¡Y tan simpático y comprensivo que parece el embajador Stanley! 

Ahora que está de moda recibir la visita del embajador estadounidense, repasemos en concreto la amplitud de los acuerdos que nos propone el país del Norte, a través de su organismo de política exterior predilecto el FMI, el gran “prestamista de última instancia” durante la vieja hegemonía planetaria estadounidense.

Al respecto, el FMI y las autoridades argentinas llegaron recientemente a un acuerdo a nivel de personal técnico sobre la quinta y sexta revisión combinadas del acuerdo de Servicio Ampliado del Fondo, y se puede leer completo aquí.

Nos detendremos solo en el capítulo fiscal del muy pituco “acuerdo de Servicio Ampliado”, en particular, las demandas del noble organismo sobre los recortes a producir sobre el (por ellos) denominado “Gasto”.

Se lee en el acuerdo: por el lado del gasto, siguen siendo necesarios esfuerzos para (i) contener el crecimiento de la masa salarial, (ii) actualizar las tarifas de energía para reflejar mejor los cambios en los costos de producción, mejorando al mismo tiempo la progresividad del sistema; y (iii) fortalecer los controles de gasto a través de una asistencia social mejor focalizada y una mayor racionalización de las transferencias corrientes a las provincias y empresas estatales.

Vayamos por pequeñas partes, como pide Antony Rubí.

Respecto a contener el crecimiento de la masa salarial referida específicamente a los salarios públicos, el gráfico que sigue muestra que los niveles de masa salarial están aún por debajo de diciembre del año 2018, cuando el organismo concedió el préstamo delictivo al gobierno de Juntos por el Cambio. Y sin embargo piden más.

 

 

Con respecto al punto 2, que en concreto demanda el quite de subsidios a las tarifas de energía y la baja en las transferencias a empresas públicas, nótese la evolución de valor real anualizado de los subsidios y la caída notable desde inicios del año 2022. Y sin embargo piden más.

 

 

 

 

Complementariamente obsérvese la caída en las prestaciones a las personas y la masa previsional, que el FMI amablemente sugiere recortar en el punto 3 de las demandas: Se ubican por debajo de las registradas en diciembre de 2018, cuando el FMI otorgaba presuroso el préstamo delictivo e impagable con el cuál retorno a su tradicional función de gendarme del modelo social y económico de los países que caen bajo su influencia. Y sin embargo piden más. ¿Qué pretenden?

 

 

En fin, no hay que ser un especialista en el tema para observar que estas demandas no se pueden cumplir, no al menos bajo la administración de un gobierno popular – democrático como el que se proponen desplegar Sergio Massa y Agustín Rossi a partir del 10 de diciembre de este año.

Solo un gobierno de ajuste neoliberal – conservador, como el que en su momento desarrolló el ingeniero Mauricio Macri, que trajo nuevamente al FMI al país y que proponen reiterar profundizando Horacio Larreta y Patricia Bullrich, puede intentar implementar este desquicio que demanda el organismo de extorsión internacional.

Las consecuencias del cumplimiento las conocemos, pobreza, desempleo y recesión, entre otras bellezas que nos deleitaron en el pasado reciente.

Ya Néstor Kirchner, antes de liberarnos del lastre del FMI en el año 2005, advirtió “Los muertos no pagan”, y hoy más que nunca esa advertencia tiene absoluta actualidad.

Finalmente, a pesar del relato que circuló desde el año 2018, durante el gobierno anterior y parte del actual hasta la asunción del ministro Sergio Massa, quien adecuadamente califica a la deuda con el organismo como “ancla” para el desarrollo con inclusión, debemos conceder que no hay FMI empático y sensible, y no lo hay ni aún ante las peores circunstancias que muestren estar atravesando los países bajo su tutela.

Nada que no sepamos. Atilio Borón ya lo describió perfectamente. El FMI, así como el Banco Mundial, deben considerarse como extensiones del Departamento del Tesoro y guardianes de los intereses globales de Estados Unidos. Por eso, quien desee comprender los complejos meandros de la política y la economía de la Argentina debería comenzar por librar una batalla frontal en contra del uso de eufemismos que ocultan un hecho crucial: que el FMI no es un «organismo internacional» sino un órgano oficioso del Gobierno de Estados Unidos.

¡Y tan simpático y comprensivo que parece el embajador Stanley!

¿No es una pena, estimados lectores de El Destape?

4 comentarios

  1. «El FMI, así como el Banco Mundial, deben considerarse como extensiones del Departamento del Tesoro y guardianes de los intereses globales de Estados Unidos».

    Es contradictorio hablar de los «intereses globales » de un país (en este caso EE.UU.) porque un país solo puede tener intereses nacionales, sino no sería un país.

    Los intereses globales son oligárquicos (no de un país). Esto significa que son de un imperio (el imperio no es un país ni una constelación de países).

    El FMI y el Tesoro de EE.UU. son partes de un Estado colonizado por intereses oligárquicos.

    Esto ya lo enseñó Parrilli en su nota de P 12, cuando dijo que fue Black Rock quien inclinó la balanza para que el FMI dé el préstamo a MM.

    Muchas frases en el análisis político se repiten como latiguillos y eso no contribuye a la clarificación teórica indispensable para comprender el mundo en que vivimos.

    Oti.

  2. » Lo trajiste vos papi ( por el FMI ) … Hacete cargo alguna vez en tu vida … ( por el gato )» . FUENTE : CFK ( Genia ! ). Creo que será la frase más recordada de la campaña.

    • Esa es una de las facetas.

      La otra es que el endeudamiento atroz y rápido no fue producto de una decisión soberana de MM. El avaló y dio la cara a la imposición de endeudarse con los mercados financieros especulativos privados que terminaba en el endeudamiento con el Fondo.

      Los «políticos» como MM no tienen autonomía ni posibilidad de zafarse porque vendieron el alma al diablo muy tempranamente. Si se sueltan los matan.

      MM hizo lo que estaba previsto que haga. El final con el FMI era un corolario inevitable dentro del camino tomado.

      Grupos oligarquicos financieros como Black Rock los saturó de préstamos, luego le dijo al gobierno del gato, cuando ya no podía devolverlos, que recurra al FMI. El FMI avala préstamo de más de 50 mil palos luego de breves consultas tras bambalinas entre funcionarios del tesoro y FMI y Black Rock .

      Frente a grupos oligárquicos como estos los funcionarios de los gobiernos de EE.UU. son subalternos menores. Imagínese MM, «cargo muchísimo menor».

  3. Ver aquí:

    https://elceo.com/mercados/reserva-federal-recurre-a-blackrock-compra-de-bonos/

    Para esa época estaba Guzmán «negociando» la deuda con los bonistas de Argentina.

    No es que la RF «pidió » a Black Rock tal cosa o tal otra.

    Black Rock como otros agentes oligárquicos forman parte del sistema de decisiones (tras bambalinas) de la RF.

    Estas son las cosas que hay que entender para saber en qué mundo estamos parados. Sino vamos a estar desorientados o tomando decisiones con información incorrecta o parcial.

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