El cierre de un ciclo histórico para la izquierda global deja un panorama de desilusión. Mientras la extrema derecha avanza, la izquierda enfrenta su mayor crisis en décadas. Pero la situación sigue abierta e inestable. Es fundamental recoger pronto las lecciones del periodo pasado.
América Latina dejó de ser una excepción en relación con el crecimiento de derechas radicalizadas que otrora parecía darse solo en Europa. ¿Cómo explicar ese fenómeno? ¿Qué nos dice esta dinámica sobre el subcontinente? ¿Cómo se conecta con el clima de época a una escala más global?
La semana pasada, el desplome de los mercados bursátiles de las principales economías, que comenzó en Estados Unidos, se revirtió. Pero la caída del índice S&P-500 de los precios de las acciones de las 500 principales empresas estadounidenses sigue siendo inferior a su pico de mediados de julio y al inicio del "desplome" a finales de julio. Parece, pues, que la gran recuperación de las acciones estadounidenses desde principios de año, y en particular desde mayo, ha terminado.
Un análisis integral de las nuevas plagas del capitalismo también debe tener en cuenta el impacto de la crisis climática mundial. El habitualmente cauteloso Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático concluye, con un alto grado de confianza, que “los riesgos climáticos están contribuyendo cada vez más a un número creciente de resultados nefastos para la salud”.
En un artículo reciente, analicé un importante libro nuevo de los economistas marxistas brasileños Adalmir Antonio Marquetti , Alessandro Miebach y Henrique Morrone. Propusieron un modelo de desarrollo económico basado en el cambio técnico, la tasa de ganancia y la acumulación de capital, por un lado, y el cambio institucional (es decir, políticas y gobiernos) por el otro. Juntos, estos dos factores podrían combinarse para explicar la dinámica de ponerse al día o quedarse atrás.
Las extremas derechas constituyen un mundo heterogéneo, que pone en tensión los marcos analíticos progresistas y se postula como el instrumento para enfrentar el statu quo. El «No pasarán» parece hoy insuficiente para frenar a estos movimientos. ¿Por dónde podría comenzar el rearme progresista en este contexto de gran confusión política e ideológica?
El derrocamiento del gobierno dictatorial de Sheikh Hasina en Bangladesh por parte de estudiantes y la población la semana pasada es un resultado sorprendente del dominio de la crisis estructural sobre el aparato represivo de estado.
Gran Bretaña es testigo de una espeluznante ola de violencia racista dirigida contra musulmanes y organizada por activistas de extrema derecha. Las violentas bandas fascistas se alimentan de la legitimación de las ideas racistas por parte de los partidos y los medios de comunicación dominantes en Gran Bretaña.
La prolongación de la larga catástrofe del pueblo palestino hoy toma una nueva dimensión, en la que el horror al que se somete a los gazatíes agrede a la condición humana en su conjunto. Por eso es necesario volver a poner en circulación posiciones verdaderamente críticas. Este texto es el prólogo a la edición argentina del libro Palestina. Anatomía de un genocidio (2024), AAVV., editado por Tinta Limón Ediciones y LOM Ediciones. El prólogo es de Tinta Limón y Ariel Feldman, autor de uno de los capítulos del libro.
Noticia que pasó muy desapercibida : A 50 años el acuerdo del petrodólar no fue renovado. La desdolarización del mundo inicia una nueva fase con el fin del petrodólar Arabia Saudita decidió no renovar el pacto establecido con Estados Unidos en 1974 que convirtió al dólar en moneda de reserva mundial. Como se ve, la mayoría del planeta marcha en dirección contraria que la deriva neoliberal-libertaria de dolarización de hecho y alineamiento automático con USA. Las elecciones en Venezuela, más alla de las actas, también se deciden en esta cancha. La del país que tiene las mayores reservas petroleras auditadas del mundo.
¿Quién ganó la elección presidencial en Venezuela? ¿Hubo fraude? ¿Qué ocurrió con los datos del Consejo Nacional Electoral (CNE)? ¿Hubo hackeo a los resultados? ¿Las actas opositoras reflejan el verdadero resultado? ¿El gobierno está reprimiendo a opositores indefensos? ¿La oposición salió a la calle pacíficamente? ¿Sería importante esta elección si Venezuela no fuese la primera reserva mundial del petróleo y uno de sus mayores productores? ¿Por qué se discute la parcialidad del Consejo Nacional Electoral (CNE) cuando se trata de un poder independiente del cual participa la oposición?
