El fuerte ajuste que puso en marcha el gobierno de Milei no solo provocó la recesión que azota actualmente a la economía argentina sino una profunda redistribución regresiva del ingreso, cuya dimensión y desenlace es aún desconocido. La devaluación desencadenó una redefinición de precios relativos que se sustenta en una importante traslación de ingresos en favor de la rentabilidad empresaria, en especial de las grandes empresas y grupos económicos.
El economista griego Yanis Varoufakis afirma que el capitalismo actual encontró una nueva forma de extracción de valor en beneficio de lo que llama “propietarios del capital de la nube”, o “señores tecnofeudales” que constituyen una “nueva clase dominante” a la que bautizó nubalista. Desarrolla ese tema en su último libro, Tecnofeudalismo: el sigiloso sucesor del capitalismo, donde afirma, como en esta entrevista exclusiva con Tektónikos, que las dinámicas tradicionales del sistema económico mundial ya no gobiernan, sino que hay otros paradigmas, además de que hoy las decisiones políticas, antes que las económicas, se imponen, en un contexto de disputa o “nueva guerra fría”, dice, entre EE UU y China.
Si sólo fuera Milei sería un hecho tenebroso de tratamiento médico. Pero es un sistema político desquiciado, con partidos políticos vaciados y una sociedad que vive penurias enormes, sacrificios que finalmente serán inútiles para mejorar su vida, pero amortiguados provisoriamente por una esperanza difusa de un futuro mejor, que buscó un cambio en la alternativa que conduce al final del camino a una hecatombe.
El proyecto político del Pacto Histórico pone el dedo en la llaga de bifurcaciones históricas: o autoritarismos para la muerte o democracia para la vida, o acumulación para la guerra u organización productiva para la paz. En Colombia se juega buena parte del futuro de América Latina, incluída La Argentina.
El “mientras tanto” de los programas sociales, conocidos como “planes”, se extendió desde el inicio del siglo impregnándose de principios de economía social, solidaria, así como también de improntas de economía popular. Estos se fueron tejiendo entre funcionarios y agentes territoriales del ex Ministerio de Desarrollo Social de la Nación (EMSDN), titulares de los programas, funcionarios municipales y referentes de organizaciones sociales. De este modo, el “plan” tomó forma en espacios construidos colectiva y cooperativamente donde primaba el encuentro y el reconocimiento del otro.
La lógica es la misma, aunque esté oculta. Si uno abre una página de internet, cualquiera de las redes antisociales, o intentar informarse por cualquier medio, se encontrará con una avalancha casi abrumadora de malas noticias: decenas mueren en bombardeos en algún lugar del planeta, asesinatos en las calles, pobreza, desigualdad de ingresos, caída del producto bruto mundial, desempleo. La evidencia ante nuestros propios ojos nos indica que el mundo es cada vez más violento, más desigual, que todo está empeorando, pero no nos termina de convencer. Aun mal medido, y con grandes engaños en su exposición, este desastre de sistema al que hemos llegado está disfrazado de oportunidades, aunque no se sabe para quiénes.
El 4 de julio los ciudadanos del Reino Unido votan en las elecciones generales. Las encuestas de opinión pronostican que el Partido Conservador, en el poder, sufrirá una derrota aplastante tras 14 años en el gobierno. Se espera que el Partido Laborista, en la oposición, obtenga una mayoría de más de 250 escaños, una victoria aplastante récord, mientras que los conservadores obtendrán menos de 100 escaños y podrían ver reducido su número de escaños en el Parlamento a niveles no registrados en el último siglo
Trazar un horizonte estratégico hoy significa también la esperanza en Cristina Kirchner. No solo como un anhelo nostálgico, sino como memoria activa de momentos donde fue posible materializar un proyecto de justicia social y felicidad del pueblo en este siglo. Cristina, al hablar de Perón, destaca que él plasmó sus ideales desde la Secretaría de Trabajo, y la gente no vio ideas solamente, vio realidades. Al igual que Perón en su tiempo, Cristina interpretó su época y se volvió síntesis de las demandas populares, retomó las banderas históricas del peronismo y recuperó la confianza de las mayorías dispuestas a ser parte de la construcción de un futuro de dignidad y justicia social.
Esta trabajo es anterior a las elecciones del pasado domingo, donde la ultraderecha gana con el 33% mientras el NFP llega al 29% y el oficialista Juntos obtiene el 20% y queda fuera de competencia. El Nuevo Frente Popular (NFP) ha abierto una brecha en la fatalidad de una toma del poder de la extrema derecha en Francia. Este riesgo sigue siendo una actualidad inédita desde la decisión irresponsable de Emmanuel Macron de disolver la Asamblea Nacional. Pero la alianza de todas las fuerzas políticas de izquierda y ecologistas, en un programa de ruptura tras décadas de reinado del ultra-liberalismo, ha hecho posible una dinámica ciudadana que excede el simple sobresalto para bloquear al Reagrupamiento Nacional (RN).
Una advertencia sobre “el componente fascista” del mileísmo y la certeza de que “la represión va a escalar”. El femimagnicidio fallido de 2022 contra Cristina fue “el hecho bautismal”, por el cual “la cultura del odio” que ya existía en el país “se consolidó para ser gestinada desde el aparato de estado”.
La crisis de La Libertad Avanza no derivará necesariamente en una reconfiguración del gobierno. Después de todo, este es un gobierno que emergió de la crisis, que hizo de la crisis su forma de funcionamiento y que pretende redimirse ante la población mediante la crisis. La crisis, en sí misma, es todo un estilo de gobierno, y también un mecanismo de purificación...
No relatamos, no opinamos, tan solo mostramos datos oficiales y todos estos datos que mostramos ya han envejecido, cuando se actualicen, todos habrán empeorado.
Vean el mundo agradable que creó en apenas tres meses de gobierno el Psycho Killer. Pasen y lean.
Llevar la desigualdad en solo el primer trimestre del año 2024 a niveles del año 2008 tendrá inexorablemente consecuencias sobre la popularidad del Presidente y su gestión, y finalmente será duramente sancionado en las urnas por propios y extraños. Sin embargo, esa consecuencia parece tan democrática como muy menor respecto al precio a pagar por reducir los niveles de inequidad de manera sostenida y contundente. Le pasó a Juan Perón y le pasa aún hoy a Cristina Fernández.
"Permítanme ahora correrme de la ficción y hacer un poco de historia, sin ninguna sorpresa, ya que se trata de cosas muy conocidas. En enero del año 1933, en Alemania, la mayoría del pueblo, entusiasmada por lo que se les aparecía como una inédita novedad, eligieron como Canciller (en ese entonces la máxima autoridad institucional del Reich) a un personaje grotescamente payasesco, ex cabo del ejército, pintor de tercera categoría, grosero y gritón, pero que prometía una radical refundación nacional que produciría un mileinio, perdón, un milenio de felicidad teutónica. Bien; a las pocas semanas de gobierno ya era completamente claro que la política del obsceno aullador solo podía conducir, a la corta o a la larga, a la catástrofe. Sin embargo, tanto aquellos que lo sostenían con convicción, como aquellos que lo habían votado quizá con reservas, pero con grandes esperanzas, esgrimieron básicamente dos argumentos para no cuestionar activamente su poder despótico: primero, que el Führer había sido consagrado mediante elecciones irreprochablemente legales y formalmente democráticas; segundo, que el gobierno aún llevaba poco de andar, que había que darle tiempo, tener paciencia, esperar" Eduardo Grüner.
La elección de Javier Milei fue una sorpresa para todos los analistas. A más de seis meses de su asunción, aún sigue siendo objeto de debates los altos niveles de adhesión que consigue, sobre todo entre los jóvenes y los trabajadores informales y de baja calificación. Si bien los datos marcan una recesión cada vez más profunda (la caída de la actividad fue de 5,1% en el primer trimestre de 2024) y un desempleo elevado (7,7% para el primer trimestre del año), el gobierno no parece cambiar su eje de ajuste y de confrontación con el sistema político.
El Gran Debate económico cubano, que se desarrolló entre 1962 y 1965, y dividió aguas entre los sectores pro-Moscú y las posiciones defendidas por el Che Guevara y Ernest Mandel, constituyó un punto de inflexión ineludible para entender la historia de Cuba en particular y el imaginario de transformación social en general.
No basta con pensar que en un futuro —ojalá próximo— nos avergonzaremos como sociedad de todo lo sucedido y cedido en este período funesto. La regresión política es hiperbólica, desmesurada, vertiginosa, pero no por ello irreversible. La historia, nuestra historia pletórica de luchas y resistencias justas, nos lo ha demostrado con creces
Inversión, crecimiento y consumo en baja. Desempleo, pobreza, indigencia y concentración del ingreso en alza. El futuro premio Nobel nos esta matando.
A pesar de la contundencia de la elección del año 2021, y los reiterados señalamientos de Cristina Fernández sobre la necesidad de un cambio de rumbo capaz de alinear salarios, con tarifas y jubilaciones, la dirigencia ejecutiva del entonces FDT no tomó nota de lo sucedido ni de los señalamientos de CFK. Por el contrario, se desplegaron análisis extravagantes cuyo máximo esplendor se alcanzó cuando el entonces presidente Alberto Fernández supuso a la derrota electoral del año 2021 producto de la “kirchnerización” del gobierno y la pérdida del metafísico “centro político”.
En 2023, fue la primera vez en la historia registrada que la temperatura global de la superficie del planeta superó 2,0°C la línea de base del IPCC de 1850-1900. Además, más del 90% de los océanos del mundo sufrieron olas de calor, los glaciares perdieron la mayor cantidad de hielo jamás registrado y la extensión del hielo marino de la Antártida cayó a los niveles más bajos jamás medidos.