Milei y el fascismo psicotizante

"Lanzallamas: Milei y el fascismo psicotizante", publicado por la editorial Debate, es el nuevo libro del escritor Rocco Carbone, en el que invita a pensar el fascismo como un modo de acción política que, en sus formas y efectos, se verifica en el poder que encarna Javier Milei en la Argentina.  Este ensayo explica por qué buena parte del país parece abducida por un fascismo "celular", en un doble sentido: por su penetración en cada célula social y por los dispositivos móviles que lo diseminan y reproducen. 

Lanzallamas 

 El escritor invita Rocco Carbone a resistir el fascismo ya que no implica una idea distinta a la propia, sino la muerte de todas las ideas.

En diálogo con «Los lanzallamas» y «Los siete locos», escritas por Roberto Arlt, Carbone analiza el tópico, reactualizado, del fascismo como locura colectiva. El nuevo poder fascista -que aquí se aborda desde las ciencias sociales, las humanidades y la literatura- enloquece, psicotiza. Es por esta razón que el escritor explica que es necesario nombrarlo y pensarlo en la escena argentina ya que es una estrategia para la liberación (de lo contrario, parecería que no existiera). Además, invita a resistirlo porque el fascismo no implica una idea distinta a la propia, sino la muerte de todas las ideas. 

En su nuevo libro, Rocco Carbone invita a dialogar la política con dos novelas del novelista argentino Roberto Arlt.

Carbone nació en Italia y vive en la Argentina desde hace 20 años. Como filósofo, ha enfocado su trabajo en la teoría del poder criminal y en los procesos políticos y culturales de América latina. Es profesor en la Universidad Nacional de Quilmes e investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). Escribió Mafia global. El doble poderMafia argentina. Radiografía política del poder y Mafia capital. Cambiemos: las lógicas ocultas del poder (los tres en Ediciones Luxemburg), entre otros libros.

Parte de la nueva colección EnDebate -ensayos cortos, ideas audaces, pensamiento in progress-, Lanzallamas. Milei y el fascismo psicotizante. es un libro escrito en caliente: mientras los hechos ocurren, sin el paño frío del paso del tiempo.

A continuación, algunos fragmentos del libro:

Las raíces del fascismo

Existen conceptos -cuya historicidad a menudo hace vibrar la cuerda grave de la escena contemporánea- que ordenan los grandes rasgos de la experiencia humana. Fascismo es uno de ellos. No se trata, como se supone con aburrida frecuencia, de una categoría política europea donde el fascismo arqueológico fue bautizado.

La Italia fascista de Mussolini. 

Fascismo no es un concepto que se ajuste solo a una experiencia particular. Indudablemente, refiere a la experiencia política italiana y con matices a la alemana, pero a lo largo de la historia encontramos movimientos y partidos fascistas en otros países. En el Reino Unido, por ejemplo, con la British Union of Fascists, conducida entre 1932 y 1940 por un exlaborista –Oswald Mosley– que se había formado en la escuela de John Maynard Keynes.

 

The British Union of Fascists fue un partido fascista fundado por Oswald Mosley en 1932.

Más o menos en la misma época, entre 1932 y 1938, en China -que nada tiene que ver geográficamente con el continente europeo- se expandió la sociedad de Camisas Azules del Kuomintang (Partido Nacionalista) dirigida por Chiang Kai-shek. El fascismo italiano considerada a la Cuba gobernada por Gerardo Machado y Morales como un lugar apropiado para implantar el primer régimen fascista en América. Julio Antonio Mella, símbolo del movimiento estudiantil y obrero latinoamericano, apostrofaba a Machado de «Mussolini tropical»Aquí mismo existió un Partido Fascista Argentino (PFA) durante la Década Infame. Esta estructura heredó la sigla a otra institución oscura y federal.

El 10 de abril de 1938, en el Luna Park, cerca de 20.000 nazis se reunieron para celebrar la anexión de Austria a la Alemania nazi. Fue el acto nazi más grande que haya tenido lugar fuera de Alemania.

Este repaso pretende demostrar que la categoría en examen no refiere a experiencias estrictamente europeas, por más que sus eclosiones conspicuas se dieron en Europa. Quiero decir que el poder fascista en el siglo XX alimentó un movimiento internacional. En el siglo XXI, también. 

Expulsar al Estado del Estado 

Criminalizar al Estado para privatizarlo implica expulsar al Estado del Estado. Expulsar del Estado a sus trabajadores y a lxs niñxs de la escuela. El/la trabajador/a despedido/a es un sentido laboral afectado, una familia precarizada, una institución vaciada, un rasgo civilizatorio derruido. En la cultura del trabajo -aun en su inherente violencia- laten todos los modos de una civilización. Afectar el trabajo daña a la propia civilización. 

Quién es Javier Milei, de excéntrico de la motosierra a presidente de Argentina | Política
Javier Milei durante la campaña presidencial con la famosa motosierra, uno de los símbolos del ajuste.

Expulsar al Estado del Estado quiere decir también expulsar las normas que pueden reglamentar y obstaculizar la voracidad del mercado. Implica desterrar el sentido social de la comunidad porque esta va adhiriendo progresivamente a las reglas del mercado. Un Estado de mercado entraña una sociedad de mercado que, en otras palabras, equivale a una agregación de individuos cuyas obligaciones morales y su sentido cívico están degradados y borrados. Colonizar la estatalidad con la lógica del mercado convierte al Estado en una máquina de tortura para su sociedad -por eso mismo una sensación prevaleciente que circula en el campo propio es el miedo; y temer el miedo es tener algo importante que temer-: «Modifica la actitud de las personas y expulsa el compromiso moral y cívico», escribió Michael Sandel en Lo que el dinero no puede comprar. Los límites morales del mercado. 

Cómo las redes sociales le son funcionales al fascismo

A partir de los medios y las redes antisociales ciertas informaciones tienen la capacidad de influenciar rápidamente la opinión pública de pueblos enteros, y a menudo logran forzar la elección de determinados aparatos políticos. Aconteció en Brasil con la campaña de Jair Bolsonaro en 2018, mediante el uso de fake News diseminadas por WhatsApp por los circuitos de las redes familiares y de las amistades.

En el 2018 se acusó a Jair Bolsonaro, expresidente de Brasil, de utilizar WhatsApp como método de difusión de noticias falsas sobre los candidatos opositores con el fin de ganar las elecciones presidenciales.

Las redes, entonces, encarnan un modelo cognitivo, pero sobre todo organizativo. Achatan los modos propios de las lenguas nacionales que nos permiten pensar el mundo y desenvolvernos en él. Aplastan nuestro pensamiento y las formas de entendimiento. También socavan el principio de autoridad y jerarquía entre pareceres, opiniones y argumentos porque todo puede ser dicho por cualquiera, entonces lo verdadero se vuelve indistinguible de lo falso y el saber legitimado de una ciencia, homólogo de una página con informaciones «científicas» sobre tal o cual asunto.

Habitamos tiempos en los que las fuentes de información han perdido autoridad y la comprobación de las afirmaciones -el chequeo de los datos- tiende casi al grado cero. Las redes, entonces, son funcionales al fascismo -lo vuelven posible y aceptable- porque lo contrabandean como una opinión más entre otras.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *