se contrajo -1,2% respecto a agosto y acumula 5 meses de caída. La economía crece y eso es una buena noticia, pero se desacelera mes a mes y esto ya no es bueno.
Por ARTEMIO LÓPEZ
Esta aparente paradoja de crecimiento y desaceleración tiene explicaciones diversas, nosotros ensayaremos una. Robusta generación de empleo que explica el crecimiento por el mayor número de perceptores de ingreso familiar combinada con una pronunciada penuria salarial que supone bajos niveles de consumo, en una economía cuyo crecimiento se explica en un 75% por el consumo doméstico.
Veamos esto más de cerca. El Instituto CIFRA/CTA brinda pistas interesantes para desentrañar esta paradoja.
En la evolución reciente del mercado laboral resalta el contraste entre un empleo creciente y una tasa de desocupación en baja con la trayectoria de los salarios, que no sólo no se recuperan, sino que incluso disminuyen en términos de poder adquisitivo.
En efecto analizando la dinámica del mercado laboral reciente, los datos son a junio de 2022, últimos disponibles, vemos que:
- La cantidad de ocupados fue en línea con el crecimiento económico (aunque según la Encuesta Permanente de Hogares -EPH- el incremento fue mayor que según otras fuentes). El importante aumento del número de ocupados llevó la tasa de empleo en el segundo trimestre de 2022 al 44,6%, un registro que no sólo es superior al del inicio del actual gobierno, sino que resulta más alto que en cualquier medición histórica previa de la EPH. La tasa de desocupación, en tanto, se ubicó en 6,9%.
- Las mujeres jóvenes fueron quienes más expandieron su nivel de empleo en el transcurso del último año. Así, la tasa de desocupación de las mujeres hasta 29 años, que era 22,4% en el segundo trimestre de 2021 se redujo a 13,9% en el mismo trimestre de este año, acortando en gran medida la brecha respecto de los varones del mismo rango etario.
- Aunque con un ritmo de aumento menor que el del empleo total, los asalariados registrados del sector privado también crecieron en 2022, y a un ritmo más acelerado que en 2021. Mientras que en todo 2021 su cantidad creció en 200.000, en sólo 7 meses de 2022 aumentó en 186.000, es decir, un 3,1%.
- El Cepa muestra en su informe de hoy que la generación de empleo formal privado también se comienza a resentir. Los datos relevados por el Ministerio de Trabajo muestran que en el mes de agosto se generaron 6.535 puestos de trabajo registrados en el sector privado, lo cual implica un 0,1% de crecimiento con respecto al mes previo, en meses previos se generaban 30.000 empleos.
- Para ser equilibrados diremos que, si bien se presenta una reducción del ritmo de generación de puestos de trabajo respecto a meses anteriores, continúa el crecimiento neto del empleo privado. Ya son 25 meses de crecimiento sostenido en la serie desestacionalizada.
- Cabe señalar, sin embargo, que la expansión del empleo ocurre en paralelo con un deterioro de su calidad, ya que se observa un aumento relativo mayor de los trabajadores asalariados no registrados, quienes no sólo se ven privados del ejercicio de sus derechos laborales y del acceso a la seguridad social, sino que tienen niveles de ingresos significativamente inferiores. Los asalariados no registrados pasaron de ser el 33,3% del total de asalariados en el último trimestre de 2021 al 37,8% en el segundo trimestre de 2022.
- A pesar del aumento del empleo y los niveles relativamente bajos de desocupación, los ingresos laborales no sólo no logran recuperarse, sino que han sufrido una nueva pérdida de poder adquisitivo, ante la aceleración de la inflación durante el año en curso. Así, el ingreso laboral promedio del segundo trimestre de 2022 es 7,7% inferior en su poder de compra respecto del mismo trimestre del 2021. Dado que estos ingresos arrastraban una pérdida significativa materializada en los últimos años del gobierno de Cambiemos, cuando se compara el ingreso real del segundo trimestre de 2022 con el del mismo trimestre de 2017 se advierte una caída de 24,3%.
- La caída de los salarios se verificó incluso para los asalariados registrados, quienes se ven cubiertos por las negociaciones paritarias periódicas. El salario registrado promedio tuvo varios meses en los que perdió contra la inflación desde fines del año pasado. Así, entre noviembre de 2021 y julio de 2022 acumuló una caída real de 3,4%, quedando 1,4% por debajo del nivel que exhibía en diciembre de 2019. La pérdida real resulta sustantivamente mayor cuando el poder de compra del salario se mide en alimentos. La capacidad de compra de alimentos del salario promedio registrado en julio de 2022 resultó 6,4% menor que la de diciembre de 2019 y 23,8% inferior a la de diciembre de 2015. No comment.
- Por otra parte, el salario mínimo, vital y móvil real entre 2021 y 2022 osciló en un nivel que quedó 30% por debajo del de 2015, cuando es un referente importante para el nivel salarial, incluso de quienes no están registrados.
- Las tendencias recientes implican que se consolide el empeoramiento en la distribución del ingreso en detrimento de las y los trabajadores. En el primer semestre del año en curso, la masa salarial representó el 44,4% del valor agregado bruto, mientras que se ubicaba en el 46,1% en el segundo semestre de 2019. Entre estos períodos, el producto por ocupado se expandió en 5,0% mientras que el salario real promedio aumentó sólo 0,5%.
- Debido a la disminución real de los ingresos familiares, y de los ingresos laborales en particular, la pobreza volvió a incrementarse en el segundo trimestre de este año. La incidencia de la pobreza fue de 38,5% en ese período, es decir que alcanza a 17,8 millones de personas. A su vez, el porcentaje de personas cuyos ingresos no alcanzan siquiera para adquirir la Canasta Básica Alimentaria, fue de 9,4%, el equivalente a 4,3 millones de personas.
- El aumento en la pobreza y en la indigencia ocurrió a pesar de la implementación de políticas como el subsidio extraordinario a jubilados y pensionados y el llamado “refuerzo de ingresos”, de masivo alcance, que apuntaron a contener parcialmente esta situación. Tanto es así, que es muy significativo el fenómeno de los “trabajadores pobres” especialmente entre quienes son asalariados no registrados y trabajadores independientes, pero también es relevante entre asalariados registrados.
- La información reciente, en particular la persistencia de elevados niveles de inflación, permite anticipar que seguramente los niveles de pobreza continúen en ascenso en la segunda mitad del año. Se han desplegado nuevas políticas sociales que buscan sostener ingresos. En particular, un nuevo refuerzo previsional para los haberes más bajos, el refuerzo a las asignaciones familiares y el esperado bono (refuerzo alimentario) para las personas sin ingresos.
- Al margen de las políticas implementadas, es llamativa la falta de iniciativas que apunten a la recuperación salarial, más allá de las negociaciones paritarias, en particular de los salarios más bajos. El refuerzo de asignaciones familiares, que tendrá un impacto positivo en las menores remuneraciones, es financiado por el Estado, y no por el sector empresario, beneficiado por el crecimiento económico y de la productividad
Quebrar esta paradoja de crecimiento económico y de la pobreza requiere implementar una suma fija a la brevedad y controles de precios férreos. Suma que compense en parte las pérdidas del lapso 2016 – 2022 para salarios, jubilaciones y pensiones que aproximen algo a la situación de diciembre del año 2015 donde, por ejemplo, la participación de los trabajadores alcanzaba al 51,8% del ingreso general contra apenas el 44% actual a la que llegamos aplicando el lawfare sin prisa ni pausa.
Leyeron bien, lawfare y para llegar al 44, «La cárcel». Toda coincidencia con la realidad no es casualidad, estimados lectores de El Destape.