Acquaforte

Como cada 7 de agosto, hoy la Iglesia Católica celebra a San Cayetano de Thiene, sacerdote italiano que fundó la Orden de Clérigos Regulares Teatinos, y que es conocido por sus devotos como el patrono del pan y del trabajo.

San Cayetano es muy querido en Argentina. Por eso, desde 1970, miles de devotos celebran su fiesta en el Santuario de Liniers, Buenos Aires. Ese día, los peregrinos suelen cambiar las tradicionales velas y flores que adornan la iglesia por alimentos y ropa, para que sean distribuidos en las regiones más necesitadas del país.

El Papa Francisco, cuando era Arzobispo de Buenos Aires, presidió la Misa central de la fiesta litúrgica de San Cayetano durante varios años. Sin embargo, el volumen político de San Cayetano y las marchas populares a su templo, crecieron exponencialmente durante la última dictadura y tuvo un actor principal: Saúl Eldover Ubaldini, al que hoy, en el día de San Cayetano, queremos recordar.

El retorno a la democracia tuvo en Raúl Alfonsín su figura emblemática, en especial para los segmentos medios metropolitanos y se lo recuerda como artífice de aquellos años inaugurales del ciclo democrático y que a las libertades formales agrega justicia social con economía libre de tutela y soberanía política a partir de mayo de 2003 con la inauguración del ciclo de peronismo en su fase kirchnerista, justicia social y libertades formales, hoy en un feroz retroceso, como nunca antes en democracia.
Sin embargo, para con Saúl Ubaldini, su figura, talento y lucha, no se ha todavía hecho justicia a la hora de pensar las condiciones del retorno a la democracia en el país. En general los sindicalistas tienen mala prensa en el país y Saúl no es la excepción, aunque es muy lamentable que las organizaciones gremiales aún hoy no se hagan oir de manera potente a la hora de reivindicar su figura.
Las muchas virtudes y pocos defectos que se le señalan como sindicalista no parecen sin embargo ser el vértice a la hora de observar en perspectiva histórica su figura en la recuperación democrática.
Un mérito adicional poco observado de la figura de Saúl Ubaldini es que en base a su indiscutido liderazgo el peronismo suturó ya en los tempranos ochenta, la fisura que se abrió entre militancia juvenil y organizaciones gremiales, en la escala que era posible en aquellos años ochentas, distinta a la masividad los tempranos años setentas.
Hay que decir ahora clara y firmemente que la lucha contra la dictadura y la recuperación democrática tuvo en Saúl Ubaldini un referente de una centralidad insoslayable. Desde la entrañable “CGT Brasil”, que condujo con gran inteligencia y carisma, Ubaldini dejó marcas claves en la recuperación democrática.

Recordamos aquel 7 de noviembre de 1981, cuando la manifestación por las calles del barrio de Liniers culminó con un acto de más de 10.000 personas frente a la iglesia de San Cayetano, y se constituyó en la primera manifestación masiva en contra de la dictadura. El punto de mayor volumen político de aquellas marchas de resistencia y lucha fue el 30 de marzo de 1982, cuando, junto a la muy tardía aparición de la «multipartidaria», Ubaldini fue principal protagonista de la manifestación a Plaza de Mayo, duramente reprimida, que sin embargo abrió las compuertas del derrumbe definitivo del régimen militar.

Lo «llenó de paros» a Alfonsín, le metió trece y una docena al menos con toda razón, en el más recordado le sugirió «escuchar el tango Acquaforte», en especial aquella estrofa ya memorable: «Un viejo verde que gasta su dinero, emborrachando a Lulú con su champagne, hoy le negó el aumento a un pobre obrero, que le pidió un pedazo más de pan”. Pero, no dudó en ponerle el pecho a las balas del intento desestabilizador de Semana Santa y apoyó al presidente, cuando Aldo Rico, se alzaba en armas en campo de mayo, exigiendo una «solución política», o sea, un indulto generalizado para los asesinos del proceso militar, que el radical Alfonsín no concedió y sí decretó luego el peronista Menem.

Recordamos a Ubaldini aquella tarde de intentos golpistas, al bajar del coche que lo trasladó de la CGT a casa de gobierno a bancar al presidente constitucional, apoyado en los hombros del negro Pedraza que sostenía al gran Saúl, que ahí estaba, al pie del cañón, como siempre estuvo.

¡Saúl querido, el pueblo está contigo!

Un comentario

  1. Saúl , un Grande de las luchas nacionales y populares.

    Después de esa marcha histórica de 1982, el proceso militar caminó en pocos dias hacia la locura político-militar, emprendiendo una aventura pseudo-nacionalista (la guerra que no se podía ganar ) que se constituyó en la Entrega irreversible del futuro soberano, al menos para nuestra generación. La democracia nació así condicionada : por la Deuda, la Entrega y la Derrota.

    Hoy podemos ver a un inmenso héroe latinoamericano, otro obrero metalúrgico y sindicalista :
    Luiz Inácio Lula da Silva ha borrado a Brasil del Mapa del Hambre por segunda vez.

    No hay un Nobel allí ?

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