Debatir sobre los años de resistencia a las dictaduras, la última y las anteriores, es una decisión de este blog que, entendemos, debiera extenderse a soportes hoy más dinámicos. Es impropio, sesgado y finalmente será falaz, que la palabra pública sea hoy solo ocupada por aquellos que apologizan la violencia dictatorial en momentos en que un proyecto de derecha neoliberal y bajo otra modalidad no menos violento que los dictatoriales, esta despelgándose en el país. Acá publicamos la muy interesante respuesta de un lector que creyó ver en el recordatorio de la nota que publicamos sobre el aniversario de la publicación del relato sobre la muerte del dicatador Aramburu, una especie de reivindicación. Así de grave es el silencio, censura y autocensera sobre lo ocurrido en los años de plomo, que su sola narración se supone apologética. Discutir lo pasado es una de las manera de historizar la discusión presente, recordando el diagnóstico de Rodolfo Walsh, víctima de la violencia dictatorial, quién sostenía que para los sectores dominantes "el pueblo nunca tiene historia". Pero, la tiene y este es un tramo importante de esa historia.