Estas, entre otras, son las preguntas que más se formulan por estos días. Para intentar responder algunos de esos interrogantes debemos irnos un poco más atrás en la historia. Esta elección se enmarca en una cadena secuencial que es necesario conocer para poder comprender las particularidades de la política venezolana.
El presidente Boric, igual que su par argentino, salió a cuestionar el triunfo de Nicolás Maduro en las presidenciales de Venezuela. Con qué autoridad política lo hizo? Veamos.
El presidente argentino Javier Milei se ha posicionado en un lugar protagónico de la derecha mundial. Canalizó como en otras latitudes gran parte del descontento generado por décadas de crisis económica, degradación social y hastío con el sistema político. Y al igual que sus pares encauzó ese malestar contra los sectores más desamparados de la sociedad. Desplegó la misma actitud disruptiva, se calzó el mismo disfraz de rebelde y adoptó la misma pose contestaria.
La realidad del capitalismo moderno es la inestabilidad permanente pero sin perspectiva de una crisis que le ponga fin al sistema. Una vez que un país acepta la camisa, sus alternativas políticas se reducen a Pepsi o Coca, a ligeros matices de gusto, ligeros matices políticos, ligeras modificaciones de diseño que pretenden tener en cuenta las tradiciones locales, a relajar un poco tal o cual punto, sin nunca desviarse mucho del núcleo de las reglas de oro.
Tras la deslumbrante fachada de la celebración de los Juegos Olímpicos se esconde la acumulación por desposesión y la militarización de la sociedad. Quienes pagan el precio más alto son siempre los territorios sacrificados y prescindibles, los trabajadores y las franjas más vulnerables de la población.
Ajamu Baraka es editor y columnista de Black Agenda Report. Nos acompaña desde Caracas, Venezuela, donde fue observador en las elecciones nacionales celebradas recientemente. Hablaremos de lo que observó, el significado de los resultados y los intentos en curso de la derecha respaldada por Estados Unidos de desestabilizar al gobierno electo.
En el video Sasi Alejandre y Víctor Redondo analizan la nueva generación de guerra y de golpismo en este siglo XXI: el Cibergolpismo. Poniendo el foco en los casos desplegados contra Evo Morales en Bolivia, contra Andrés Manuel López Obrador en México y contra Hugo Chávez en Venezuela. Analizando ¿Cómo operan las granjas de bots, las campañas de desinformación, las infiltraciones en sistemas electorales o los sabotajes a infraestructuras estatales?
Con la participación de Ekaitz Cancela (filósofo y escritor de Utopías Digitales), Julián Macías (Pandemia Digital) y Ben Norton (periodista y editor de Geopolitical Economy Report). Adicionalmente un informe del PNUD sobre Venezuela y su economía, muestra el sesgo distorsivo de la información que circula en el sistema de medios dominantes y en diversos soportes.
En su reunión de finales de julio, celebrada ayer, el Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos se abstuvo de recortar su tasa de interés oficial desde el máximo actual del 5,25-5,5%. Esto a pesar de reconocer que la economía estadounidense se estaba "enfriando", el desempleo estaba empezando a aumentar y la actividad económica se estaba debilitando.
Mucha discusión sobre las elecciones en Venezuela y la transparencia del CNE. Este análisis puede aportar al debate. Pero más alla del análisis específico, una pregunta es inevitable: ¿Cuál es el criterio que utiliza la dirigencia para juzgar la calidad institucional de Venezuela, en un país donde los medios encubren, el poder judicial no investiga y al gobierno lo integran sospechados por el intento de magnicidio a la ex presidenta @CFKArgentina? Al menos, es raro, ¿no?
He intentado compensar la desinformación de los medios occidentales sobre Venezuela. Muchas democracias occidentales, como Estados Unidos y Francia, también tienen violaciones a los derechos humanos. No defiendo ni exalto al gobierno de Maduro, pero tampoco lo critico con argumentos débiles, especialmente cuando otros países y líderes tienen prácticas similares o peores. Reconozco que Venezuela debe mejorar su institucionalidad, como Argentina, USA, Brasil, etc. pero es importante ser justos y no juzgar con una vara distinta. Los que denuncian a Maduro a menudo no tienen la autoridad moral ni política para hacerlo.