México: La economía de la droga (una visión trotskista)

El 15 de noviembre, convocada por la llamada Generación Z y organismos ciudadanos preocupados e irritados ante la situación política imperante, se realizaron manifestaciones en la Ciudad de México y en otras importantes ciudades del país, Monterrey, Guadalajara, ciudades fronterizas. Pero fue en la gigantesca plaza del Zócalo en la Ciudad de México en donde a punto de reventar en su cupo se dio un tremendo choque que impidió el ingreso de otros miles de pacíficos manifestantes debido a la violencia que estalló en la confrontación entre sectores de manifestantes que derribaron enormes vallas de acero de tres metros que rodeaban el Palacio Nacional y destacamentos represivos de granaderos y de la policía junto a provocadores encapuchados. La violencia practicada, en especial por las fuerzas policiacas fue brutal y sus acciones atroces fueron vistas por los millones de espectadores pegados a las pantallas de todo el mundo; hubo muchos heridos, la mayoría jóvenes y abortó un posible mitin. Curiosamente, incluso si se hubiera querido hacerlo, no había un templete donde realizarlo. En México de inmediato se recordó la represión de los aciagos tiempos de la represión priista.

México: El asesinato de Carlos Manzo y la crisis del obradorismo

Manuel Aguilar Mora

Estas grandes manifestaciones intempestivas fueron la directa consecuencia del clima de tensión e inseguridad que se vive en el país ante el fracaso rotundo de las estrategias fallidas que cinco gobiernos federales han emprendido sin éxito para combatir la oleada de delincuencia que ha azotado al país en los últimos 25 años y que el 1° de noviembre culminó de manera trágica con el asesinato de Carlos Manzo, el presidente municipal independiente de Uruapan.El criminal negocio de las drogasAunque la delincuencia organizada se ha instalado en el país desde hace décadas, ha sido a partir del nuevo siglo después que en Colombia fueron abatidos poderosos carteles narcotraficantes, trasladándose mucho del tráfico hacia México, convirtiendo al país en la nueva sede latinoamericana de la economía de la droga.Los cinco gobiernos mexicanos encabezados por Vicente Fox, Felipe Calderón, Peña Nieto, AMLO y Claudia Sheinbaum son los que han fracasado del todo en encontrar la política más adecuada para brindar la seguridad que exige la población y han sido impotentes para impedir la continuación de la violencia, de los miles de homicidios, los secuestros, las desapariciones, etc. habidos a partir del año 2000. Han debido enfrentar esta creciente terrible tendencia de la decadencia de la sociedad capitalista que representa la economía de la droga con todos sus efectos destructivos. Poderosos intereses con enormes ramificaciones económicas impiden la legalización de las drogas, cuyo tráfico ilegal es la fuente de ganancias extraordinarias y que se extiende a otras actividades delincuenciales (extorsiones, derechos de piso, prostitución, explotación de inmigrantes) fundamentales para el normal funcionamiento criminal tanto legal como ilegal del capitalismo.Fue en 2006 cuando durante el gobierno de Felipe Calderón el gobierno federal inició su confrontación armada directa con las bandas de narcotraficantes y delincuentes ligados a ellos que prosperaban en varios estados del país. Fue precisamente en Michoacán en que se dio uno de los primeros dramáticos enfrentamientos sangrientos que se han extendido por todo el país.Los acontecimientos actuales iniciados el 1° de noviembre, fecha del giro de la situación representado por el asesinato de Carlos Manzo, que conmocionó a México. Para el 20 de noviembre se anuncia otra manifestación y seguramente su organización será menos intempestiva y surgirá una organización ad hoc. A partir de entonces, Michoacán ha sido el epicentro de enormes movilizaciones en muchas poblaciones no sólo en Uruapan y Morelia, la capital estatal, y en todas ellas se expresa el hartazgo que amplios sectores de la población tienen en todo el país.

Carlos Manzo un político en ascenso

La crisis del asesinato de Carlos Manzo afecta y golpea al gobierno estatal, al federal, al partido nacional gobernante Morena, a la presidenta Sheinbaum y a muchos dirigentes políticos. Las consecuencias apenas comienzan a verse. Manzo era un presidente municipal muy popular pues estaba sacando las conclusiones que los acontecimientos en su estado le decían. Michoacán es un rico estado agrícola, “la capital del aguacate” y de grandes cultivos de otras frutas. Sólo días antes las bandas habían asesinado cerca de Uruapan al líder de los limoneros por oponerse a ser extorsionado. Desde 2005 se contabilizan 27 mil homicidios atribuidos a los cárteles,7 mil desaparecidos y 18 alcaldes han sido asesinados en el estado.

