Dejamos todo en manos del “mercado” para pasar a ser como Qatar o Arabia Saudita, regidos por cinco familias y un par de políticos serviles a ellos; o reconstruimos un modelo nacional y popular que se base en el trabajo y en el consumo interno.
El gobierno de Alberto Fernández ingresa a su cuarto año de gestión sin haber investigado la deuda generada en el gobierno de Cambiemos por más de 100.000 millones de dólares, que se fugó en su mayor parte y evadió impuestos y que su pago condiciona al país. Es más, llevó adelante una engorrosa negociación para finalmente acordar un severo plan de pago con el FMI que incluso, hizo avalar por la ley 27.668 que aprobó “el Programa de Facilidades Extendidas a celebrarse entre el Poder Ejecutivo nacional y el Fondo Monetario Internacional para la cancelación del Acuerdo Stand By celebrado oportunamente en 2018”.
Si bien en el año 2020 la Administración Nacional debió asistir y apuntalar a la población para hacer frente al covid 19, según la Cuenta de Inversión (Ejercicio fiscal anual ejecutado) el gasto público total fue de 25,96% del PIB (PIB que descendió ese año en un 9,9% con respecto al año 2019) para ser el gasto público nacional solamente del 21,5% del PIB en el año 2022 y en la Ley de Presupuesto Nacional de 2023 dice que será del 20,19% del PIB. El ajuste fiscal se asienta básicamente en el descenso del pago de las jubilaciones y pensiones, en los subsidios a la energía y al transporte y, en las transferencias a las provincias.
Paralelamente, merced a un modelo que prioriza las ventas al exterior en desmedro del mercado interno, las exportaciones superaron a las importaciones desde el 1 de enero 2020 al 30 de noviembre 2022[1] en 33.078 millones, pese a ello, las Reservas Internacionales del BCRA descendieron en 7.002 millones de dólares (Las reservas internacionales brutas eran de 45.190 millones de dólares en diciembre 2019 y fueron de 38.188 millones el 30 de noviembre 2022).
En el mismo período, tanto los precios internos (medido por el IPC del INdeC) como el dólar, crecieron en torno al 300%, el dólar oficial tipo vendedor era de $ 62.- el 10 de diciembre de 2019 y fue de $ 174.- el 30 de noviembre 2022, en cambio el salario promedio fijado por el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, denominado RIPTE, creció en pesos en 247% (paso de ser de $ 53.070.- por mes a $ 184.210.- )[2]
PRIMER PROBLEMA FUNDAMENTAL: Si el precio del dólar sube, el poder adquisitivo de los salarios, las jubilaciones y pensiones) se caen. Como más del 70% de lo que se produce se destina al mercado interno (depende de la capacidad adquisitiva de la población) y se vende al exterior básicamente lo mismo que se consume, se entra en una economía cada vez más dualizada, una minoría que se integra vía exportaciones y, la mayoría que se encuentra en una situación cada vez peor, que incluso supera los límites de la subsistencia.
LA POLITICA ECONOMICA DEL AÑO 2023
En el macro descripto el Ministro de Economía Sergio Massa les ofrece a las empresas importadoras acceso a dólares a precio oficial y, les pide contener precios en prepagas, medicamentos, consumo masivo, textiles, calzado, etc… Por otra parte, la sequía (Falta de lluvias en un período prolongado de tiempo que produce sequedad en los campos y escasez de agua y que continúa a comienzos del año 2023), obliga a liquidar a los ganaderos su hacienda, que genera una oferta sostenida en el mercado local y ello contiene el precio de la carne, con lo que significa en la canasta alimentaria.
Pero paralelamente y a costa del erario público, el gobierno vende dólar diferencial a los exportadores de soja: El gobierno devalúa nuestra moneda en general y sobre devalúa (en un 35%) a favor de los grandes productores, acopiadores y comercializadores de soja, para, en forma paralela, vender dólares más baratos a algunos importadores. Primero les reconoció a los exportadores de soja $ 50.- más por dólar en septiembre 2022. (Ingresaron 8.123 millones de dólares, quiere decir que el Tesoro de la Nación debió endeudarse con el BCRA y colocar una Letra Intransferible por $ 406.150 millones). Y desde el 28 de noviembre al 30 de diciembre 2022, el Tesoro de la Nación completa el importe de $ 230.- por dólar por la soja exportada que alcanzó a ser por 3.500 millones de dólares (otra deuda en otra Letra Intransferible por $ 210.000 millones) Y sin embargo el BCRA vende a $ 170 el dólar a los importadores.
En esa perversa lógica, el ministro Sergio Massa se comprometió con la UIA – Unión Industrial Argentina (Pagani-ARCOR; Rocca-Techint; Blaquier – Ledesma; Magnetto-Clarín; etc.) que habrá más dólares a precio oficial para importar y de que, moderará el ritmo de suba del oficial en el intento de bajar la inflación a 4% mensual hasta marzo 2023 que, teóricamente, es el comienzo de la liquidación de la cosecha gruesa.
La diferencia es un cepo muy rígido, la presión de la devaluación no es solo sobre el dólar oficial, sino sobre la brecha de los distintos precios del dólar y la inflación se genera a través de la brecha.
La brecha cambiaria en los niveles actuales es perversa porque el importador paga lo que compra a prácticamente a mitad de precio del dólar blue o paralelo y, el exportador cobra, teóricamente, la mitad por lo que vende. El problema es que, por el otro lado, el BCRA está emitiendo pesos para sostener el mercado de bonos y para la intervención en el mercado de deuda, lo hace a través de los encajes remunerados a una tasa en pesos del 75% anual que efectiva es del 105% con una inflación que, a través de los acuerdos con los empresarios, tratan que esté por debajo de ese porcentaje.
