Esta imagen de colapso electoral es el resultado de una larga mutación política. En la derrota política y electoral de 2023, SYRIZA tuvo que hacer frente al legado del pasado: la traición de las esperanzas de los trabajadores y el pueblo en 2015, la política neoliberal del gobierno de Tsipras en 2015-19, el miserable acuerdo con los acreedores en 2018, falsamente llamado la “salida de los memorandos”, mientras que en realidad perpetúa todas sus “regulaciones” Pero también pagó el precio de una política de derecha absolutamente errónea en las elecciones: la “ampliación” de SYRIZA hacia el centro político, el llamamiento y la referencia a las clases medias, la identificación con la socialdemocracia europea, la evaporación organizativa del partido y el papel de líder supremo absoluto de Tsipras, los compromisos mínimos y contradictorios hacia las reivindicaciones de las masas trabajadoras y los pobres, etc. El resultado es una abrumadora derrota electoral que constituye, sobre todo, una pesada derrota conceptual y política.