Manzo se había destacado por salirse de la órbita de Morena cuando renunció a su membresía siendo diputado federal y declarándose independiente. Se lanzó a las elecciones a la presidencia municipal, ganando arrolladoramente. Su popularidad lo estaba colocando como un casi seguro candidato a la gubernatura de Michoacán, posición hoy bajo el control de Alfredo Ramírez Bedolla morenista y hostil a Manzo. La casi victoria segura que se preveía de Manzo como gobernador lo hubiera colocado después naturalmente como un fuerte competidor de la presidencia de la República en las elecciones de 2030. Es decir, a más de cuatro años de las elecciones presidenciales de ese año en las huestes dirigentes obradoristas ya se dan fuertes pugnas entre ellos para salir triunfadores y con más razón se cuidan del surgimiento de un candidato(a) independiente y con fuerza política. Manzo encarnaba esta amenaza.

Su asesinato ha sido ampliamente inscrito en la situación política prevaleciente en estos días debido a la división interna que se profundiza en Morena, el partido gobernante. Contradicciones poderosas opusieron a Manzo con la estrategia delineada por Sheinbaum. La presidenta criticaba la postura de Manzo, según el oficialismo quería poner en práctica nuevamente la práctica de Calderón de confrontar fuertemente a los delincuentes y solicitaba ayuda federal para hacerlo que se le negó. Su asesinato ha constituido un tremendo golpe para el gobierno.

Violencia y corrupción rampante

El gobierno de Claudia Sheinbaum se encuentra en el centro de una situación que ella no controla del todo, sometida a diversas presiones entre las que destacan poderosamente dos: la del ex presidente AMLO fundador y caudillo indiscutible del obradorismo y la presión de Washington, encarnada en la política trumpiana, que tiene a la presidenta mexicana en permanente tensión con sus constantes amenazas de posibles intervenciones directas de agencias policiacas e incluso militares estadounidenses a México en su guerra contra las drogas. En los últimos años ha sido la introducción del fentanilo de México a EUA lo que ha provocado fuertes crisis entre los dos gobiernos por la conducta intervencionista de Washington.

Michoacán sólo es el estado insignia en donde se inició un proceso que ha contaminado a todo el país como lo muestran los acontecimientos en Sinaloa, Tamaulipas, Veracruz, Guanajuato, Sonora, Baja California, Tabasco, Chiapas y más o menos los demás estados. Allí los gobernadores son líderes profundamente comprometidos con la estrategia desastrosa de AMLO que se resumía en la frase de “abrazos y no balazos”, línea que pretendía sustituir la confrontación directa y armada que se puso en práctica durante el sexenio de Calderón. Se suponía que como los delincuentes “también eran seres humanos” se debería subestimar sus peculiaridades delictivas que afectaban negativamente a la sociedad y una de las consecuencias más nefastas fue considerar que “ellos también deben ser respetados”, llegándose a identificar sus derechos humanos con su impunidad. De esta forma, se acabó no sólo tolerando, sino aceptando y buscando su amistad y complicidad. En los altos niveles estatales, las relaciones burguesas más crudas dominaron, imponiéndose con las “enormes riquezas monetarias” producto del tráfico, después de ser debidamente “lavadas”. El contagio de las enormes ganancias logradas rápidamente se extendió en los círculos de la “alta política”. Primero, los policías se hicieron cómplices como sucedió con el superpolicía de Calderón Genaro García Luna, hoy tras las rejas en EUA. Pero con Peña Nieto, y después con AMLO uno a uno, gobernador tras gobernador y una amplia tribu de funcionarios y políticos profesionales fueron convirtiéndose en cómplices clave de los cárteles. Así hoy esa es la condición de los Rocha Moya, Alfonso Durazo, Ramírez Bedolla, María del Pilar Ávila y ¿cómo olvidarlo? Adán Augusto López, amigo cercanísimo, “su hermano” de AMLO, hoy presidente del Senado y jefe de los narcos cuando fue gobernador de Tabasco, para nombrar sólo a algunos.