En el año 2022, la base monetaria (que es todo el dinero creado y puesto en circulación por el BCRA) creció en $1,55 billones alcanzando un total de $5,2 billones el último día hábil del año pasado, pero no fue para financiar el déficit fiscal, como mal intencionadamente hace entrever los grandes medios de comunicación, sino que fue básicamente para pagarle a los bancos por el abono de los intereses de los encajes remunerados (Pases pasivos, Leliq, y Notaliq) del BCRA, que sumó en el año $3,386 billones, o sea el 65% de la base monetaria.
También el BCRA realizó intervenciones tanto en el mercado cambiario (vendiendo dólares a futuro) como de bonos (comprando títulos del Tesoro de la Nación para mantener su precio o que no desciendan más) que implicaron emisión monetaria. Más la emisión de dinero para pagar el dólar diferencial a los sojeros (que luego inmoviliza con Leliq). Finalmente un porcentaje muy menor y que se congeló en la suma de $ 2.793.100 millones desde el lunes 8 de agosto al 30 de diciembre de 2022, de asistencia directa (Adelantos al Tesoro de la Nación) a la Administración Nacional, por lo que se acrecentó en el año solo en $ 620.051 millones (los Adelantos al Tesoro de la Nación sumaban $ 2.173.049 millones al último día hábil del año 2021) que representa el 11,9% de la Base Monetaria[3].
El FMI avala todo, empezando por no objetar el desdoble cambiario (la brecha), ni la intervención en el mercado de los bonos públicos y, permite flexibilizar las metas de reservas internacionales del BCRA., Pero ni el Fondo, ni el establishment, ni la coalición gobernante definen el voto. Si la brecha entre el dólar oficial y los paralelos se amplía, la inflación va a ser imparable y con ello la caída del poder adquisitivo y los salarios, jubilaciones y pensiones y de todos los que viven de y en pesos.
A su vez, la perspectiva de la cosecha agrícola apunta a una caída de la oferta de dólares para este año, con una soja que está por debajo en precio del valor de 2022 y las cantidades, a priori van a estar abajo también por la sequía (La producción del trigo mermó en casi un 50%, por ende, la potencial pérdida de divisas por un menor nivel de exportaciones llegará a unos 3.000 millones de dólares según las estimaciones de la Bolsa de Cereales de Rosario).
Sumado a lo antedicho, tenemos hacia adelante una demanda de dólares sostenida y creciente por la cancelación de deuda, en torno de los 9.000 millones de dólares. De los cuales 4.000 millones son vencimientos con el Fondo Monetario[4], unos 2.000 millones con los bonistas (tenedores privados de títulos de deuda externa Argentina), 1.500 millones de deuda de las provincias y, 1.500 millones de deuda externa de empresas del sector privado que el BCRA le vende los dólares al tipo de cambio oficia[5]
Ingresamos al año 2023, último del gobierno actual y, el problema principal sigue siendo:
a) Porqué no se modifica la estructura de las retenciones y los cupos para exportar Si se van a controlar las exportaciones y las importaciones. Y si las provincias le van a cobrar el impuesto a la tierra rural que corresponde a los grandes poseedores de la tierra y no solo el 0,3% del PIB como es en la actualidad.
b) Quien administra la captación de la renta petrolera y del litio, las grandes empresas trasnacionales o el Estado Y, de ser el Estado provincial por la reforma constitucional de Menem y Alfonsín, que se hace con esos recursos, como se controla su ingreso y egreso.
c) Si vamos a poner un manto de olvido sobre la deuda generada en la gestión de Cambiemos, que el gobierno de Alberto Fernández prometió investigar y no lo hizo, con lo que la está pagando el pueblo argentino a través del ajuste presupuestario y la suba de precios (generada por la internacionalización del precio de todo lo que se puede vender afuera).
d) Si dejamos todo en manos del “mercado” para pasar a ser como Qatar o Arabia Saudita, regidos por cinco familias y un par de políticos serviles a ellos, o reconstruimos un modelo nacional y popular que se base en el trabajo y en el consumo interno.
Notas
[1] Alberto Fernández asumió el 10 de diciembre de 2019 y la publicación del comercio exterior es mensual El dato último publicado es al 30/11/2022.
[2] Si midiéramos el salario promedio mensual en dólar tipo de cambio oficial era de $ 15.800 en diciembre de 2015 (con un dólar de $ 9,10 significaban U$s 1.736,26) y en cambio en noviembre de 2022 es de $ 184.210.- (convertido al dólar oficial de $ 174 son U$s 1.058,68).
[3] La colocación de encajes remunerados es la contra cara del control cambiario. Es un acuerdo con los grandes bancos del sistema para que reciban plata inmovilizando el dinero (ganan por recibir depósitos del público y darse vuelta y prestárselo al BCRA) y de es amanera no se derivan a los mercados cambiarios paralelos.
[4] Este año 2023 los pagos de capital al FMI serán mayores a los desembolsos.
[5] Cuando la mayoría de las Empresas privadas fueron fuertes compradoras de divisas en la gestión de Cambiemos y nunca se investigó si pagaron los impuestos correspondientes a las compras que realizaron.
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Horacio Rovelli
Tucumano, Licenciado en Economía por la Universidad de Buenos Aires. Profesor a cargo de la asignatura Política Económica de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA), y de Instituciones Monetarias e Integración Financiera Regional en la Facultad de Ciencias Económicas (UBA). Miembro de la Comisión de Economía de la Fundación Estado, Trabajo y Producción (FETyP). Vocal de la revista Realidad Económica. Fue Director Nacional de Programación Macroeconómica en el Ministerio de Economía y Finanzas de la Nación. Autor de numerosos trabajos publicados sobre los temas económicos y financieros.