Las coaliciones progresistas ( o como se llamen) profundizan su proyecto transformador o son cooptadas por la derecha interna y luego derrotadas por la derecha exterior. Brasil de Dilma, Grecia, España y -esperemos que no- Argentina, así lo muestran. El presidente Petro lo sabe y la mayoría de los cambios expresan que la etapa de la presencia en el gabinete de personajes liberales y de centro que operan solo desde las oficinas ministeriales empieza a llegar a su fin, pues al retiro de Alejandro Gaviria (neoliberal, en MinEducación), ocurrida hace dos meses, el 27 de febrero, siguieron las salidas de José Antonio Ocampo (samperista, en MinHacienda), Alfonso Prada (santista, en MinInterior) y Cecilia López (socialdemócrata, en MinAgricultura), nombramientos orientados en principio a desactivar a la extrema derecha con los llamados “tranquilizadores” del mercado, ya cumplieron su ciclo. El centro político no existe, es simplemente la derecha conservadora en una modalidad de tránsito a una derecha más radical.