De esta manera, durante el sexenio de AMLO sucedieron procesos que concretizan lo que han llamado la “Cuarta Transformación”, a la que Claudia Sheinbaum quiere construirle un “segundo piso”. El resultado ha sido la formación de un poderoso grupo gestado entre los círculos cercanos a la familia y los amigos de AMLO. Negocios multimillonarios vinculados a proyectos de construcciones públicas como el Tren Maya o la refinería de Dos Bocas y a negocios vinculados a fraudes colosales como la de Segalmex, la compañía estatal del comercio de alimentos (más de 150 mil millones de pesos) o el huachicol fiscal, el contrabando de millones de litros de gasolina (se calculan las ganancias en el sexenio de AMLO en más de medio billón de pesos).

El internacionalismo del siglo XXI

A Donald Trump no le pasaron por alto las manifestaciones mexicanas del 15, fue uno de los 52 millones que al nivel mundial hicieron la búsqueda en Google de los datos de la marcha del sábado 15. Y se refirió a ella en uno de sus comentarios frecuente sobre México: “no permitiremos la introducción de fentanilo desde México que siga matando a nuestros jóvenes”. (Reforma, 17.11.2025)

Como el vecino sureño estratégico de EUA, el papel de México en la política mundial está cambiando. La lucha de clases en el país imperialista será un factor fundamental en la delineación de la estrategia revolucionaria de México. El bloque económico que desde 1994 integra con EUA y Canadá es desde entonces el fundamento materialista de todo tipo de proyectos y perspectivas, para empezar la lucha antiimperialista. Hoy la existencia de un sector del proletariado mexicano residente en el país vecino determina una lucha de millones de trabajadores mexicanos integrantes de una clase trabajadora multiétnica. La perspectiva estratégica que concibió Trotsky durante sus tres años finales de exilio transcurridos en nuestro país, a saber, “Por la Unión de Repúblicas Socialistas Latinoamericanas” debe tener en México una adecuación, pues la unión geopolítica que el capitalismo ha forjado de las formaciones sociales de los tres países de América del Norte (EUA, Canadá y México) es determinante.

México es el puente continental entre las dos Américas, la del norte y la del sur. Ante la actual deriva agresiva, amenazadora de intervenciones imperialistas en el Caribe como en el pasado por parte del neofascista inquilino de la Casa Blanca en Washington, el papel de México es crucial. Sheinbaum que se jacta frecuentemente de la “relación amistosa de la presidenta de México con el presidente de EUA” más bien debería comprender que los actuales movimientos agresivos de Trump, movilizando en el Caribe a 10 mil marinos, a sus flotas (como el gigantesco portaviones más moderno del mundo) y su poderosa parafernalia armamentista, gestos agresivos que ya han matado a decenas de pescadores, considerados por Trump como narcos traficantes “terroristas” son maniobras amenazadoras claramente apuntadas a Venezuela, a Colombia pero también a nuestro país. Más que presumir de su amistad con Trump, la presidenta mexicana debería estar preocupada por lograr un acuerdo contra una posible intervención de Washington a los países amenazados por él. Ciertamente en estos días es Venezuela el país más amenazado por lo cual debemos precisar ante el gobierno de Maduro que exigimos que cese los ataques contra los sindicatos, que restaure las libertades políticas para el movimiento social y para la izquierda para que la amplia movilización popular refuerce a la militar y en Venezuela como en Colombia y en todo el Caribe se generalice la solidaridad antiimperialista. En México la tradición antimperialista deberá abarcar al pueblo mexicano residente en EUA que se una al movimiento contra la intervención de Trump en el propio país norteño.

Los tiempos que se han inaugurado a partir del atroz crimen de Carlos Manzo están acelerando un ritmo histórico que apunta hacia cambios extraordinarios que exigirán de los militantes y activistas democráticos mexicanos la puesta en práctica de lo mejor de su inteligencia estratégica y voluntad de lucha en circunstancias propicias para su despliegue.

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militante de la Liga de Unidad Socialista (LUS), profesor de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), En 1968 integró el Comité de lucha de Filosofía y Letras al lado de José Revueltas. Autor de numerosos libros sobre la historia política, económica y social de México.

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Si bien es probable que la movilización haya sido impulsada por grupos pertenecientes a la derecha mexicana, no todos los que asistieron se identificaban con esta orientación política. Además de una minoría que se definía como de izquierda, muchos señalaron que nunca antes habían asistido a una protesta y que no creían en los partidos políticos.

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